No se puede negar que a Carla Barber (31 años) le va muy bien. Cuando acaba de superar el umbral de los 30 años disfruta de un éxito profesional envidiable. Aunque ha hecho algunos trabajos como modelo y ha participado en realities de televisión, donde realmente la canaria centra su labor profesional es en su clínica de estética. Por su consulta han pasado rostros muy conocidos del panorama social como Marta López Álamo (24) y Kiko Matamoros (64), lo que sin duda, reporta autoridad a su negocio en términos de imagen.
Sin embargo, como suele ocurrirles a los negocios prósperos, un cliente instatisfecho puede empañar el trabajo realizado en años. Algo así le ha pasado a la clínica de la doctora canaria. Si buceamos en Youtube podemos encontrar un testimonio que expone la decepción que le sobrevino a Carmen, una creadora de contenido conocida como La shatunga en Youtube. La madrileña cuenta cómo vivió ella su visita al centro de Barber y desvela con detalle los secretos de su paso por la clínica, sita en la madrileña calle Joaquín Costa, desde que entró por la puerta hasta el retoque posterior y la atención de la doctora no queda en buen lugar.
Lo que le motivó a la creadora de contenido del trabajo de Carla es la manera en que conseguía perfilar los labios. Tras ver algunos trabajos acudió a su consulta, donde la decepción no tardó en llegar. Cuenta Carmen que una de las cosas que más le sorprendió, fue el trato y el tiempo que la ex de Diego Matamoros (34) dedica a cada paciente: "Ir a Carla Barber es como ir a comprar unas pechugas de pollo a la carnicería", explica la youtuber en referencia a los escasos minutos que la doctora le dedicó antes de intervenirla. "Nadie quiere hacerse un retoque en la cara que le lleve cinco minutos", especifica, para más tarde relatar lo que le hubiera gustado que ocurriera, con unas palabras que denotan una atención de poca calidad por parte de la cirujana: "Lo que quiero es que me atiendas, que me sientes, que me dejes que te cuente mi vida durante una hora y media -comentaba con tono irónico- y luego ya si eso me pones algo en la cara".
Toda esta atención deficiente se ve intensificada por el alto precio de la intervención, según la relatora del testimonio. El retoque estético le supuso a Carmen 400 euros que en su opinión fue demasiado dinero, aunque ella en su testimonio pone el foco sobre todo en la atención recibida.
En cuanto a la intervención en sí, La Shatunga cuenta que ella iba buscando definición más que un aumento: "Yo que no iba buscando volumen, al principio me vi con una boca rape un poco importante", aunque acto seguido especifica que podía deberse a la inflamación producto de los pinchazos. Sin embargo, el aspecto final, tampoco convenció a la prescriptora: "Yo veía en las fotos de unos labios superrosados que daban gusto y yo sentía la boca muy blanquecina. Tenía los labios hinchados y de rape".
Grandes dividendos
Una de las virtudes de Carla es que conoce muy bien el entorno de las redes sociales y, lógicamente, utiliza esta destreza para promocionar su clínica. Sus seguidores están al día de los movimientos de la doctora, que a menudo viaja a Canarias, las islas donde nació, para atender a sus clientas del territorio insular. Además, en su cuenta de Instagram son muy populares las publicaciones en las que la doctora comparte algunos de sus trabajos medicoestéticos.
Con tres establecimientos en funcionamiento, la doctora facturó en 2019 más de cinco millones de euros, tal y como consta en las cuentas que su empresa -Clínicas Barber SL- presentó al Registro Mercantil y a las cuales JALEOS tuvo acceso. Además de la actividad de la clínica propiamente dicha, la concursante de Supervivientes ha encontrado otra manera de rentabilizar su conocimiento de medicina estética. Además de ofrecer decenas de tratamientos faciales y corporales, la doctora y su equipo dedican parte de su tiempo a la formación a profesionales. Cada año, Barber imparte un curso de Medicina Estética por el que se embolsa más de 36.000 euros en 12 horas.
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