Pongámonos en contexto. Abril de 2020, España y el resto del mundo están en pleno confinamiento a causa de la pandemia de la Covid-19. Pues bien, una de las estrellas televisivas de este país, Ana Rosa Quintana (64 años), va y sufre un ataque de tos en pleno directo de su programa en Telecinco.
Precisamente esas restricciones a la movilidad hicieron que el consumo de televisión e internet se disparase, lo que provocó que ese mal trago de la presentadora en el plató fuera rápidamente un vídeo 'viral'. Sin embargo, lo peor no era ese ataque de tos, es decir, la sintomatología, sino la enfermedad que podía haber detrás y los comentarios más pesimistas sacaron a colación el manido coronavirus.
Afortunadamente, la pandemia no se cebó con Ana Rosa Quintana, quien aclaró a la audiencia que todo era culpa de la alergia. Pero, ¿existía alguna posibilidad de que al tener unos síntomas un tanto parecidos se pudiera confundir? La duda flotó en el ambiente e incluso dio para algún artículo.
Ajena a toda esta rumorología, la presentadora especificó que "sé que tengo alergia, pero los demás no lo saben y tengo que ir explicándolo". Indagando un poco más sobre este problema de salud, las piezas encajaban. Al parecer, Ana Rosa Quintana tiene alergia al polen. Teniendo en cuenta que el episodio referido tuvo lugar en primavera se entiende bien esa explicación, sobre todo si se trata de sacar fuera de la psicosis colectiva que ha generado el coronavirus.
Muy común
Tirando de hemeroteca, no es complicado encontrar algún antecedente en el que la presentadora mostrara ante las cámaras los estragos que causa la alergia al polen. Por ejemplo, basta con recordar otra anécdota, también en la estación primaveral, concretamente en mayo de 2016. "Las gramíneas están a tope", comentó Ana Rosa Quintana mientras se sonaba la nariz con unos pañuelos de papel.
Valga ese último comentario para poner sobre la mesa uno de los elementos clave en las alergias al polen. Efectivamente, las gramíneas juegan un papel fundamental, para desgracia de las personas afectadas por este problema, ya que el polen es un conjunto de granos diminutos que se encuentran en las flores y que son importantes en la reproducción de las flores, una circunstancia habitual en primavera, especialmente cuando el invierno deja temperaturas suaves y escasas lluvias.
Seguramente, muchos de ustedes sufren o conocen a alguien que sufre esta alergia. No en vano se estima que unos 8 millones de personas lo padecen en España, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Otro dato que llama la atención es que en la mayoría de los casos se hace patente a partir de los 20 años de edad, cuando el paciente desarrolla síntomas como estornudos, rinitis, conjuntivitis o episodios de asma. El factor hereditario también se considera importante.
Al margen del uso de determinados medicamentos, las recomendaciones de los médicos casi siempre van encaminadas a evitar el contacto con el polen. Para ello se aconseja evitar las actividades al aire libre, especialmente cerca de áreas verdes como parques, jardines o un bosque, viajar en coche con las ventanillas cerradas, no abrir las ventanas de las casas y usar gafas de sol para evitar el contacto de estas partículas con los ojos.
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