Carmen Ballesteros junto a su marido, Juan Diego García, en una imagen de sus redes sociales.
Carmen Ballesteros, nieta de Emilio Botín, y su marido, el farmacéutico Juan Diego García, esperan su primer hijo
La hija de Severiano Ballesteros y Carmen Botín está de cinco meses. El matrimonio se dio el 'sí, quiero' en mayo de 2024 en Cantabria.
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Puede que no haya mujer más feliz en estos instantes, sobre la faz de la Tierra, que Carmen Ballesteros Botín (31 años), nieta de Emilio Botín. La joven y su marido, el farmacéutico Juan Diego García, esperan su primer hijo en común. La hija de Severiano Ballesteros y Carmen Botín se encuentra en su quinto mes de gestación.
La noticia, avanzada por ¡HOLA!, se ha hecho pública en un día marcado en rojo para Carmen, este 19 de marzo, Día del Padre. Es una fecha aciaga para Ballesteros Botín, pues perdió a su recordado padre en el año 2011. Su recuerdo, pues, siempre está presente para ella. La vida sigue y este Día del Padre actual hay un motivo para sonreír.
Juan Diego García, su marido, se convertirá en padre en unos meses. Carmen no puede estar más feliz. También su madre, Carmen Botín, que será abuela. Carmen y su razón de amor, Juan Diego, sellaron sus vidas en mayo del año pasado, con una gran boda celebrada en la localidad de Puente San Miguel, en Reocín, Cantabria.
El lugar escogido no fue baladí, pues anteriormente ya fue el escenario de otros enlaces, como el de Emilio Botín y Victoria Hermosilla, en marzo del pasado año, o el casamiento de Daria Botín y Aymon Brunel, en el año 2021.
La también sobrina y ahijada de Ana Botín O'Shea (64), la actual presidenta del Banco Santander, festejó el enlace en la finca privada Puente de San Miguel. Un lugar muy especial, pues es allí donde reposan los restos mortales de su abuelo, Emilio Botín.
El matrimonio en una fotografía de las redes sociales de ella.
Para tan magna ocasión, Carmen Ballesteros lució un impresionante vestido, firmado por Rosa Clará, claro está en color blanco, drapeado y con escote en V. En cuanto al ramo de flores, la novia optó por lucir la belleza de unas peonías. Por su parte, el novio se inclinó por la sobriedad de un chaqué en color azul, chaleco y corbata en tono marino.
Al 'sí, quiero' no faltaron las personas más importantes en la vida de Carmen Ballesteros Botín. Tampoco su tía, Ana Patricia Botín, ni tampoco su abuela, Paloma O'Shea, filántropa y responsable de la Escuela Superior de Música Reina Sofía.
"Mi abuela materna es mi referente de estilo. Me encanta la elegancia que tiene, siempre va bien vestida para la ocasión. Pero, por supuesto, mi tía y madrina Ana, ella es la persona que más admiro en el mundo", contó Carmen Ballesteros, hace un tiempo, en una entrevista en ¡HOLA!
Carmen Ballesteros y Juan Diego García celebraron su preboda con una gran fiesta en la casa-museo que Severiano Ballesteros construyó en Pedreña, su localidad natal.
Los padres de Carmen
Carmen Ballesteros Botín es la hija pequeña de Carmen Botín O'shea y del golfista fallecido Severiano Ballesteros. La relación entre la hija menos mediática de Emilio Botín y el afamado deportista llegó a su punto máximo con una discreta boda en noviembre del año 1988.
Fruto de su matrimonio con el poseedor de uno de los mejores palmareses de la historia del golf, nacieron tres hijos: Javier, Miguel y Carmen. Todos ellos han heredado el amor por la banca, la empresa y, sobre todo, el deporte.
Educada entre Madrid y Cantabria, Carmen siempre ha sido la niña de los ojos de sus dos hermanos mayores. La relación entre ellos es muy estrecha, especialmente desde que vivieran juntos uno de los golpes más duros: la muerte de su padre. En los últimos años de su vida, Severiano Ballesteros no se encontraba demasiado bien.
Fátima Galaza, la que fuera su novia tras el divorcio de la madre de sus vástagos, falleció en el año 2007 en un accidente de tráfico.
Un año más tarde, Seve -como lo llamaban cariñosamente en su entorno más íntimo- sufrió un mareo en el aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez y le diagnosticaron un tumor en el cerebro. El 7 de mayo de 2011, dos años y medio después de que le detectasen el tumor, Ballesteros encontraba la muerte en Pedreña, su tierra natal.
