La empresaria ha querido 'perderse' en su Córdoba natal, donde se siente feliz, segura y en casa. Los patios y sus flores de colores inundan de alegría su estado de ánimo, la mejor medicina para dejar a un lado los malos momentos o los vaivenes de la complicada firma de su divorcio de Enrique Ponce que ya llega a su fin. Así lo explicó el torero hace solo unos días cuando confesó que la rúbrica está a punto de realizarse, pues solo quedaba él por firmar el documento.