En medio de los titulares de que el divorcio de Arantxa Sánchez Vicario (49 años) y Josep Santacana (49) está cerca de tocar a su fin tras dos años y medio de litigios, la que fuera número uno del tenis mundial hace cuarto de siglo, protagonizó el espacio documental con entrevistas Palo y astilla, en LaSexta, presentado por Mamen Mendizábal (45). Un encuentro en el que, además de abrir el álbum familiar de la deportista y mostrar imágenes inéditas, se tocaron los dos temas que llevan rodando a la barcelonesa desde hace mucho tiempo: esa disolución de matrimonio y cómo lo ha pasado durante todo el proceso y cómo es en estos momentos la relación con sus hermanos y su madre (su padre falleció sin una reconciliación con ella).
Arantxa se sinceraba sobre el motivo principal por el que decidió, el 12 de septiembre de 2018, casarse con Santacana, a pesar de que este no era del agrado de su círculo familiar. "Yo estaba enamoradísima, lo di todo por amor y no fui recompensada. Lo bueno es que tengo a unos hijos maravillosos y doy la vida por ellos", explicaba a Mamen con talante serio. Una confesión que coronaba con una sentencia rotunda: "Di mucho más de lo que recibí".
Tanto como para acabar perdiendo la relación con su familia durante 10 años en los que estuvieron sin hablarse. De hecho, en el programa se recordaba la tensión que se vivió en el velatorio del patriarca de los Sánchez Vicario, Emilio, cuando el hijo con el que compartía nombre expulsó del tanatorio a Santacana. Él mismo lo explicaba en ese espacio de LaSexta: "Era una situación surrealista. Que él tuviese la osadía de presentarse allí es una cosa que no tenía mucho sentido, y llegar con los aires que llegó a provocar".
Reconciliación familiar
En esa entrevista, Arantxa se negaba a contestar sobre el motivo que provocó que se quedara sola. "No te voy a contestar", era el muro contra el que chocaba la pregunta de Mendizábal. Aunque cabe recordar que fue ese libro biográfico, Arantxa, ¡vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer, en el que hablaba de cómo sus padres la habían arruinado, lo que provocó el terremoto. Sí que explicaba que, poco a poco, está tratando de reencauzar la relación para que se parezca en la mayor medida posible a lo que fue en aquellos años en los que su madre, Marisa Vicario, acompañaba a la estrella de la raqueta desde la grada, con su mascota en brazos.
"A pesar de todo lo que ha podido pasar son muy importantes para mí. He hablado con todos los miembros de mi familia y ellos realmente están a mi lado, están conmigo. Ha sido muy importante y ahora intentamos tener la misma relación que tuvimos anteriormente, antes de que pasara todo", manifestaba ante las cámaras de LaSexta. Y añadía, con tono de arrepentimiento: "Ya pedí perdón en su día cuando tenía que haber pedido perdón porque creo que se fue un poco de las manos. Evidentemente si no fuese una persona pública no hubiese pasado como ha pasado. Soy humana y a veces pedir perdón cuesta, pero lo he hecho. Mi familia ya lo sabe y ahora hay que mirar para adelante. Lo que se hizo, obviamente, el presente lo cambiará. Intento seguir luchando".
El momento más emotivo se vivía cuando las cámaras grababan un encuentro entre Sánchez Vicario y su madre se fundían en un abrazo. Reconciliadas desde 2018, poco después de que saltaran los titulares de que su matrimonio con Santacana había tocado a su fin y que los trámites judiciales iban a ser complejos, no evitaban ese gesto de cariño de cara al público. Arantxa, muy emocionada, manifestaba: "Yo siempre estaré bien agradecida por todo lo que han hecho y por lo que me han dado, pero bueno el amor incondicional que he tenido hacia ellos hubiera estado bien decírselo más".
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