El 23 de junio de este año, Alba Santana (37 años) vivió un tristísimo día al tener que despedir a su madre, Mila Ximénez, a la que estaba muy unida y con la que tenía una complicidad envidiable. No tenía, para nada, la misma relación con su padre, Manolo Santana, de hecho, no tenían ya comunicación desde hace años, pero al fallecer el tenista este sábado 11 de diciembre, Alba no ha dudado en acudir a su último adiós. Sin embargo, a la cita de este martes no se ve capaz de asistir.
Alba Santana fue la gran ausente el domingo en la capilla ardiente que tuvo lugar en Marbella, pero no así en la que se realizó con los restos mortales del deportista este lunes en la Caja Mágica de Madrid. Pese a que hace años que padre e hija no mantenían ningún tipo de relación, Alba siempre defendió la bella infancia que le dio su padre, algo que incluso afirmó la propia Mila en vida.
Aterrizó el lunes al mediodía en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas de un vuelo procedente de Ámsterdam -donde reside con su marido y sus dos hijos- y se dirigió, visiblemente abatida, a la Caja Mágica de la capital y en concreto a la pista de tenis que lleva el nombre de su padre.
Al llegar al lugar donde descansan los restos de Manolo Santana, su hija se fundió en varios abrazos con algunos de los familiares de su padre, pero no dio el pésame ni se acercó a su viuda, Claudia Rodríguez. Sí contó, sin embargo, con el apoyo en todo momento por su hermana más fiel, Beatriz Santana -nacida fruto de una anterior relación del tenista con Fernando Dopeso-, mientras se dirigía al féretro para despedir a su padre.
Eso ocurrió este lunes, pero este martes, 14 de diciembre, está previsto que los restos mortales del tenista se trasladen hasta el cementerio de La Almudena, donde se procederá a la incineración. A este acto Alba Santana ha decidido no asistir, pues no quiere volver al lugar donde se despidió de su madre, Mila Ximénez, por última vez, ni revivir el día más doloroso de su vida.
Hace solo seis meses que perdió a su amada madre, y la muerte de su padre, pese a que estaban distanciados, "ha sido dura, es muy difícil", según ha reconocido la propia Alba. "No me lo puedo creer. Adoraba a mi padre. Lo quería muchísimo. Lo mínimo que podía hacer era venir a despedirme de él en persona", dijo nada más pisar Madrid.
[Más información: Alba, hija de Manolo Santana y Mila Ximénez, abatida en el último adiós a su padre]