"Psicóloga. Feminista. Madre de 3". Así se define Irene Montero (34 años) en la biografía de su cuenta oficial de Instagram. Madre de tres niños que, por encima de sus labores como ministra de Igualdad, son su absoluta prioridad. No ha titubeado Montero en trazar líneas rojas cuando ha considerado que los derechos fundamentales de sus mellizos, Leo (3) y Manuel (3), y de su pequeña, Aitana (2), se han visto vulnerados.
Mantener intacta la privacidad y la protección de sus hijos, especialmente la de los dos mayores -la benjamina ha llegado a asistir en sus primeros meses de vida a manifestaciones en los brazos de sus padres-, ha sido siempre primordial tanto para la militante de Unidas Podemos como para su pareja sentimental, Pablo Iglesias (43).
Este pasado domingo, 17 de abril, no obstante, Montero decidió saltarse levemente sus propias reglas. Por primera vez en los casi cuatro años que lleva siendo madre, la ministra de Igualdad tomaba la determinación de publicar una fotografía -eso sí, de espaldas- de sus tres vástagos. Entre los detalles que han llamado la atención cabe destacar que uno de los mellizos, Manuel, lleva una especie de falda estampada en flores y rematada con un volante.
Pero ¿qué más hay detrás de esa instantánea, en apariencia natural, en la que una madre juega plácidamente con sus hijos? ¿Cuáles son los mensajes ocultos? ¿Cuáles son las intenciones de Montero al publicar esta imagen? Dijo en su día el expresidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt que "en política nada ocurre por casualidad. Cada vez que un acontecimiento surge, se puede estar seguro de que fue previsto para llevarse a cabo de esa manera".
Mucho menos casual -y sí causal- si en la ecuación incluimos los conceptos "redes sociales" e "Irene Montero" o "Pablo Iglesias", conocedores de que sus movimientos y opiniones son siempre observados y analizados al detalle. Para dar respuesta a estas preguntas, EL ESPAÑOL ha contactado con Verónica Fumanal, consultora en estrategia, comunicación y liderazgo y presidenta de la Asociación de Comunicación Política (ACOP).
"Lo que Irene Montero busca es una mayor personalización de su figura pública", comienza relatando la profesional consultada por este diario. "En estos momentos, la despersonalización es una de las herramientas más eficaces para insultar o para ir contra un personaje público. La despersonalización hace que la gente no tenga filtros a la hora de hablar o de valorar a un determinado personaje. Con esta foto, lo que Irene Montero hace es personalizarse, humanizarse: mostrar que cuando la insultan hay una familia detrás", señala.
Irene Montero se divierte y se entretiene en el último día de vacaciones de Semana Santa, el Domingo de Resurrección, con sus tres pequeños. Mientras que ella les cuenta, aparentemente, una historia animada, escudada en un teatro de apariencia artesanal, al fondo de la imagen aparecen juegos de la corriente Montessori.
El método Montessori se caracteriza por proveer un ambiente preparado: ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de los niños. "El aula Montessori", según se desvela en la página web de la Asociación Montessori, "integra edades agrupadas en períodos de tres años, lo que promueve naturalmente la socialización, el respeto y la solidaridad".
"Efectivamente, hay unos elementos muy identificativos", declara Fumanal, que prosigue, "esos arcoíris son juegos artesanales de la corriente Montessori. Se trata de una corriente educativa pedagógica muy vinculada a sectores progresistas y que habla de una educación muy transversal, adaptada a las necesidades de los niños, muy manual, muy de la imaginación y apartada cuestiones o de juguetes más electrónicos".
La experta resta absoluta importancia al hecho de que uno de los mellizos luzca una falda y no encuentra demasiado misterio en la decisión de Irene Montero a la hora de postear la estampa familiar. "Hay veces que todo es mucho más espontáneo de lo que parece y las interpretaciones se buscan a posterior. Lo de la falda puede ser que al niño le guste disfrazarse", añade.
Otro de los puntos que más han llamado la atención es la ausencia de Pablo Iglesias. No sólo en la imagen, sino en la interacción propia del post en redes. No existe su like ni tampoco un comentario -o un simple emoji- al ver la foto de su núcleo familiar en la intimidad de su hogar.
En este sentido, Verónica Fumanal apunta lo siguiente: "Sobre la ausencia de Pablo Iglesias te puedo decir que la última vez que aparecieron juntos como pareja fue para defender ante un juez la honorabilidad e intimidad de sus hijos contra un periodista y un medio de comunicación. En este caso, creo que ella quiere distanciarse de su vinculación emocional con Pablo Iglesias y quiere hablar de ella, de su figura como madre y no como cónyuge, sino como protagonista de la acción".
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