Nuestra Tamara Falcó (38 años) ha sido el auténtico descubrimiento de la última edición de MasterChef Celebrity. Yo no tenía ninguna duda de que la hija de Isabel Preysler (68) iba a revolucionar los fogones, ¡pero nunca me hubiese imaginado esta recepción tan buena! Ella, con esa forma tan suya de ser y de hablar, de cocinar y relacionarse, se ha metido en el bolsillo tanto a público como a jurado y compañeros. Cada día iba librándose de la expulsión mientras veía caer cabezas amigas... ¡Todos a sus pies! Tamara, pide por esa boquita y se te concederá. Eres la niña bonita. 

Me escribe este finde un colega de TVE y, en plena conversación, me secretea con complicidad: "Tú no sabes lo fácil que fue trabajar con ella. Ella, que va de pija y todo lo que tú quieras, no puso ni un solo pero. ¡Tendrían que haber aprendido tanto de ella otras como..." Me suelta dos nombres, pero me los guardo por aquí. No por respeto, sino para tenerlos como munición. Total, que Tamara, nuestra Tamara, es un ángel caído del cielo. Un ser de luz que llegó a nuestras vidas para iluminarlas y, por qué, para hacernos ver y creer que esa parte naíf y creyente no se nos debe ir nunca.

 

¿Qué trabajo nos cuesta creernos que Dios está ahí para velar por nosotros y nuestro destino si ella lo dice? Esta no se trata de una catarata de palabras que un servidor suelta así a tontas y a locas, no; la victoria de Tamara, a esas horas tan intempestivas y maleducadas, fue el minuto de oro de la noche y superó los 5,4 millones de espectadores. Ahí es nada. Vale que un programa tan coral no lo levanta solo una persona -pobre de ella-, pero os puedo asegurar que TVE ha quedado muy contenta con la Falcó: y cuando digo muy contenta, es muy muy muy contenta. 

Me siguen bisbiseando: "A ver si te crees tú que la visita de Isabel Preysler y Vargas Llosa (83) fue como tan natural y puntual. ¡Para nada! Es el preludio de lo que vendrá". Y cuando intento escarbar, se me manda callar: "No te voy a decir nada, pero solo te digo que habrá algo". Vamos, que la cadena la quiere y ella se deja querer. No en vano, gracias a ella -sí, ya, ya, también a los demás concursantes- TVE ha dejado de estar un poquito menos hundida. Porque mira que lo está pasando mal el ente público. No mejora, nada mejora, pero Tamara ha producido una bocanada de aire fresco. 

Ahora me van a permitir, por unos minutos y durante unas cuantas líneas, soñar y fabular. ¿Se imaginan, por un segundo, que Tamara y mamá Preysler graban un anuncio de Ferrero? Más, más: Tamara, ¿en las Campanadas? Ya sé que están escogidos los presentadores ya, pero, oye, fantasía sería que le quitara el puesto a Anne Igartiburu (50). Bueno, vamos a quedarnos con cosas más factibles: programas navideños con su presencia seguro que hay por ahí. Me juego el cuello. Y es que, señores, Tamara Falcó es 'chica TVE' por derecho propio.  

[Más información: La ley seca se impone en 'GH' tras el 'caso Carlota': requisan el alcochol, ¡ese no es el problema!]

Noticias relacionadas