Divertida, anárquica, olvidadiza, simpática, accesible, risueña, carente de ego y, por encima de todo, persona. A Laura Ponte (47 años) se la podría definir de mil maneras, pero la autenticidad no hay quien se la robe. Como hija de periodistas sabe muy bien de qué va la profesión, pero a la ex top model siempre se la ha querido y respetado.
Durante los desayunos virtuales Nuevos hábitos, nuevas iniciativas organizados por Citroën, Laura Ponte (embajadora del Nuevo Citroën SUV C5 Aircross Hybrid) ha vaciado su yo interior para desvelar sus pensamientos más íntimos, especialmente, los concernientes a los familiares de su exmarido, Luis Beltrán Gómez-Acebo Borbón (48), hijo de la infanta Pilar de Borbón, fallecida hace algo más de un año.
¿Cómo está viviendo la situación borbónica?
Felipe VI (53) es un señor, un tío estupendo, encantador, educado y saladísimo. Me cayó fenomenal desde el día en que le conocí, aunque tampoco le he visto mucho. Es una persona tierna que en su momento me dijo que estaba preparado para lo que tenga que venir. Asume una parte de representación de este país en una situación cambiante de escenarios, de leyes… La monarquía es una estructura de nuestra sociedad que nos abre puertas o que nos representa. Habrá que cuestionarlo a los ciudadanos. Él no se impondrá.
¿Se está siendo muy injusto con el emérito?
No tengo ninguna palabra mala hacia él. Siempre ha sido cariñoso, fue la persona que me zarandeó al principio para perder el miedo que se tiene a cualquier familia -la tenía con todos sus novios-, y al estar casado con un familiar suyo, fue encantador. Me imagino que no es fácil estar como está ahora, es un trámite que tampoco es tan extraño a lo largo de la historia y espero que se resuelva cuando antes. Lo que me da pena es la unidad familiar, es una situación triste, es una persona mayor, está fuera de su país y eso es tremendo. Pero no hay perdón para nadie. Deberían agilizarse las cosas, pero la justicia tendrá que determinar qué hacer. Es una situación complicada, como también lo es la de mucha otra gente en este país, que todo hay que decirlo.
¿Cuál ha sido el mejor legado que ha dejado la infanta Pilar?
¡Ay! (suspira). Amor y generosidad. Estéticamente tengo muchas cosas suyas. Le encantaba vestir de blanco y con ese pelo blanco fantástico decía que se parecía a Copito de Nieve. Siempre estaba detrás de todo el mundo, pendiente, pero sin meterse en la vida de los demás. Espero que algo corra por las venas de mis hijos.
Tiene dos hijos adolescentes, Laura y Luis, ¿qué enseñanzas le gustaría dejarles?
No estoy para enseñarles, pero me gustaría que fueran independientes en todos los sentidos, no quiero regir ni su forma de vivir, de amar o pensar, sino darles las herramientas para conseguirlos. Sentirse amados y respaldados es lo más importante, que su madre está siempre de corazón, al igual que su padre. Los niños me han enseñado a no mentir.
¿Qué planes tiene para este verano?
Mis hijos se irán a Asturias, yo trabajaré y después iré a buscarlos para pasar quince días en Galicia. Luego volveremos a Madrid para cambiar las maletas y nos iremos a Mallorca porque está el padre de mis hijos.
¿Se considera una influencer?
No, pero todos influimos en todo. No soy de mostrar cosas que no uso, por lo que procuro ser coherente.
¿Qué le hace sentir bien?
Ver a la gente reír, contenta y feliz.
¿Cómo se definiría?
Soy normalucha, familiar, casera, cada vez menos tímida, tengo fama de seria cuando no lo soy, desorganizada, no soy ambiciosa y tengo menos miedos. Me gusta vivir intensamente el momento y, sobre todo, soy de convocar a gente. Más que hablar por teléfono me gusta reunirme con las personas.
Actualmente está centrada en sus diseños de trajes de novia, ¿cómo está siendo la experiencia?
Lo hago con mucho corazón y respeto. Es un taller que está en mi casa con la intención no de crear marca, sino para aprender. Después de tantos años en la moda me di cuenta de que me faltaba hacer ropa a medida y entrar en un cuerpo sin pensar en una talla. Ponerse en la situación de embellecer a la mujer tiene un componente sociológico y psicológico importante. No fuerzo a nadie, cada estilo es diferente. La producción es muy limitada. Estoy invirtiendo mucho dinero. A ver qué pasa. Mi experiencia como diseñadora de joyas fue desastrosa (sonríe).
¿Qué le definiría como diseñadora?
La paciencia. Y como recibo en casa, el trato es muy familiar, ofrezco un vino, un sándwich… Todo muy natural y normal.
De no haber sido modelo…
Pues no tengo ni idea de qué hubiera elegido. Desde pequeña siempre me gustó dibujar joyas, casas, vestidos y caras. Afortunadamente la vida me ha brindado dinero para comprar tiempo y dedicarme a lo que me gusta. Mi hija también está muy perdida (risas) porque me dice que le gustaría ser abogada, pero no le gusta mucho hincar los codos.
¿En qué causas sociales colabora?
Estoy en la Fundación Cadete con niños con discapacidades de todo tipo, soy patrona de Alianza por la solidaridad y si mi voz sirve de ayuda para la gente que más lo necesite, estoy disponible.
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