Nunca pensé que podría decir esto, sobre todo en esta última edición de MasterChef Celebrity, que empezó más bien mustia y flojita para mí: ¡qué noche más trepidante! ¡Qué tensión, qué caos, qué nervios! ¡Qué de lágrimas! No he podido despegar los ojos del televisor en toda la noche, ¡por qué no hay publicidad en TVE, Dios! Apenas si he podido ir al baño. Con eso lo digo todo. La protagonista de esta noche ha sido, sin lugar a dudas, Ainhoa Arteta (56 años).
Ojito con ella, que va de modosita y de zen por la vida; de ser calmado y pausado y profundo, y cuando se enfada los pone a todos en orden y en fila india. Ella, que de normal y hasta la fecha solo ha regalado sonrisas, buen rollo, energía positiva y mucho, muchísimo cante del bueno, este martes se ha puesto seria. Arteta ha dejado de cantar... para cantar las cuarenta. Cuando ella se mosquea, ¡Isabel Pantoja (64) se queda en pañales! Su mirada sí es laxante. Sin hacer nada en realidad, lo hace y dice todo con su cara. ¡Congela el aire! Y Ainhoa ha estallado. Y no una, sino dos y tres veces. No ha sido su noche.
Cómo se lo han hecho pasar a la pobre. Ella, con ese autocontrol de los estados emocionales que maneja y se gasta. ¡Pues la han desajustado y de qué manera! Se han pasado tres pueblos. Bien es cierto que ha demostrado tener la piel muy fina en según qué escenas, pero también uno de sus enfados morrocotudos ha estado cargado de razones. Lo desgranamos más adelante. ¡Empezamos! La primera prueba consistía en improvisar una receta con los alimentos sobrantes que estaban en los frigoríficos de las cocinas. ¡Al más puro estilo estudiantil!
Un reto que, además, ha contado con la visita de una 'vieja conocida' del programa: la actriz Yolanda Ramos (52), participante de en MasterChef Celebrity 4. De esta prueba tengo que destacar dos cosas poderosas: que la mayoría de los concursantes no ha vivido en un piso de estudiantes en su vida, y la de cervezas que se ha endilgado Juanjo Ballesta (32) durante el cocinado. Lo han pillado solo con una, pero, ¡quién me dice a mí que solo ha sido una! De los platos que se han elaborado, me quedo con el de Raquel Sánchez Silva (47) -para haber ensuciado muchísimo la cocina cocina muy bien-, Pasta de la señora, y con el de la cascarrabias Celia Villalobos (71).
No la aguanto, pero hay que reconocer que sabe cocinar. Es más, diré que es la mejor que cocina de esta edición. Más tarde entenderán por qué es una cascarrabias a mi juicio. ¡Más cosas! Lucía Dominguín (63) ha confesado en esta prueba que no tiene ni olfato ni gusto, la pobre. "Hace cuatro o cinco años, con algo psicológico, entramos en un trance y me quedé sin olfato ni gusto", ha asegurado. No me ha quedado muy claro, pero eso es lo que ha dicho. Y para terminar, no me puedo ir a Exteriores sin destacar el enojo mayúsculo y la llantina incontrolable de Ainhoa Arteta. Ha hecho su plato, La quinta de mahler, que venían a ser unas alcachofas cocidas.
El problema ha venido cuando el jurado se ha interesado por el caldo, y ella les ha explicado que lo ha hecho cociendo cuatro filetes. Algo que ha sorprendido sobremanera, y Pepe Rodríguez (52) ha tildado de derroche. En ese momento, Arteta se ha derrumbado ante todos y, entre lágrimas, ha asegurado: "No soy una derrochona, nunca lo he sido. No se me ha ocurrido otra manera de hacer un caldo. Da igual". El aire se ha solidificado. Y el jurado ha temblado. Levemente, casi no se percibe, pero ha ocurrido. La cúpula, los cámaras, todos, han enmudecido. Y explica Arteta, para justificarse: "En Estados Unidos vivía con un dolar al día, cuando estaba sola he comido hasta latas porque no tenía ni hornillo para calentar".
Pobre mujer... también diré que se ha cogido un berrinche de tomo y lomo pelín agigantado. Puede que un tanto exagerado. Esto es solo el principio, pero lo cierto es que han sido unos minutos muy tensos en los que el jurado ha intentado rectificar al cabo para no molestarla. ¡Para no molestar a la gran soprano! Pepe ha tartamudeado unos segundos, incluso. En ese momento, he pensado: Ainhoa es la más cara de todos los concursantes. ¡Ha habido nervios!
¡Vámonos a Exteriores! Los concursantes se han ido de viaje hasta el sur de la provincia de Guadalajara. En concreto, el reto se ha desarrollado en El Convento del Carmen, en la localidad de Pastrana. Allí han tenido que preparar dos menús campestres para 70 comensales, con platos de nombre tan sugerente como Rebozuelos con migas, manzana, sidra y trufa, o Aguja de ternera con mini tubérculos.
Las capitanas: Sánchez Silva y Celia Villalobos. Antes de meterme de lleno, tengo que hacer una puntualización: no soporto a Celia. Es una mujer que está a la defensiva las 24 horas del día y cree que todo se le dice como ataque por su pasado como política. Se hace la mártir con el tema de la política y se piensa que todo el mundo está en su contra. Dicho esto, y una vez que me he quedado a gusto, sigamos. En el equipo azul, capitaneado por Villalobos, todos han estado en su contra, como no podía ser de otro modo. Esta mujer, en el poder, se transforma en Hitler o en La dama de Hierro. ¡Tirana, déspota y muy insoportable doña Villalobos!
Ha sacado de quicio a todos. Josie (39) no se ha callado: "Es que no para de dar órdenes con ese tono tan desagradable". "Gritar no es el mejor sistema", le ha hecho ver Flo (47). Pero el momento más tenso ha tenido lugar, como no podía ser de otro modo, con Ainhoa Arteta. Ella, la gran Ainhoa y soprano, ha llegado a espetar "estoy tan hasta las pelotas que me voy a rebelar al final". Y la entiendo: cocinar bajo las órdenes de Celia debe ser un martirio, la peor de las condenas. Chillos, malos modos, exabruptos... "Después todos me odian porque soy muy mandona", ha reconocido. Pues sí, hija. Lo eres.
Pero esperen, que como cierre de Exteriores, el momentazo lo ha protagonizado de nuevo Arteta. A sus oídos ha llegado que Celia ha dicho de ella que "es más lenta que el caballo del malo". "Que no sé hacer nada no se lo cree ni su padre", ha rebatido, rumiado como para sí. Su momentazo sería más tarde, cara a cara con Celia. "Ha llegado a mis oídos que has dicho que yo no sé cocinar. No soy ninguna imbécil ni ninguna tonta en la cocina". Y Villalobos, además de denunciar un ataque judeo-masónico contra su persona y su figura de expolítica, se ha defendido atacando, como buena política: "He coordinado un equipo de divos, y es complicado". ¿Quién dijo autocrítica? Cri, cri, cri... Se hizo el silencio.
Expulsada: Raquel Sánchez Silva
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