¿Os podéis creer que La isla de las tentaciones termina en breve y siento una pena honda? Ay, no sé. Este martes ha sido la semifinal, como aquel que dice, y el jueves termina. Al menos, de forma oficiosa. Ya me entienden y ya saben cómo se las gasta Telecinco: aquí hay juerga y after para rato. Pero este martes ha sido la última hoguera y juro que lo he vivido poco menos que como si fuera el fin del mundo. Oye, es mucha la compañía. Anda que no he despotricado yo de Estefanía, ¡y anda que no le he ofrecido yo veces a Chistofer mi hombro para llorar!
Se pueden contar por mil porque hasta este martes, esas cosas que tenemos los que creemos en la bondad hasta que nos clavan el cuchillo en el alma, no pensaba que, de verdad, existía en el programa nadie más maquiavélico, mezquino, insensible e inhumano que Estefanía. La Fani para el común de los mortales. Qué equivocado estaba. No, señores; he de darle la razón a Noé y Cristina: existen tres personas peores. ¡Tres monstruos! Fiama, Gonzalo y Andrea.
¡Son manipuladores! -sé dónde quedan los juzgados de Plaza de Castilla-, no se puede tener tanta crueldad en el alma. Eso termina por pudrir el fuero interno. El trío de víboras no sabe cómo expulsarse la mierda y echársela encima al enemigo. Gonzalo es un manipulador de libro, un machista que rubrica sus fechorías con un 'pero yo te quiero, tía, cómo me haces esto'. Y en bucle. Fiama es tóxica, pero peligrosamente inteligente, lista como una gacela -cuidado con ella-; Andrea es lista a secas -que no es lo mismo que inteligente, ni siquiera que sagaz-, digamos que se amolda al cociente intelectual de Ismael, que no es mal tío, pero que siente una poderosa abducción por ella. Y amor, sí, que se me olvidaba.
Es más, mantengo lo mismo desde el inicio del reality: Ismael ha sido el único, junto con José de Adelina, que ha estado enamorado de verdad de su pareja. Hablo de amor del puro, del auténtico, ¿eh? Así lo expresa él en su última hoguera con Andrea: "Sigo creyendo en el amor, y se debe cuidar a diario. A la hoguera vengo con ganas de ver a Andrea y que me explique por qué ha actuado así". Nunca creyó por qué ella se fijó tanto en Óscar, y Andrea se lo explica. ¿Palomitas listas? Arranca el maltrato verbal y/o emocional. Tanto me da. Sesión uno.
Ella: "He aprendido a ser yo misma y que no me condicione nada"
Él: "Siento decepción total, nunca se comportó así. Quiero una explicación, no ha tenido ni una sola señal de respeto hacia mí. Me gustaría escuchar un perdón, un arrepentimiento por su parte".
Se encuentran. Ni un beso. Ni mirarse siquiera.
Ella: "Yo le saludaría, no sé si él quiere"
Él: "Claro que sí, no le niego el saludo a nadie"
Confiesa Andrea estar nerviosa. Se lanzan algunos reproches vacuos y continúa el duelo.
Ella: "No sabía cómo te iba a encontrar. Crees que tienes motivos"
Él: "Estoy algo molesto, hay cosas que aclarar. Estate tranquila, no te sientas culpable por nada".
Ismael comienza tranquilo, incluso conciliador, hasta que todo estalla.
Ella: "Hay actitudes tuyas que no se parecen al Ismael de fuera, estás actuando por venganza yéndote con otra chica"
Boooom. Round dos. Nadie quedará vivo.
Él: "Mi actitud es de respeto, fidelidad y lealtad. Ver a tu pareja meterse en la cama con otro hombre no es nada fácil. Me gusta mucho Andrea (su ligue en La isla), sus valores, es alguien que respeta. Es preciosa, sí, Andrea me gusta".
Ella: "Esto me ha pasado aquí porque alguien me ha abierto los ojos".
Él: "Yo nunca te he prohibido nada. Soy celoso, sí. Hacer una paja teniendo novio, ¿es eso normal?
Andrea, mientras se atusa el pelo, se mira de reojo en la cámara y se recoloca la diadema, estriñe la cara a modo de pena, y suelta: "Se ha visto cómo somos nosotros en realidad. Aquí he abierto los ojos y me he dado cuenta de que no estamos tan bien como yo pensaba". Y remata ella sobre Óscar, su conquista: "Él me despierta cosas que tenía dormidas con Ismael". Claro está: se van por separado.
¿Se puede ser más mala? Sí, se puede ser Fiama.
"Estoy hecha un mar de lágrimas", declara ella antes de pisar la hoguera. Pero rápidamente se le pasa todo: muda en un tono salvavidas y combatiente, ese que sabe que achanta y amilana a Álex. La tía es otra maltratadora emocional de manual que deja a Estefanía en una chavala naíf y vengativa de telenovela barata. Y es que, al menos Fani, con sus múltiples errores, siente algo por Christofer, pero esta no. Cuidado con Fiama.
Ni se saludan cuando se reencuentran.
Él, al borde de la lágrima: "Fiama, por favor, mírame. ¿Te puedo dar un abrazo?"
Ella: "Apártate, primero me puedes ir explicando".
Se refiere a ese supuesto montaje que hizo Álex con Julián -primer pretendiente de Fiama en La Isla-. Por lo que dicen, se conocían de antes y Álex -cosa que podría haberle dicho yo perfectamente a mi pareja-, le dijo a Julián que cuidara de Fiama durante el concurso. Algo que ha indignado a esta en La isla de las tentaciones. Se lo toma como que todos los sentimientos del pobre Álex están orquestados. Fíjate tú el disparate.
Ella: "Has confiado más en una persona que en tu novia, has hablado con Julián antes de entrar en la casa. ¿Quién condicionó entonces a quién?".
Él, con la cabeza gacha, entona un mea culpa humillante que me golpea y duele: "Yo, al hablar con Julián. La cagué, sé que se podía malinterpretar. Yo hablé con un amigo en común y me dijo que tenía a otro amigo que iba a entrar y le dije que te cuidase".
¿Soy el único que no lo ve como algo tan exagerado? ¿Que, incluso, llámame enamoradizo, lo veo hasta bonito? Y cuando ella se enroca en el plan conspiración judeomasónica, remata sobre el hombre con el que se ha metido en la cama: "No tienes ni idea de lo que me apoyó ese hombre, se me ha acercado un hombre 10". Tampoco se han ido juntos.
Ay, mi Estefanía tampoco se ha ido con Rubén. Fíjate, hija, tanto sentir para nada, pero, oye, no te arrepientas de lo que has vivido. Quédate con ese mensaje que le has dedicado antes de conocer su negativa: "Gracias por quitarme la venda de los ojos y por haberme hecho sentir tan bien". Y cuando conoce que Rubén se va solito a casa, suelta enrabietada: "Me joroba, me pasa por confiar en todos los hombres. Se lo pierde él más". ¡Claro que sí!
Como cierre: el primero que tiene que aprender es Gonzalo, que nunca lo hará. No he conocido a persona más manipuladora que él. Cuando ve que el chollo se le acaba, tira de lágrima sacada a crédito y podrida para volver a retener en su regazo a Susana. Menos mal que esta ha aprendido y lo ha mandado a paseo. Por cierto, hay que decir que la única pareja que entró y salió sólida es la de José y Adelina. Es más, ¡él le ha pedido matrimonio! Pues sí, viva el amor, oye.
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