Hace 18 años España se paralizó al conocer que el matrimonio Beckham iba a fijar su residencia en la capital durante varios años tras el fichaje de David (46 años) por el Real Madrid. El atractivo futbolista y su famosa mujer, la Spice Girl Victoria Beckham (47), se instalaban en una mansión de La Moraleja sin saber nada de español ni conocer las costumbres del país. Para solventar este problema cultural, contrataron a una joven llamada Rebecca Loos (44) como asistente personal.
Rebecca tenía un currículum intachable. De nacionalidad española, hija de un diplomático neerlandés y madre británica, la joven se convertía en la mejor baza para el todopoderoso matrimonio de cara a adaptarse a su nuevo destino. Loos estaba preparadísima para la tarea, pues había estudiado en los colegio ingleses más exclusivos -mucho más importantes que en los que estudió la propia Victoria pese a pertenecer a una familia de buena posición-, conocía de protocolos y dominaba varios idiomas. Y de hecho, no fue casual que se le adjudicara el matrimonio Beckham Adams, dueños de un imperio empresarial, ya que Rebecca comenzó su carrera en un banco estadounidense. Loos sabía que sus nuevos jefes valían oro, y por tanto, su silencio también.
La propia española contó en el programa Está pasando que ella tenía que estar cada día en casa de los Beckham antes de que se levantaran de la cama y su jornada terminaba cuando ellos se acostaban, precisamente porque no conocían el idioma ni la ciudad de Madrid y tenía que estar con ellos desde el inicio al fin del día. Por este motivo sus jornadas de trabajo eran largas y muy movidas, con viajes improvisados, cenas eternas...
Victoria apuró su viaje a España con sus hijos, porque, según se filtró, supuestamente para la Posh Spice nuestro país "olía a ajo", mientras David ya estaba en Madrid junto a Rebecca. Poco a poco, tras pasar muchas horas juntos, en reuniones, de compras, jugando con sus hijos y demás, lo que era una relación profesional se convirtió en un romance clandestino repleto de pasión.
Y un día llegó la sorpresa más controvertida: "Recibí una llamada en la que me decían que eran de News of the World y que iban a sacar a la luz lo mío con David Beckham. Mi corazón dejó de latir durante un minuto", contó Rebecca Loos. Tras una primera reacción nerviosa y sin saber qué hacer, finalmente, entendió lo provechoso que sería adelantarse a cualquier filtración y ser ella misma quien contara el affaire por una alta cantidad de dinero. Así lo hizo. El periódico le pagó más de 388.000 euros por contar su historia y seguidamente hizo lo propio en una entrevista televisada en la cadena Sky One por 166.000 euros. De hecho, los abogados de Beckham movilizaron todo para impedir que esta entrevista no se emitiera, pero no lo lograron.
Esa conversación en el canal británico no solo fue lo más visto de la temporada con millones de espectadores, sino que hizo que Rebecca se ganara la aprobación de los ingleses y que todos dieran crédito a su relato e incluso la prefirieran a ella por encima de Victoria. Narró sus encuentros sexuales con David, cómo éste le ofreció fresas de forma romántica en su primera 'cita' y cómo pasó de ser una historia bonita a meramente actos sexuales esporádicos. Lo más curioso de la entrevista fue que para probar que su affaire fue real, Rebecca aseguró que David esconde un detalle corporal que solo quienes se han acostado con él pueden conocerlo, y que cuando fuera necesario probarlo ante el juez, lo desvelaría.
El imperio Beckham empezó a tambalearse, pero entonces llegó Anthony Adams, padre de la Spice Girl y 'cerebro' de la marca empresarial del matrimonio del futbolista y su hija. Se negó a llegar a juicio, pero controló cada movimiento de su entorno para que no volviera a pasar y que el emporio de familia estuviese a salvo. Así que pidió a todos los que les rodeaban que firmasen un contrato de confidencialidad.
Victoria y David siguieron con su vida 'perfecta', y Rebecca aprovechó su fama para acudir a grandes fiestas, concursar en realities como Supervivientes y pisar platós. Pero ahora nada es así.
Actualmente vive en una granja -aunque lujosa- de Noruega con su marido y sus dos hijos. Comparte muchos momentos de su vida en sus redes sociales, donde se presenta antes sus 12.500 seguidores como profesora de yoga, amante de la naturaleza, masajista y profesional de la salud.
Rebecca también posee una página web oficial en la que recoge todos los aspectos de su vida -pasado y presente- y en este espacio hace una llamativa reflexión que revela sus sensaciones actuales: "Si alguien se me hubiera acercado hace diez años en Londres y me hubiera dicho que un día estaría viviendo en una vieja granja en una pequeña ciudad de las montañas noruegas, casada y madre de dos hijos, me hubiera echado a reír. Pero aquí estoy. Muy lejos de Londres y Madrid, del glamour, la pompa y las cámaras que un día fueron mi vida, y más feliz de lo que nunca he sido. Eso es lo maravilloso de la vida: nunca sabes qué te deparará el mañana".
[Más información: Qué fue de Miquel Serra, el reportero del 'Tomate', y preferido de la duquesa de Alba, al que despidieron]
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