Por primera vez, España es candidata a la selección de la Mejor Película de Habla no Inglesa en los Oscar, con una película en euskera. Loreak, de José Mari Goenaga y Jon Garaño, ha sido seleccionada por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. “Estamos muy orgullosos de hacer viajar el euskera hasta Hollywood. Es algo único y muy bonito. Si el idioma está en la calle, en los comercios, en las escuelas, en la vida en general, tiene que estar en el cine también”, dice Jon Garaño.

Con Loreak, la Academia vuelve a poner el plurilingüismo español en la ruta de los Oscar, después de que en 2011 fuera seleccionada la catalana Pa Negre, de Agustí Villaronga. “Es un paso muy importante. El reconocimiento de los académicos a películas con idiomas minoritarios es fundamental para fomentar su producción”, añade Joxe Portela, presidente de la Asociación de Productoras Audiovisuales Independientes del País Vasco (IBAI).

El año pasado se han rodado cinco películas en euskera, entre ficción, documental y animación. “Es más o menos la media y, de ellas, dos suelen ser totalmente en euskera”, explica el director. Un número satisfactorio, en la perspectiva de Garaño: “Me parece que está muy bien. El euskera tiene un público reducido, un mercado pequeño, y no podemos pretender hacer 20 películas al año”. El presidente de la IBAI está de acuerdo: “No podemos perder de vista que el euskera lo habla muy poca gente. ¿Hay público para más? Pues no lo sé, yo estaría satisfecho con que se siguieran produciendo estas dos películas al año”.

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Loreak llevó al cine a 44.471 espectadores, lejos aún de la media de asistentes del cine español de los últimos 10 años, que ronda los 105.000. “Hay que ver cómo va evolucionando el público y si demanda más producciones”, cuenta Portela. Por ahora, la producción en euskera depende de la colaboración de la ETB, la televisión pública vasca. “Tenemos un convenio firmado con ellos por el que apoyan dos películas de ficción al año, rodadas totalmente en euskera. En los últimos años, de los 5 millones de euros anuales que destinan al apoyo a la producción, más o menos 1,5 millones son para estas dos ficciones”, añade.

Sin estrategia para Hollywood

Los dos esperan que la selección de Loreak promocione el cine que se hace en euskera. “Se trata de poner el foco, porque el cine es cuestión de modas también. Que se hable de nosotros puede ayudar a promocionar otras producciones, muy buenas, que se vienen haciendo hace años”, dice Garaño.

La estrategia para Hollywood aún no está trazada. “No lo hemos cerrado aún con nuestro productor, pero intentaremos conseguir apoyos institucionales y patrocinios privados. Somos conscientes de que tenemos que movernos mucho para conseguir que los académicos vean la película y la voten”, cuenta el director. En sus primeras incursiones en el mercado americano, Loreak ganó el premio a la mejor película latina en el festival de Palm Springs y consiguió buenas críticas en los medios. “Pecamos siempre de pesimistas, pero creo que tenemos razones para la esperanza.”

Loreak es una película sencilla e intimista, que cuenta la historia de Ane, una mujer que cada día recibe una ramo de flores de manera anónima y cuya vida da un giro cuando los envíos paran y ella se adentra en la vida de su admirador. ¿Puede ésta ser una historia de Oscar? “Hemos tenido una muy buena acogida en este mercado y además, en los últimos años, hay una tendencia en las películas de habla no inglesa, para premiar al cine de autor, historias más intimistas, lejos de la corriente comercial. Y Loreak encaja en esta definición”, concluye.