Carlos Falcó y Fernández de Córdova, quinto marqués de Griñón y Grande de España, fallecía el 20 de marzo de 2020 a la edad de 83 años en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid a causa del coronavirus. El también séptimo marqués de Castell-Moncayo no presentaba ningún problema de salud a destacar hasta entonces y fue la Covid-19 la que tristemente acabó con su vida. Este sábado se cumple un año de aquel trágico e inesperado adiós. Sin duda, un triste aniversario. "No me pude despedir ni cogerle de la mano, declaraba días después su viuda, Esther Doña (42).
Y añadía por aquellos días en que Doña colaboraba en TVE: "Fueron momentos duros y de mucha incertidumbre. En ningún momento pensamos en el desenlace que tuvimos. Fue dramático, porque cuando ingresó Carlos estaba bien. Era una persona supersana. No tenía nada, ni colesterol ni azúcar. Lo único que tenía era años". La familia, rota, se despidió de él sin siquiera ser consciente de que la desgracia estaba a punto de volver a cebarse con sus miembros. Las vidas de todos estaban a punto de cambiar para siempre. Tras el fallecimiento del marqués, seis meses después, en septiembre de 2020, y cuando su hija Xandra (53) aún se estaba reponiendo del golpe de su padre, perdía la vida a los 56 años su marido Jaime Carvajal Hoyos.
Esta muerte sumió aún más a los Falcó en la tristeza. Xandra vio morir en cuestión de meses a los dos hombres más importantes de su vida. La hija mayor del marqués era su 'ojito derecho' tanto en lo personal como en los negocios, pues trabajó durante 15 años en la empresa familiar Pagos de Familia Marqués de Griñón, ejerciendo como directora general. La muerte, por desgracia, aún tenía más capítulos que escribir. El 20 de octubre fallecía el hermano de Carlos, Fernando Falcó, marqués de Cubas, a los 81 años, tras varios días ingresado en estado grave y después de meses arrastrando problemas de salud.
"Se encuentra bastante delicado de salud y su familia está muy preocupada", informaban meses antes desde su entorno. Sea como fuere, otro zarpazo en la familia. La saga Falcó quedó entonces diezmada: los cuatro hijos del matrimonio, fallecidos. Justo un mes después, noviembre de 2020, Esther Doña se despedía de su padre, José, quien se sumaba a Carlos Falcó como víctimas de la Covid-19. No cabe duda de que los Falcó-Doña vivieron su particular viacrucis en 2020, su año horribilis. Tras aquello, 2021 parece que ha entrado más calmado para con esta importante saga. JALEOS ha podido conocer la evolución de las tres mujeres más importantes de Carlos Falcó: sus hijas, Xandra y Tamara (39), y su viuda, Esther Doña.
Por un lado, la hija mayor del marqués de Griñón continúa en pleno duelo, tratando de recomponer su vida. Desde que fallecieron su padre y su marido, contadas han sido las ocasiones en que Xandra se ha dejado ver, siempre de riguroso luto y con la cara encogida de dolor. La marquesa de Mirabel, tal y como se desliza a este periódico desde su entorno más cercano, tan solo hace vida social para atender comidas entre amigos y diligencias laborales, y tan solo hace unos días se dejó ver en el Teatro Real para asistir al estreno de la ópera de Norma, de Vincenzo Belli. Está muy arropada en todo momento por su familia y amigos y cuentan que, en concreto, su hermana Tamara se ha convertido en uno de sus grandes pilares. En lo que respecta a Tamara, la vida de la hija de Isabel Preysler, tras las muertes familiares, ha ido poco a poco recolocándose a todos los niveles. En el plano sentimental, se encuentra felizmente en relaciones con Íñigo Onieva, su nueva pareja. El joven tiene 31 años, es madrileño, diseñador de coches y hermano de la actriz Alejandra Onieva (28). Ambos se muestran ilusionados ante el futuro y ya planean una vida juntos. Además, Tamara ha alquilado un exclusivo piso mientras le entregan la casa que ha comprado, se entiende que para vivir su historia de amor con Onieva.
Ya convertida en marquesa de Griñón -como dejó estipulado su padre-, Tamara, además, ha desbancado a su madre como reina del papel couché y triunfa sin parangón en la televisión. En este 2020 y parte de 2021, Tamara arrasa tanto como colaboradora en El Hormiguero como de jurado en el programa El Desafío. Además, se ha creado su propio negocio en Instagram donde promociona marcas y recientemente, la hija de Isabel Preysler ha cerrado contrato, además, con Cocina con Bra, junto a los hermanos Torres, y cuenta en cartera con varios proyectos gastronómicos que aún están por desvelarse. Tamara es rentable. Ella lo sabe, y su línea de ropa, TFP by Tamara Falcó, también. La socialité gestiona su firma de moda a través de una compañía llamada Gypset Living S.L.
Se puede decir, pues, sin miedo a equivocarse que la vida le sonríe. Por último, la viuda del marqués, Esther Doña, se encuentra en pleno proceso de cambio. También su vida dio un viraje de 180 grados cuando, tras el fallecimiento y el duelo, decidió dar un paso al frente y enrolarse como colaboradora del programa La mañana, de TVE. Doña tenía su propia sección dentro de la crónica social presentada por Cristina Fernández. Aquella incursión, ya terminada, le sirvió para darse cuenta cabal de dos cosas: que la prensa del corazón no era lo suyo y lo que sí le gustaba realmente. Tal y como desliza ABC, Esther quiere dedicarse a la comunicación, pero a un sector muy concreto. Su deseo real, el que verdaderamente la entusiasma, es especializarse en la temática de las mujeres y la salud. Para ello, ha decidido contratar los servicios de Luisa Mata, una reconocida publicista de este país. Además, sostienen al otro lado de la línea que el corazón de Esther sigue sin estar ocupado y que ella hace "una vida tranquila" en su casa de Majadahonda.
Esta semana ha protagonizado una exclusiva en la revista ¡HOLA!, con motivo, precisamente, del primer aniversario de muerte del marqués. En dicha entrevista ha asegurado lo que sigue, entre los titulares más impactantes: "Sigue siendo una pesadilla , un mal sueño para mí. Daría cualquier cosa para que todo fuera como antes, cuando Carlos estaba a mi lado", "Así es la vida, te das cuenta de lo frágiles que somos y que, en cualquier momento, puedes irte y en un suspiro todo termina: ilusiones, proyectos, felicidad. Todo se acaba de repente, sin estar preparado para ello y, en mi caso, sin querer aceptarlo. Aún estoy en ese proceso, intentando rehacer mi vida" y "Carlos me propuso tener hijos, pero hubiera sido muy egoísta por mi parte. Un hijo mío no se hubiera merecido disfrutar de su padre tan poco tiempo".
2020, funesto año
La desgracia se cebó con esta gran familia que no sólo posee una evidente relevancia pública en el ámbito social por sus vicisitudes amorosas, sino que también ostenta una serie de títulos nobiliarios que los posiciona directamente en su contexto natural: el aristocrático. El matrimonio compuesto por Manuel Falcó y Escandón, duque de Montellano, y Hilda Fernández de Córdova y Mariátegui, condesa de Santa Isabel, tuvo cuatro hijos: Felipe, marqués de Pons, María del Rocío, condesa de Berantevilla, Carlos, marqués de Griñón, y Fernando, marqués de Cubas. Hoy todos están muertos.
El primogénito falleció a los 33 años en un trágico accidente, María del Rocío perdió la vida en un fatal suceso cuando se cayó por las escaleras de un supermercado con el carro de la compra, Carlos lo hizo a causa del coronavirus y Fernando tras una larga enfermedad. Los dos últimos hijos del matrimonio han sido, definitivamente, los más mediáticos de la célebre estirpe y quienes más han contribuido a dar a conocer la historia familiar y los títulos nobiliarios que defendieron hasta su fallecimiento. En este punto, una triste casualidad también marcará para siempre el legado de los Falcó: Carlos y Fernando murieron con siete meses exactos de diferencia.
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