Matadero no será lo que era. Hasta ahora, las Naves 10, 11 y 12 acogían teatro, obras que reunían miles de espectadores en un espacio ya referente tanto en Madrid como en España. El Consistorio ayudaba con la publicidad, pero los artistas afrontaban el riesgo de ir a taquilla. La reforma de Carmena dará un giro: no existirá la ventanilla y predominarán el rap, el break dance y, en definitiva, lo alternativo.
Conocido el programa confeccionado por Mateo Feijóo, que ganó el concurso organizado por Ahora Madrid, varios artistas han abandonado el auditorio y han criticado: "¿Qué pasa con nosotros?". En palabras del propio diseñador de este cambio, el nuevo Matadero propone "un viaje" y "rastrear en busca de creadores inconformistas, radicales y transgresores".
Este grupo de actores ha percibido sectarismo en la nueva propuesta municipal y ha criticado que ahora se asuman costes y facilidades que antes corrían a cargo de las propias productoras. Desesperados, han recriminado a Carmena abolir el ya antiguo modelo teatral teniendo en el propio Matadero salas vacías donde “podía haber instalado esto”.
“El teatro ha muerto”
En un intento de apaciguar las críticas, Feijóo y la delegada de Cultura, Celia Mayer, se han defendido: “Pero, ¿qué es teatro?”. El Ejecutivo municipal, que ha negado que se haya apartado al teatro de la palabra, ha preferido utilizar el término “Artes vivas”. Aunque este argumento no ha convencido a decenas de artistas, que a la salida lamentaban: “El teatro ha muerto”. PP, PSOE y Ciudadanos, consternados. Una crítica en bloque al movimiento de Carmena.
Eran las doce y media. La polémica ya había teñido la presentación del nuevo Matadero. “Lo de cambiar los nombres de Aub y Arrabal es un malentendido, de verdad”, prologaba la edil de Cultura. Pero la “performance” de inicio desató un debate mucho más fuerte.
En el escenario, la bruma. Oscuridad. También, un cantante de hip-hop. Mientras tres compañeros bailaban break dance, él, micrófono en mano, apostaba –en inglés– por acabar con el lavado de cerebros.
Mateo Feijóo, también de negro, tomaba la palabra y apostaba por “desafiar al espacio y al tiempo”. Hablaba de “acabar con el miedo y el ruido”, rasgos que atenazan al Estado y lo tornan reticente a lo “desconocido”.
“¿Me vas a pegar?”
En un turno de preguntas incontrolable para el gabinete de Comunicación del Ayuntamiento, varios artistas cargaron contra la alternativa recién inaugurada. Feijóo, al principio tranquilo y mesurado, perdió los papeles y echó en cara a un oyente: "¿Me estás comparando con Pablo Iglesias? Te voy a dar el titular del día. Sólo he votado una vez. Fue a Ahora Madrid. Pero no voy a volver a votar en mi puta vida”. Después, se levantó para escenificar sus diferencias aparentes con Iglesias, ante lo que el espectador le increpó: “¿Me vas a pegar?”. Al final, se dieron un apretón de manos, pero no salvaron sus diferencias.
Esta escena resume el ambiente de tensión vivido en las Naves de Matadero, donde la presentación del nuevo modelo ha indignado a decenas de actores y ha colocado en un brete a la concejala de Cultura, Celia Mayer, que no ha logrado acallar las críticas de varios espectadores.