Habrá pocos -si es que los hay- seguidores del mítico reality de televisión Gran Hermano, en su primera edición, que no sepan quién es Ismael Beiro (46 años). No es para menos: hizo historia convirtiéndose en el ganador de aquel estreno novedoso que paralizó a un país entero. De aquel 23 de abril de 2000 han pasado, ahí es nada, 21 años. Toda una vida, tiempo que Ismael ha exprimido al máximo. Este hombre, natural de Cádiz, no ha parado quieto y ha probado suerte en muchas áreas profesionales, y las que vendrán.
JALEOS charla con Beiro con motivo del lanzamiento de su libro, La vida es trading, que estará a la venta el próximo 26 de mayo. "Me esfuerzo mucho por intentar ser el mejor y mi único vicio es trabajar", asegura Ismael en conversación con este periódico. No miente: en la actualidad -después de haber pasado por aquel emblemático reality, ser presentador de programas, actor y empresario-, este emprendedor compagina el espectáculo con su profesión de trader. De esa temática va su libro: de trading. Dicho en castellano, sin ambages, como le gusta hablar a él, y como está escrito su libro, Ismael es trader, inversor en Bolsa.
Le gusta especular con el movimiento de los precios desde que hace año y medio entró el trading en su vida. Explica Beiro que todo el mundo es trader, que la vida es eso. Que en nuestro día a día tomamos decisiones, apostamos... ejercemos, sin saberlo, el trading. Escuchándolo hablar parece que Ismael ha encontrado su profesión ideal. Su lema: al futuro se le gana dinero. Eso sí, aclara: "Yo nunca voy a dejar el escenario, el espectáculo". Compaginará hasta que le salga rentable, pueda o quiera. Como con esta entrevista; que la lleva a cabo mientras atiende a sus hijos y les pone dibujos animados en inglés, a la espera de la llegada de su mujer. Lo que su mujer, Aurora, no sabía es que Beiro apura tanto el tiempo que hasta le pide matrimonio en 'directo', con este medio y los hijos menores como testigos de excepción. La sorprendente respuesta, en las próximas líneas.
La vida es trading se titula su libro. El mundo de la bolsa no todo el mundo lo maneja
Para la gente puede ser un mundo desconocido y temeroso. A mí me pasó cuando entré. Dije '¿la Bolsa?'. Lo primero que confundimos de la Bolsa es bróker. Y bróker no es una persona que esté vendiendo o comprando acciones. Es la plataforma donde tú vas a comprar acciones. Podría ser un banco. El trader es la persona que trabaja en la Bolsa. Yo todo esto lo desconocía antes y lo he ido aprendiendo en cursos de horas.
¿Quiénes lo animaron?
Realmente quienes me animaron fueron Josep María Mainat (75) y Pol (46), su hijo, para hacer un programa en YouTube que se llamaba Canal Trader. Nos conocimos en el Festival de Televisión de Vitoria y entonces el chico, Pol, llega y yo no sabía quién era. Me acerqué y le pregunté si estaba solo. Yo hacía siempre una fiesta alternativa a la oficial. Yo me encargaba de que a nadie le faltara copa. Esto sucedió hace cinco años. Le dije '¿qué tomas?'. Me dijo que whisky con cola. Mandé a un tipo para que buscara la bebida y le pareció tan divertido que me preocupara de que todos estuvieran bien que me dijo que era un crack y se presentó.
¿Y ahí surgió todo?
Recuerdo que le dije 'anda, te llamas como el páralo, Pol de Crónicas Marcianas'. Y me dijo que era él. Me llamó a los días y me dijo lo del programa, que se llamaba Canal Trader y dije para mí que eso qué era, ¿algo de traidores?. Me dijo que era gente que trabajaba en bolsa y le comenté que yo no tenía ni idea de eso. Le di muchas vueltas porque si me dices de presentar algo sobre la inquietud de Turquía en Oriente Medio te digo vale, pero eso no. Volví a llamar a Pol y le pedí algunos conocimientos. Me dijo que Francisca Serrano hacía cursos.
Se le abrió un mundo nuevo...
Ella me aceptó. El curso se llamaba Trading y bolsa para torpes. Hice seis cursos. Llegué allí con mi carpetita y mi bolígrafo. Claro, yo soy ingeniero marítimo y me cuesta más fácil ver esa creatividad espacial de las cosas. En esos cursos había mecánicos, albañiles... Todos lo entendían perfectamente. Cuando te explican que la Bolsa se divide en un número de empresas, que estas cotizan y suman estos puntos. Te lo explican de tal manera que lo entiendes. Comprendes cuando dicen que el IBEX ha subido no sé cuántos puntos. Esa es la base, luego el éxito de un trader es adelantarse al movimiento de los precios.
Ponga un ejemplo de inversión.
En la Bolsa se gana tanto si sube como si baja. Porque tú puedes haberte puesto en una posición corta, que se llama. Si dice una operativa que va a caer la Bolsa, por cada punto que caiga yo voy recogiendo dinero... y otro lo va perdiendo, el que decía que iba a subir. Esto es como si tú y yo nos apostamos cinco euros a que gana o el Atlético o el Madrid. Es ser especulador. Todos lo somos en el día a día, Donald Trump (74) también lo es. Es comprender el mercado financiero.
Todo el mundo es trader, entonces .
Exacto, ese es el nombre que yo quería ponerle al libro: todo el mundo es trader. Es tal cual. Tú mismo te habrás movido por bares y sabes que hay locales en los que las copas son las mismas, pero hay un sitio que las vende a dos euros más barato. Y dices 'vamos a entrar aquí'. Eso es ser trader. Eso es hacer futuro. Al futuro se le gana dinero.
¿Cómo les explica a sus hijos su profesión?
Ellos se sorprenden muchísimo. El otro día, que me vino una caja con los libros, la abrieron mis hijos y dijeron '¡papá!'. Se quedaron súper extrañados. O cuando voy por la calle y la gente me pide una foto y mi hija se queda mirando a esa persona y siempre dice 'es mi papá'. Muchas veces pienso que cuando sean más mayores no sé cómo explicarles por qué la gente me para para hablar conmigo o para hacerse una foto. Les diré que como su padre era marino mercante y le encantaba estar encerrado en lugares fuera de su casa, como en un barco, me metí en una casa rodeado de cámaras (Risas).
Y se convirtió en el ganador...
Bueno, la media era muy baja, así que fue fácil. Pero sí, fue histórico. Me doy cuenta ahora, después de 21 años. A la gente tú le preguntas por el ganador de GH 7 y nadie se acuerda, pero sí se acuerda de tres cosas: dónde estaba cuando ganó la Selección Española, dónde estaba en la final de Gran Hermano 1 y cómo se llamaba su ganador. Me hace ilusión que se acuerden.
Hoy, el trader le cambió la vida.
Si el trader lo llego a descubrir yo hace 21 años, nadie me conocería hoy. A lo mejor me conocerían por haberme convertido en un trader de éxito. En el fondo, ser marino mercante como yo es muy parecido a ser trader: trasladas a expresiones matemáticas el movimiento de los barcos. Lo mismo que con el movimiento de los precios. Sabiendo adelantarte al movimiento de los precios se gana mucho dinero.
¿Quiere decir esto que deja el espectáculo y la tele?
Para nada. Estoy actuando en Tenerife con un espectáculo que se llama Míster Beiro. Yo nunca voy a dejar las tablas del escenario. De la televisión me llaman también, pero solo voy a lo que me gusta. Si a mí me llaman para colaborador, para defender a una persona y a otra buscarle todas las debilidades, pues digo que no soy la persona indicada. A mí no me gusta hablar mal de nadie. No quiero hundir la carrera de nadie.
Usted actuó en series míticas como Arrayán (Canal Sur) y presentó programas conocidos
Cuando empecé en esa serie, subió bastante la audiencia y empezaron a llamarme para otras series. La disfruté mucho esa serie. El último programa que hice antes de la pandemia, en TVE, me hizo mucha ilusión. Sabiendo que venía de un reality, que en su momento era súper auténtico y que ahora solo van personas para buscar audiencia. Como te decía, teniendo ese sello que me podría haber perjudicado, todo lo contrario. El programa se llamaba Mascotas, se emitía los sábados por la mañana. Lo que pasa es que luego vino la pandemia.
¿Su familia bien ante el coronavirus?
Sí, gracias a Dios. Obligué a mis padres para que no salieran de casa y casi obligué a mi hermano para que se fuera con ellos y los vigilaran y no salieran de casa. Ahora están los dos vacunados y yo me encuentro más tranquilo.
¿Cómo vivió ese confinamiento?
Me sabe mal decirlo, y mucha gente podrá pensar que de qué voy, pero el tiempo que estuve encerrado en casa estuve encantado. Trabajando, con mi ordenador, creando... Teníamos un programa en una plataforma con el que entrevistábamos a mucha gente, desde Rafael Amargo (46) hasta Mercedes Milá (70). Por las mañanas se las dedicaba a los niños, y llegamos a celebrar la Navidad tres veces durante el confinamiento.
Más allá del trading y el espectáculo, ¿en qué anda metido?
Ahora he creado una empresa de camisetas con dos marcas. Nos estamos reuniendo con varios diseñadores de Alta Costura, artistas emergentes y grafiteros para ver cómo podemos hacer ediciones limitadas. Con la intención de poder meterlas en las televisiones a través de colaboradores, presentadores y productoras amigas. Es uno de los proyectos más ambiciosos que tengo, aparte de seguir con el trading y con el espectáculo. Si el día de mañana tengo un espectáculo toda la semana en la Gran Vía, lo mismo no me hace falta el trading. Con el futuro no se sabe. Eso también es trading.
¿Algo se le da mal a Ismael Beiro?
Mercedes Milá me dice '¿todo lo que se te pasa por la cabeza lo tienes que hacer? Es que mañana te da por montar una empresa de tornillos y la montas. Me esfuerzo mucho por intentar ser el mejor y mi único vicio es trabajar. Ser el mejor con mis hijos y en el trabajo. ¿Que qué se me da mal? La puntualidad. Soy el típico que si quedo a las 12:30, a las 12:28 estoy entrando en la ducha. No sé cómo hacerlo. Los planetas se ponen al revés.
11 años junto a la madre de sus hijos... ¿se plantean boda?
Me cansa eso porque son tantas veces las que lo he pedido que... ¿Qué ocurre? Que yo soy muy torpe. Yo cuando pido casarme es como el que pide un favor, digo 'oye, ¿te quieres casar conmigo?' Y me dice mi mujer: '¿Y el anillo?'. Y yo pienso que el anillo para qué. Yo no entendía que cuando vas a pedir la mano a alguien tienes que traer un anillo, ponerte de rodillas y todo eso. Ahora mismo está aquí mi mujer... -se dirige a ella sin cortar la comunicación con este medio- '¿quieres casarte conmigo?'. ¿Ves? -vuelve Beiro a la conversación con JALEOS-, no quiere. Ya es la sexta vez. Mi mujer está diciendo de lejos ahora que ha sido mi mejor inversión, pero la que va a caer más rápido (Risas).
Si están bien como están... ¿para qué boda?
Antes de tener hijos, yo quería casarme. Yo no concebía ser padre sin estar casado. Pero al final cuando uno está en México, con el tequila... Al mes llega la noticia. Me acuerdo que cuando mi mujer me dijo que estaba embarazada estábamos sentados en el sofá y era un martes 13. Para mí, el martes 13 me trajo suerte y estás hablando con la persona más supersticiosa del mundo.
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