Ana Soria (24 años) se ha llevado un gran susto tras sufrir un aparatoso accidente. Mientras tomaba tierra tras disfrutar de una jornada en alta mar, la pareja de Enrique Ponce (49) ha acabado literalmente por los suelos. La pareja disfruta de un discreto verano, muy alejado de la exhibición de su romance que hicieron el año pasado, y celebra el recién firmado divorcio de Enrique Ponce con Paloma Cuevas (48) haciendo lo que más les gusta: relajarse en alta mar.
Pareja flamante en la proa del barco, Enrique y Ana pasaron un divertido día de navegación en compañía de unos amigos. Todo sigue siendo idílico entre ellos, incluso el de Chiva ha cambiado gustosamente la muleta con la que dar naturales a los toros, por la manguera con la que sacar lustre a la lancha. Hasta que la mala fortuna se cruzó en su camino al llegar a puerto.
Ana Soria sufrió una aparatosa caída al tropezar en el amarre de la lancha, quedándose atrapada en posición horizontal entre la embarcación y el pantalán. Sin dudarlo ni un momento, Enrique, convertido en héroe por un día, corrió a socorrer a su amada. Una vez pudo sacarla del hueco en el que quedó enganchada su chica, no dudó en consolarla dedicándole numerosas muestras de cariño hasta conseguir tranquilizarla y arrancarle una sonrisa.
Pasado el susto, Enrique y Ana emprendieron el camino de vuelta a casa junto a su mascota, Ney, y una gran bolsa de uvas, porque, si hay algo que ha dejado claro Enrique en esta nueva etapa de su vida como hombre divorciado y enamorado, es su pasión por Ana y por la vida sana.
Unas imágenes que revelan que entre ellos no hay ni crisis, ni vestigios de ella. Enrique Ponce y Ana Soria siguen tan enamorados como el primer día y su relación se afianza a pasos agigantados, más ahora que el diestro es oficialmente un hombre divorciado.
La vida tras el divorcio
Enrique y Paloma ya están legalmente separados. Ya figuran como solteros a todos los efectos. Un año después, Ponce y su pareja, Ana Soria, son 'libres' para edificar un futuro juntos. Tras hacerse pública esa firma, JALEOS pudo conocer, a través de una fuente de total solvencia, que Cuevas se sintió "liberada" al ser informada. Cabe recordar que su firma llevaba tiempo esperando ser acompañada de la del padre de sus hijas. Paloma Cuevas arranca una de las etapas más serenas y renovadas de su vida. "Ha pasado un año difícil. Complicado. No solo por el tema Enrique, sino también volcada en su padre, que ha estado achacoso", se informaba hace unos días. De hecho, es ella quien está cuidando de sus progenitores, quienes viven con ella en la que fue la casa conyugal, en Pintor Rosales. Así se decidió en consenso con su hermana, se explica. No se ha separado en este tiempo de la vera de su padre, Victoriano Valencia Roger (90), y ahora su vida, poco a poco, parece recolocarse.
En estos días, y durante meses, ha habido una cuestión que ha sobrevolado a la pareja formada por Ponce y Soria: la posible futura boda. Se ha deslizado, incluso, en algunas tertulias de radio que los Soria habrían ejercido algún tipo de presión por ver divorciado a Enrique. Al otro lado del teléfono en conversación con este medio, no se negó que a Ana le hace mucha "ilusión" casarse. La familia de la joven es muy conservadora, pero de ahí a todo lo que se ha dicho hay un abismo. "La boda puede producirse, pero en un futuro. Ninguno tiene prisa. No se ha hablado de forma seria sobre eso", se apuntó.
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