Si les hablamos de Juan Ignacio Delgado Alemany, muy pocos de ustedes sabrán sobre qué personaje famoso estamos tratando. Sin embargo, mencionar a Ignatius Farray (46 años) es poner el foco en uno de los personajes más destacados del momento en el ámbito humorístico.
Primero fueron sus gritos, onomatopeyas y comentarios sarcásticos en el programa radiofónico La vida moderna (Cadena Ser) lo que le colocó en el radar del gran público, aunque para ser fieles a la realidad hay que decir que la combinación Ignatius-humor ya venía de lejos. Cómo no, fueron los famosos monólogos de Paramount Comedy los que sirvieron, una vez más, de trampolín para alguien que quiere abrirse paso en este mundillo.
Sin embargo, y a pesar de participar en proyectos tan notables como Muchachada Nui, Museo Coconut o La hora chanante, el mayor reconocimiento le llegó a este canario al abrigo de otros dos personajes que ahora parecen inseparables a nivel profesional: Héctor de Miguel Martín, Quequé (43) y David Broncano (34). Precisamente de este último hablamos recientemente en esta misma sección, pero, para su suerte, por una patología mucho menos seria que la que afecta a Ignatius: miocardiopatía hipertrófica.
Lejos de llevarlo en silencio, el propio humorista ha aprovechado sus apariciones en programas como LocoMundo, La Resistencia o el ya comentado La vida moderna para hablar de esta enfermedad. De hecho, recientemente se presentó con un atuendo de lo más peculiar durante la grabación del late show televisivo de Movistar+ para terminar hablando de dicha patología:
Al subirse al escenario para actuar junto a su grupo, Petróleo, se le pudo ver sin camiseta y con un vendaje que sujetaba un holter: "Vengo del hospital, no me pasa nada grave, pero tengo que llevarlo 24 horas para registrar la actividad cardiaca", explicó a su compañero Broncano y al público presente.
Muy serio
Al margen de los fans de estos programas, parece que la comunidad científica también sigue muy de cerca la evolución de Ignatius. Así al menos se extrae de la experiencia vivida recientemente por unos alumnos universitario, quienes vieron con cierta sorpresa cómo su profesor usaba de ejemplo al humorista canario a la hora de explicar los electrocardiogramas. El propio programa de La Resistencia se hizo eco de ello en su cuenta de Twitter.
Aunque estas y otras situaciones suelen ser abordadas con un punto de sorna por Ignatius, Broncano y Quequé, lo cierto es que estamos ante una enfermedad tan seria como poco habitual: se estima que solo la sufren una persona de cada 500. Uno de sus grandes inconvenientes es que no suele manifestarse a través de algún síntoma, por lo que los afectados pueden ser absolutos desconocedores de la patología, lo que explicaría que en algunos casos de muerte súbita, sobre todo entre deportistas de élite, la noticia cause cierta sorpresa.
Esa es una de las causas por las que los médicos recomiendan a los deportistas, incluso a aquellos que a nivel aficionado se someten a esfuerzos importantes (carreras de larga distancia como los maratones), que pasen previamente por un test de esfuerzo para tratar de detectar posibles patologías como esta. Sobre el tratamiento, hay pacientes que no requieren ninguno, aunque en la mayoría de los casos éste va destinado a aliviar los síntomas, ya que se trata de una enfermedad que no es curable y, por tanto, con la que hay aprender a convivir.
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