Cuando se canceló Pasapalabra y Christian Gálvez (39 años) se quedó sin puesto de presentador, pocos imaginaban que la cadena de Fuencarral pronto le tendría preparado un espacio de relevo: El Tirón. Así, el 18 de octubre Gálvez volvía a ponerse al frente de un concurso similar al del mítico Rosco, pero con algunas diferencias. De hecho, no tan puntuales ni sutiles, según la crítica de la audiencia. El espacio regresaba como una sección dentro de Sálvame; al principio, en un bloque de 30 minutos que degeneró en menos de 20. En concreto, 18. Es decir, de 20:52 a 21:10 horas, aproximadamente.
En otras palabras, un Pasapalabra reducido a la mínima expresión. Sin embargo, lo peor que lleva la audiencia es que sea un programa grabado. No por el hecho en sí de la grabación -Pasapalabra también era en diferido en su mayoría de emisiones-, sino por hacer ver que el espacio se emite en riguroso directo. Una situación que ha indignado a propios y extraños, así como desorientado.
Y es que, resulta un tanto chocante el hecho de que Gálvez aparezca -como ocurrió hace unos días- en el plató de Sálvame -vestido de igual modo que en la grabación- y simule dirigirse al centro de plató acompañado por Jorge Javier Vázquez (49) y en ese mismo momento se produce un drástico corte en la emisión para dar paso al espacio en diferido y encorsetado. Además, casi siempre, al cierre del programa, entra de lleno, igual de impetuosamente para la emisión, el corte de los informativos de Pedro Piqueras (64).
Con todo, el caso es que la audiencia se pregunta cuál es la finalidad de hacer ver esta suerte de "pantomima", como lo califican los internautas. ¿Será para ganar más audiencia o fidelidad simulando un directo? Sea como fuere, la audiencia no lo entiende, pues Pasapalabra, con su Rosco, se seguía con el mismo fervor y se sabía que no era en directo.
En otro orden, esta no es la única polémica que acompaña al formato. Además de las críticas por parte de los espectadores, a nivel profesional las propias audiencias del programa también están generando bastante controversia. Y es que, si bien al comienzo del programa se informaba diariamente de las cuotas de pantalla, conforme pasaron los días la cifra se camufló dentro de la sección Sálvame Banana y ni siquiera lo diferencian del cómputo global.
[Más información: 'Pasapalabra' ya tiene sustituto: sabemos la fecha de estreno y quién lo presentará]