Tamara Falcó, en ‘El Hormiguero’: “Es un pufo que me llevaran al convento porque quería ser monja"
La hija de Isabel Preysler inauguró la nueva temporada del programa repasando su momento personal y profesional.
8 septiembre, 2020 01:03Noticias relacionadas
El 2020 está siendo un año agridulce para Tamara Falcó (38 años). En el mes de marzo fallecía su padre, el Marqués de Griñón, y ahora, la madrileña parece dispuesta a vivir un curso 2020-2021 totalmente diferente. Al menos, desde el punto de vista profesional. A su programa en la franja del mediodía en La 1, Cocina al punto, se suma una colaboración con El Hormiguero.
El talk show de Antena 3 estrenaba temporada este lunes, la decimoquinta, y para ello contó en el plató precisamente con Tamara Falcó. Todo era nuevo en el programa, desde la cabecera hasta el baile inicial. Eso sí, lo que no faltó fue el público -con aforo reducido para guardar la distancia de seguridad- y el buen rollo habitual.
Lejos de los sermones y las lecciones con las que Pablo Motos (55) acostumbró a la audiencia durante el confinamiento, parece que el presentador de El Hormiguero ha decidido marcarse unos monólogos más propios de El Club de la Comedia. En el primero de la temporada, se metió con todos los personajes de actualidad, arrancando con la nueva normalidad: "Madre mía qué cosa tan rara. Ahora todo lo hacemos con el codo, saludar, llamar al ascensor y abrir las puertas. Y cuando ya tenemos el codo lleno de mierda, nos ponemos la mascarilla en el codo. Estamos todos un poco sordos de boca, en un taxi nadie entiende a nadie, así le pasó al rey emérito, que iba a República Dominicana y acabó en Emiratos Árabes Unidos. Hay veces que estás en un restaurante y cuando vas al baño te das cuenta de que te has olvidado la mascarilla, se te queda una cara como Kiko Matamoros (63). Luego están los que llevan la nariz por fuera. 'Es que me agobio', dicen. No se agobian, es que son gilipollas. En las terrazas todos hablan con todos, sin mascarilla, se acaban enrollando entre ellos… Parecen la cúpula de Podemos".
Hoy ha venido a divertirse nuestra primera invitada de la temporada y nueva colaboradora... ¡@Tamara_Falco_! #TamaraFalcóEH pic.twitter.com/glYYfKMFKR
— El Hormiguero (@El_Hormiguero) September 7, 2020
Para los negacionistas, Pablo Motos les recordó que llevan "20 años comiendo palitos de cangrejo". Para rematar, una mención a la pareja del verano: "La pandemia ha servido de excusa. 'Tenemos que ir a ver mi madre'; 'No es que mi madre es de riesgo', Enrique Ponce (48), mi madre es de tu edad", finalizó. Después de todo eso, Motos recordó que "con lo que venga, el invierno será duro, pero pase lo que pase en El Hormiguero te haremos sentir bien”.
Personal y profesional
Tras un inicio tan aturullado, Tamará Falcó hizo acto de presencia en el plató con un look muy elegante, de traje y chaqueta. "Qué ilusión estar aquí, Pablo", valoró nada más sentarse junto al presentador. Respecto a su papel como tertuliana, reconoció que no se lo podía creer y Motos le recordó que al ser en directo "podrás decir lo que quieras”.
La primera pregunta tuvo que ver con el cambio de percepción que ha tenido el público sobre Falcó tras su paso por MasterChef: "A partir de que me vieran pelar conejos, pensaron que algo le pasaba a esta niña que no habíamos ubicado. No es tan difícil pelar un conejo, pero me vino fenomenal. No descarto que sea pija, pero pelo conejos", se definió.
Llegados a este punto, Pablo Motos quiso saber qué es ser pijo, exactamente. "A mí me gustaría serlo", aseguró el presentador. Para la invitada, "en el diccionario decía así como que eres gilipollas, no me identifico mucho con eso". Entre las excentricidades, Falcó confesó que "alguna vez sí que he hecho un calimocho con vinos de mi padre”.
Entrando en ese asunto, el de su progenitor, la hija de Isabel Preysler (69) contó que su padre dejó en el testamento "que fuese marquesa de Griñón, pero hay un proceso, así que nunca se sabe". "Es la primera vez que soy marquesa, así que no sé cómo va exactamente el proceso. Cuando lo firme el Rey, preguntaré cuáles son mis derechos", explicó la ganadora de MasterChef Celebrity.
En relación a Isabel Preysler, Pablo Motos destacó que ha escuchado mucho este verano que "Tamara Falcó es la heredera de su madre". "¿Cómo lo llevas", le preguntó. "Lo llevo muy bien, para mí es un honor, no la veo como inalcanzable, pero ojalá me acerque a ella. Cuando nos dicen que nos parecemos, yo pregunto que en qué. En nuestras conversaciones solemos hablar mucho del papel. Mi madre tiene el mejor papel, tiene un armario entero, tarjetas, sobres… Yo tengo un rincón. Por Navidades te voy a regalar papel de tarjetas para que lo envíes con las flores", contó.
Uno de sus trabajos actuales tiene que ver con la cocina, así que había que saber qué es lo que mejor se le da entre los fogones. "A la hora de cocinar me gusta hacer el pichón, con salsa de vino o puré de patatas. Postres era lo único que me dejaban hacer de pequeña, así que puedo hacer brownie, sufflé, cookies…”, aseveró.
Volviendo a las intimidades, Motos le espetó a la invitada que "tu madre me contó que un día le dijiste que querías ser monja y te llevó a un convento". La respuesta de Tamara Falcó no pudo ser más elocuente: "¿Pero qué pufo es ese? Es una fake news. No puedes mentir, no debes, intento no hacerlo. Como no decir mentiras es muy complicado, para eso está la confesión”.
La entrevista tocó a su fin con un piropo de Pablo Motos y una revelación importante de Tamara Falcó. "Tu portada de Hola ha sido la del verano. Estás increíble, estás estupenda. Quiero saber tus trucos", preguntó el presentador. “Hace unos años tenía un problema de tiroides. Tienes que encontrar lo que te funciona, era un momento de mucho estrés emocional, lo regulé, hice mis dietas, fui a una clínica, comencé a hacer deporte. Hubo un verano en que me quedé en casa pensando en todos mis problemas y comiendo solo filetes empanados y tortillas de patatas. Cuando salí dejé de pensar en todo eso”, recordó la invitada.
Antes de marcharse del plató, la futura marquesa de Griñón se sometió al cuestionario de Trancas y Barrancas, donde contó, entre otras cosas, que Mario Vargas Llosa (84) solo usa el teléfono para llamar a Isabel Preysler, que En Navidades sí que tienen una pirámide en casa de Ferrero Rocher y que lo más raro que le han regalado es una nuez con una nota dentro.
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