Este viernes 1 de noviembre es festivo en España, con motivo de la celebración de Todos los Santos. Sin embargo, los fans de Nicky Jam (38 años) tendrán una razón añadida para festejar: el artista estadounidense lanza un nuevo trabajo discográfico, Íntimo, un álbum que presentó este martes en El Hormiguero.
Su entrada al plató ya fue especial. Tras el abrazo de rigor con Pablo Motos (54), Nicky Jam no dudó en acercarse al público para darse, literalmente, un baño de masas, a través de numerosos abrazos. Esa era solamente la primera sorpresa. La segunda llegaba de mano del presentador del programa: la entrega al artista de todos los discos de platino que ha logrado en España. "Te lo regalaría, pero la disquera se puede enfadar conmigo y dirán que soy un desagradecido", bromeó Nicky Jam.
Ya más relajado, el cantante empezó hablando de todos los tatuajes que tiene en su cuerpo, nada menos que 38: "Hay algunos que no significan nada. Los que vieron mi historia en Netflix saben que estuve 3 años en la cárcel, tenía mucho tiempo sin nada que hacer y me hice tatuajes. Tuve un amigo que se tatuó un muslo de pollo", relató el invitado, con una mezcla de cruda realidad y humor.
Esa historia personal, con muchos altibajos, puede portar una poderosa moraleja para las nuevas generaciones. Eso al menos es lo que espera el propio Nicky Jam: "La intención era que la historia tocara a la juventud. Fue muy gráfico para que la gente viera del boquete del que salí. Si lo hacía bonito, los jóvenes no se identificarían. Este año cumplo 10 años limpio de las drogas y el alcohol. Sé que no es normal que la gente hable de esas cosas aquí, pero es mi historia", destacó.
Infancia muy dura
Muy emotiva fue también la historia sobre el reencuentro con su madre. "Tomaba unas 39 pastillas al día, mezcladas con alcohol”, evocó el norteamericano, antes de justificar que “era algo de rebeldía, de no haber estado con mi madre. Muchas de las cosas que hice en la música fueron para que ella me encontrara. En un show en República Dominicana, un guardaespaldas me dijo que mi madre estaba buscándome. Salí, la saludé y nos abrazamos. Ella y mi padre también estuvieron en la droga, como yo, rompí esa cadena".
Esa espiral de drogas y excesos estuvo a punto de costarle caro. "En Colombia casi muero de una sobredosis. Me volví loco por allá. Fue el momento en el que decidí quitarme del vicio", aseguró. Tras esa decisión llegó otra fase dura, la de la rehabilitación, marcada por el mono: "Cuando lo estás dejando tiemblas de frío, te arropas y sudas y tiritas de calor, te duelen los huesos. Imagina pasar eso tres días seguidos. Hay gente que no lo supera, que se muere. Para mí, mis padres son mis héroes, vivo muy orgulloso de ellos".
"Hice muchas cosas que no tenía que hacer", prosiguió, evocando que "me dieron 6 años de cárcel, salí a los 3 porque me porté bien y porque era cocinero”. Y sobre eso, sobre gastronomía, Nicky Jam destacó que "aquí coméis mejor que en Puerto Rico y en otros lugares. No he visto gordos en España, aquí todo el mundo está flaco. Yo vivo para comer, los españoles que trabajan conmigo casi no se acuerdan de que tienen hambre".
Al margen de España, otro país al que este artista está tremendamente agradecido es Colombia: "Siento que es mi casa, me dieron casi todo. Fui allí a buscar mi sueño. Me llamaron para un concierto, me ofrecieron 2.000 pesos y por esa cantidad yo era capaz de cantar y de limpiar el coche del que me contrataba. Entonces pesaba 150 kilos, por eso de la rehabilitación, parecía el muñeco de Michelín. La gente alucinó y eso me sirvió para hacer muchos shows".
También recordó su etapa con Daddy Yankee (42), en la que le fueron bien las cosas musicalmente, pero que también deparó situaciones peligrosas, con amenazas de muerte. Afortunadamente todo eso pasó y ahora la suerte y el dinero le sonríen: el reloj que llevaba en su visita a El Hormiguero está valorado en unos 350.000 euros.
Si toda la historia de Nicky Jam había sido sorprendente, el número de una de las colaboradoras, Pilar Rubio (41), también estuvo a la altura, ya que fue capaz de hacer un perrito caliente con los mandos de una excavadora.
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