Este 2021 quedará grabado en negro en la memoria de Alba Santana (37 años). Este sábado 11 de diciembre, la hija del tenista Manolo Santana conocía la muerte de su padre a miles de kilómetros de distancia y solo seis meses después de haber perdido a su madre, Mila Ximénez, fallecida el pasado 23 de junio.
El deportista falleció a los 83 años de edad tras vivir una época muy delicada en cuanto a su salud. Dijo adiós en su amada Marbella, pues pese a que era madrileño, la ciudad malagueña cautivó su corazón desde muy joven, así que este domingo se dispuso una capilla ardiente para velarle. Sin embargo, sus restos han sido trasladados a la capital madrileña este lunes para que todo aquel que le quisiera y le admirara pueda despedirse de él en la Caja Mágica y, en concreto, en la pista que lleva su nombre.
Su única hija en común con Mila, Alba Santana, fue la gran ausente el domingo, pero no ha faltado este lunes a la triste cita en Madrid. Pese a que hace años que padre e hija no mantenían ningún tipo de relación, Alba siempre defendió la bella infancia que le dio su padre, algo que incluso afirmó la propia Mila en vida.
En torno a las dos de la tarde, Alba, visiblemente abatida ha aterrizado en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas de un vuelo procedente de Ámsterdam -donde reside con su marido y sus dos hijos- para acudir al especial adiós a su padre en el terreno en el que tantos títulos ganó.
La hija del tenista ha lucido un estilismo completamente negro, de luto, y ha portado una pequeña maleta, mientras intentaba ocultar su tristeza con unas enormes gafas de sol negras. Tras agradecer el pésame a los reporteros y fotógrafos que aguardaban en su salida del aeropuerto, Alba ha manifestado que "es un momento muy difícil" y al mismo tiempo ha detallado que pese a que entre ellos "no existía comunicación", ha querido estar en su despedida por "el cariño" que se han profesado a lo largo de su vida.
Al llegar a la Caja Mágica, Alba se ha fundido en varios abrazos con algunos de los familiares de su padre, pero, según los periodistas que han sido testigos del momento, no se ha producido ningún acercamiento con la viuda, Claudia Rodríguez.
Abatida y cabizbaja, la hija de Mila Ximénez, acompañada en todo momento por su hermana más fiel, Beatriz Santana -nacida fruto de una anterior relación del tenista con Fernando Dopeso-, no podía parar de caminar y observar las innumerables coronas de flores que ha recibido su padre, así como las muestras de cariño de miles de ciudadanos.
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