Para Jordi Évole (45 años) El Hormiguero no es un espacio cualquiera. Allí anunció públicamente que dejaba Salvados. Unos meses después, el catalán volvía a reencontrarse con Pablo Motos (54) para hablar de su nuevo proyecto, que verá la luz este domingo 2 de febrero, con un nombre poco original: Lo de Évole.
Como invitado platino que es, la complicidad estaba asegurada. Solo así se entiende que Motos abriera el diálogo metiéndose con el look de su invitado: "Sigues reñido con el peluquero, ahora mismo es un nido de cigüeñas lo que tienes ahí". Évole contestó que "podría haber venido antes y cortarme el pelo gratis aquí. Vengo directamente de la cárcel", en alusión a la entrevista a Oriol Junqueras con la que se estrenará su nuevo programa.
Poco tardó Pablo Motos en contraatacar y meterse con el nombre del nuevo espacio. "No se puede ser más vago", le espetó a su invitado, quien explicó el motivo de un bautizo tan poco trabajado: "Hay cosas que no sabes por qué pero al final se quedan. Cuando empezamos a trabajar un compañero dijo que mientras íbamos andando lo llamaríamos Lo de Évole, porque al día siguiente la gente preguntaría que si has visto el programa de Jordi. Hubo una tormenta de ideas, salieran cosas como Érase una vez o Mismo sitio, distinto lugar, que me enteré que era el nombre de la gira de Vetusta Morla", detalló.
En ese momento, Évole cogió el guante y decidió tirarle una chinita a Pablo Motos: "He tenido que buscarme la vida haciendo un programa de cárceles porque tú lo acaparas todo. Los políticos venían a nuestro programa y ahora solo vienen aquí, no te piso la manguera, no busco entrevistar a Will Smith (51). Han pasado por aquí todos salvo Pedro Sánchez (47)". A raíz de esa aseveración, el presentador de El Hormiguero reveló que el actual presidente del Gobierno rechaza sus invitaciones "porque se ha enfadado conmigo porque le apreté por decirle que iba a pactar con Podemos".
Un gran charco
Repasando los líderes políticos que habían pasado por el talk show, Jordi Évole quería saber algo importante: “¿Abascal vino a caballo? Lástima, porque un hostión le vendría bien, sin nada de ello, eso sí”. Y hablando de hostias, Pablo Motos se quejó de las críticas que tuvo por entrevistar al líder de Vox. Évole tiene una teoría al respecto: “Ahora hay hostias preventivas. Cuando entrevistas a alguien parece que pasas a pensar como ese alguien. Creo que es para acojonarnos y para que no hagamos las entrevistas que algunos no quieren que hagas”.
Como era de esperar, las redes sociales no se quedaron indiferentes ante las declaraciones sobre Abascal:
Volviendo a su programa, Évole reconoció que "grabar en una cárcel es complicado y casi más difícil salir que entrar. Tenía muchas ganas de hacer un programa con presos, sin querer juzgar, solo escuchar, un poco a contracorriente que parece que ahora se piden penas duras. En esa voluntad me acordé de un referente, un programa de Jesús Quintero (79). Quería hacerle un homenaje, porque he mamado de él muchas cosas, trucos que he hecho con menos destreza porque él es Dios".
Al margen de estos halagos, el periodista lamenta que ha encontrado "un mundo, el de hace 25 años, que no tiene nada que ver con el de hoy. Hemos ido para atrás, hay menos libertad, menos valentía por parte de los políticos para abrir la cárcel a un periodista, y menos valentía para nosotros; hay que tratar al preso como una persona, también se lo merece".
Además, Évole aprovechó el altavoz de El Hormiguero para contar que aún no ha recibido el visto bueno del ministro Marlaska para entrar en las prisiones españolas, que solo lo ha hecho en las catalanas porque las competencias están transferidas. Entre las caras conocidas que pasarán por su programa están Sandro Rosell (55) o Francisco Granados (56), aunque asegura que el que más le ha marcado es uno en el que habla con personas que "han estado en la cárcel por un delito de tráfico; eso me ha concienciado sobre algo que nos puede pasar a cualquiera, que salían de una comida y cogen el coche porque van cerca".
Mientras Pablo Motos y Évole reflexionaban sobre esta cuestión, Twitter volvía a cargar contra el periodista de Cornellá:
Al margen de los proyectos profesionales, el presentador y su invitado echaron la vista atrás para hablar de delitos que habían cometido en la juventud, lo que dio pie a uno de los momentos más tensos del programa, cuando Évole sufrió un pequeño ataque de cataplexia, una enfermedad que explicó precisamente en su anterior visita: "Gracias Pablo por permitirme hablar de ello en aquel momento. Este año el Ondas me lo han dado el plan póstumo. Hablé de mi enfermedad, cataplexia, de la que acabo de hacer una pequeña demostración, pero no pasa nada, no me voy a morir como sacaron algunos digitales. Será una cosa de por vida, pero estoy medicado y no es nada nada grave", explicó.
La entrevista se prolongó mucho más de lo habitual, sobre todo porque Évole contó con pelos y señales cómo había sido la entrevista con Oriol Junqueras esa misma mañana, un cuestionario que finalmente "ha sido algo improvisado" por el anuncio de Torra del adelanto electoral.
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