Enrique Ponce celebra este 8 de diciembre su 50 cumpleaños. Un aniversario que festejará en la más absoluta intimidad y alejado de los focos, tal y como lleva haciendo desde finales del mes de mayo. Fue entonces cuando tomó la decisión de eliminar su cuenta de Instagram. Una drástica decisión que, según se apuntó, llegaba tras varias advertencias en su entorno sobre que la exposición continua de su amor por Ana Soria (22 años) en las redes no le favorecía ni en su carrera ni en plenos trámites de su divorcio. Pero entonces, una semana después, su joven novia hacía lo propio y borraba su rastro de Instagram.
Así llevan más de seis meses. Y este miércoles la pareja tiene mucho que celebrar. Enrique Ponce y Ana Soria siguen tan enamorados como el primer día y su relación se afianza a pasos agigantados, más ahora que el diestro es oficialmente un hombre divorciado desde el pasado mes de julio, mes en el que tuvo lugar la firma con la que ponía fin a su matrimonio con Paloma Cuevas (48) después de un año de separación.
El torero y la estudiante de Derecho continúan con sus vidas, alejados de los medios de comunicación tras haber sido protagonistas durante todo el verano. Pese a su discreción, han sido muchos los días estivales en los que la pareja se ha dejado ver disfrutando de largas jornadas en alta mar en las que daban muestras de su sólido romance y de cómo la pasión sigue viva entre ellos. Y para ello volvieron a escoger el mar Mediterráneo que baña las costas de Almería, tierra natal de Ana.
Justamente en el mes de julio, cuando se fraguó la rúbrica que sentenciaba ya el divorcio entre el diestro y su exmujer, Ponce y Soria no disimulaban su felicidad en la proa del barco. La pareja disfrutó de un divertido día de navegación en compañía de un grupo de amigos. Vivieron momentos idílicos, pero al llegar a puerto Ana sufrió una aparatosa caída al tropezar en el amarre de la lancha y quedándose atrapada en posición horizontal entre la embarcación y el pantalón. Sin dudarlo ni un momento, Enrique, corrió a socorrer a su amada. Una vez pudo sacarla del hueco en el que quedó enganchada su pareja, con ayuda del patrón, no dudó en consolarla dedicándole numerosas muestras de cariño hasta conseguir tranquilizarla y arrancarle una sonrisa. Pasado el susto, Enrique y Ana emprendieron el camino de vuelta a casa junto a su mascota, Ney.
Un altercado veraniego que ha quedado en anécdota. Sin embargo, lo que sí apena al torero en estos momentos es no ver cumplido uno de sus sueños. Hace unos meses se conoció que Enrique quería centrarse una de sus grandes pasiones: la música. Tiene 10 canciones grabadas y una empresa de espectáculos ya creada para sus futuras actuaciones, pero aún no se ha materializado. ¿Lo hará realidad a sus 50 años y en el 2022? Habrá que esperar.
[Más información: Enrique Ponce regresa a los ruedos tras su retiro en Almería: sabemos la razón y cómo está Ana Soria]
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