Eran los años 80 cuando Carmen Russo (61 años) comenzaba su exitosa carrera como bailarina. Ella, que se había trasladado a Roma desde su Génova natal y tras haber cursado estudios de ballet y haber participado en distintos certámenes de belleza, fue, poco a poco, metiendo cabeza en el mundo de la televisión. Galas y espectáculos musicales en su Italia, la mayoría de ellos al lado de quien después se convertiría en su marido, Enzo Paolo Turchi (71), supusieron el punto de partida desde el que no tardó en saltar a España.
Entre ellos, VIP Noche, en Telecinco. Allí, en los primeros años de los 90, se hizo con un hueco al lado de rostros ya consagrados en suelo patrio como Belén Rueda (56), Mar Flores (51), Arancha del Sol (48), Pepe Viyuela (57) o Emilio Aragón (62) -este último, además de tener su cuota de protagonismo en el concurso, era además codirectos del espacio junto a Daniel Écija (58)-. Fue este último quien le dio esa oportunidad de traspasar las fronteras del país transalpino. No la desaprovechó.
Han pasado 30 años desde aquello, desde que se diera a conocer ante un público español que la convirtió en ganadora de Supervivientes en 2006 -tres años atrás ya había probado suerte la versión italiana del reality-. Carmen fue protagonista indiscutible. Quizás porque ya había coqueteado con la experiencia. Pero, sobre todo, porque sacó su lado de show-woman a la vez que trataba de mantener la cordura desde la soledad en el palafito. Allí se apoyó en Coco Enzo, una fruta a la que puso el nombre de su pareja y a quien hablaba para no perder la cabeza.
Aquel triunfo le valió para protagonizar una portada en Interviú donde sacó a relucir la sensualidad y el físico explosivo con el que había cautivado a la audiencia española más de dos décadas atrás. Sin nada de ropa, fue una de sus últimas exhibiciones en este país. Tan solo se le recuerda, hasta el día de hoy, una breve aparición en la serie El chiringuito de Pepe: tres capítulos en el que dio vida a Francesca. Era 2014. Desde entonces, ni una aparición fugaz ante las cámaras.
Refugiada en su intimidad
¿Qué ha sido de ella? A Carmen le costó ser madre. Mucho. Tanto que no fue hasta los 53 años y tras haber pasado por diferentes tratamientos de reproducción asistida durante ocho años, cuando se convirtió en madre primeriza. Gracias a la reproducción in vitro, Russo dio la bienvenida a María (8) en febrero de 2013. Desde entonces, su vida es mucho más tranquila y con pocos parecidos a aquellos locos años de los 80 y los 90 donde era una estrella de la pequeña pantalla.
Lo que no ha cambiado es la compañía de Enzo, con quien se unió en matrimonio el 26 de junio de 1987. Tampoco el amor que se profesan y que, en la actualidad, demuestran a través de las redes sociales. En la cuenta de Instagram de la italiana, centrada en la danza y en la crianza de la niña, es más que habitual la presencia de imágenes familiares. Con la pequeña -con quien, por cierto, se está habituando a hacer TikTok- y también con Enzo, con quien parece vivir un romance eterno.
Si bien es cierto que ha realizado reportajes en prensa escrita en Italia, mostrando esa nueva faceta más familiar, no menos lo es que ha diversificado su fuente de ingresos -aunque cabe recordar que en 2019 tuvo un papel en la película cómica Sono solo fantasmi-. No solo dirige de una escuela de danza en Palermo junto a Enzo, sino que, además, lanzó al mercado una línea de cosmética con su nombre. Una gama de productos para cuidar la piel con la que pretende que todo quien lo desee pueda lucir un rostro como el suyo, uno de los más famosos en el show business italiano.
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