Fue el pasado 13 de enero cuando el programa A partir de hoy, conducido por Máximo Huerta (49 años), alargaba su emisión en la franja matinal de TVE y se cerraba para siempre el espacio de cocina Hacer de comer, que se emitía justo después del de Huerta y que estaba presentado por el chef malagueño Dani García (44). Una hora y media más para él. Pese a su discreta audiencia, el ente público confiaba de nuevo en el otroro Màxim. De nuevo, todas las esperanzas se depositaban en él tras su renovación el pasado verano y se despachaban a Dani García.
¡Y eso que sus audiencias rondaban en torno al 6,5 por ciento de cuota de pantalla y unos 350.000 espectadores! Vale que son datos más que humildes, pero si tenemos en cuenta que la media de TVE en 2019 se fijó en un paupérrimo 9,4 de share, un 6,5 se entiende más que correcto. Sin embargo, La 1 quería crecer y esprintar hacia las dos cifras. Por eso el día 13 había nerviosismo y esperanza a raudales en la pública: se cruzaron los dedos por que Máximo lograra reflotar la cadena. Se convertía en el 'niño mimado', en el rey de una mañana cuyos brillos ya ni se recuerdan. Ese día A partir de hoy marcó un 7,8 por ciento, un dato muy en su línea, 'bueno' dentro de lo malo.
En ese baremo ha estado Máximo todo este tiempo: marcando su máximo histórico en un 9 por ciento y su mínimo, en un 5,7 de share. En esa horquilla ha estado desde ese 13 de enero, sin alcanzar las dos cifras ni llegar a la media de la cadena. A Máximo le está costando mucho, y eso que, en mi opinión, no tiene un mal programa. Todo lo contrario; creo que es algo innovador, diferente; algo poco común en la televisión actual, ¡y menos en la pública! Ha creado un formato que se merece triunfar, por el clima que él genera, por esa estética tan costumbrista.
Estar con Máximo es como estar en casa. Poner TVE en su franja es charlar distendidamente entre amigos. Algo pretendidamente informal que, sin darte cuenta, está formando. La apuesta era grande; de ahí ese plantel de colaboradores: Silvia Jato (48), Gonzalo Miró (38), Marta Fernández (46), entre otros. Cabe recordar que Máximo llegó a TVE como el gran fichaje y se enroló en la aventura pública como el mejor pagado. Según se avanzó, el escritor estaría cobrando 23.400 euros al mes y cerca de 1.200 al día. Una cifra que cuadriplicaría su sueldo como ministro. ¡Lo que se merece, oye! Porque, Máximo, es un profesional de tomo y lomo y estás currándotelo a tope.
Lo que pasa es que a veces no se puede luchar los elementos. La 1 hace tiempo que se mueve a su ritmo y que no compite, ¡por no hacerlo no tiene ni publicidad! Todavía me acuerdo de cómo comenzó usted en TVE. De esa cifra tan pobre. Ese 5,9 por ciento de share no le hacía justicia. Ni a usted ni al contenido del programa. Ni ese mínimo de 5,6 ni tampoco ese máximo de 6 por ciento. Ahí hay calidad, elegancia, educación, buen gusto... pero, nada, Máximo, la gente cambia de canal y se va a El programa de Ana Rosa. Estamos de acuerdo en que hay otros canales y programas, pero Ana Rosa es el buque insignia. ¡Desagradecidos! Vale, sí, he hecho la comparativa por puro morbo. Para qué nos vamos a engañar.
Repito desde el corazón: alguien como usted no se merece el fracaso. Pero este, malvado, llega y te destruye. Eso dicen o eso se cree, pero usted ha demostrado estar por encima de esa lacra. Cuando ya creía yo que le iban a dar boleto, a echar por la puerta de atrás en TVE -el programa, en principio, se enfocó solo para el verano-, la sorpresa me alegraba el alma en agosto de 2019: ¡le renovaron, llegó para quedarse! ¡Se le quiere!
Al segundo, se escucharon las mismas voces maliciosas que ahora, preñadas de envidia: Que cómo es posible que TVE sea tan ciega de no ver que su programa es un fiasco, que qué barbaridad, qué descalabro. Que a qué juega el ente público con usted y José Mota (54). Que, que, que...Ni caso, Máximo. TVE ha sido inteligente. Y si han quitado el espacio de cocina y le han dado a su programa una hora y media más de duración... ¡por algo será! Usted no consulte demasiado las audiencias, son muy tiranas. Ahora, eso sí, lo admiro, pero debe reconocer que es el 'niño mimado' de TVE. Que no es nada malo, ¿eh? Pero es un hecho.
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