Cada artista tiene a su musa y cada diseñador tiene a su gran embajadora. Alejandro de Miguel es a Ana Obregón (65 años) lo que Felipe Varela es a la reina Letizia (48). A pesar de que este creativo castellano-manchego ha vestido a infinidad de celebrities patrias a lo largo de su dilatada carrera, este 2020 siempre quedará marcado como el año en que la actriz lo seleccionó para llevar sus diseños en los momentos más significativos.
Desde la misa funeral por la muerte de su hijo, Álex Lequio, hasta la presentación de las campanadas este jueves 31 de diciembre desde la Puerta del Sol de Madrid para Televisión Española: su vuelta al trabajo tras recibir el golpe más duro de su vida.
Apenas minutos antes de que Alejandro de Miguel cruce con su coche el umbral de La Moraleja, exclusiva urbanización privada donde vive Ana Obregón, para hacer a su cuerpo la última prueba del vestido, JALEOS de EL ESPAÑOL contacta con el modista para conocer con qué propuesta sorprenderán al mundo él y la actriz: tándem infalible.
¿Con qué van a sorprender usted y Ana en las campanadas?
¡El vestido es sorpresa! No puedo desvelar nada. No me toca a mí dar esa información. Con mis clientas tengo que ser discreto. Te diré que es un vestido hecho con muchísimo cariño, hecho para una amiga. Un vestido sin excesos, elegante, con un buen patrón. Un vestido de manga larga, que es una segunda piel para Ana. Ella ha participado mucho en el diseño. Ana es una gran entendida en moda y su criterio para mí es muy válido. Ana sabe mucho de alta costura. Es una de las personas que más alta costura ha lucido en nuestro país. Bueno, no sólo en España, sino internacionalmente: desde el Festival de Cannes al Baile de la Rosa. Ana ha llevado vestidos de las casas más importantes de moda de todo el mundo. Entre ella y yo hemos llegado al vestido perfecto.
¿Qué requisitos pidió ella? ¿Qué debía tener el vestido y qué no debía tener?
No debía tener excesos, transparencias... Buscábamos un vestido femenino, moderno y sencillo por el año que estamos viviendo. Sin estridencias ni excesos de nada.
¿Y algo que le apeteciera a ella? ¿Algún detalle?
Sí, bueno... Ella me ha dado indicaciones porque el vestido está creado desde cero.
Ana dijo que no sería negro, pero que sí será de un color de luto en otras culturas. ¿Podría ser blanco?
Yo eso no lo he oído y el color... ¡Es que es secreto! Es el secreto mejor guardado. Es como las novias. Tenemos que estar todos frente al televisor viendo ese momento tan mágico. Además, a partir de las 23:50 horas de la noche en mi cuenta de Instagram estará publicada la nota de prensa con todos los detalles.
¿Cuántas horas de trabajo tiene un vestido como el de Ana para un evento tan importante como presentar las campanadas?
¡Muchas, muchas! He puesto a trabajar a todas mis maestras, llevamos todo el mes de diciembre. No sólo es hacer el vestido, son las pruebas: probar de una manera, de otra... Es una creación única y exclusiva. No es coger un vestido de mi colección y adaptarlo porque ya lo tenemos ensayado, es hacerlo desde cero. He dedicado muchas horas y muchos kilómetros porque yo he estado yendo a su casa para ponérselo lo más fácil posible. Muchas noches también porque Ana no sale de casa y voy yo personalmente a probárselo allí. Le he enseñado telas, formas, bocetos... hasta llegar al vestido perfecto. ¡Muchas horas!
¿Estos momentos crean entre el diseñador y su clienta un vínculo más allá del profesional?
Sí. Yo a Ana la adoro. Es que Ana es de las cosas más bonitas que me han pasado personalmente. Es una persona llena de luz y una persona buena. Es complicado encontrar en nuestro mundo de la moda y del espectáculo a alguien así. Más allá de lo mediático que pueda ser el vestido me quedo con la experiencia y lo a gustito que se está cerca de Ana.
¿Es este el vestido más especial de su carrera? Usted ya ha hecho otras muchas campanadas como el vestido de Paz Padilla, Cristina Rodríguez...
Para mí todos mis vestidos y todas mis clientas son igual de especiales. Unas cosas hacen más ruido, otras hacen menos... Pero para mí, desde la clienta más anónima a la cosa más mediática, son iguales. Yo pongo mi vida en cada vestido y en cada puntada. Todo es igual es importante para mí.
¿Estará usted en la Puerta del Sol por si hay algún problema con el vestido?
No. Yo ahora le entregaré el vestido y desconecto. Al final lo veré en casa tranquilamente porque mira, ¿sabes qué pasa? Allí hay muchos nervios, mucha gente... Al final no lo ves. Yo quiero verlo en la pantalla, iluminado y verlo bonito, que he trabajado mucho. Ahora en el momento en el que entregue el vestido ya he terminado de hacer mi trabajo.
¿Cómo se encuentra usted? ¿Hay nervios?
Ha sido un año muy difícil para la moda, sobre todo para la moda nupcial. Un año en el que mi colección se había vendido superbién. En marzo había vendido más vestidos que ningún año y luego se cancelaron las bodas. Me he quedado con los vestidos guardados para nuevas fechas. Pero, mira, al final lo voy a despedir y recibir con una cosa muy bonita y hecha con mucho cariño. Me siento muy bien. Ha sido un año duro, pero al final esto es entrar en 2021 con buen pie.
¿Cómo está Ana?
Ana tiene que estar entre sus guiones, tiene que estar trabajando, tiene que distraerse y tiene que ocupar su mente. Es lo único que te puedo decir. A mí me da alegría que Ana vuelva a estar en activo.
¿Un deseo para 2021?
Salud para todos y que volvamos a la bendita normalidad. Yo creo que es el deseo de toda España. ¡Bueno, de todo el planeta!
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