Las ruinas enterradas bajo el Solar del Cid en Burgos pueden corresponder a viviendas del Rodrigo Díaz de Vivar o sus descendientes, según ha anticipado hoy el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, en una visita a la zona. El regidor ha asegurado a los periodistas que hay elementos que hacen pensar que es "muy posible" que la tradición oral que indicaba la localización de la casa de la familia de Rodrigo Díaz de Vivar sea cierta.
Los trabajaos seguirán en la zona la próxima primavera pero el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, ha señalado que las casas localizadas en la excavación de unos 95 metros cuadrados desde el pasado julio coinciden con la época del Cid, y los indicios apuntan a que eran residencia de alguna familia de "alta alcurnia". Además, aunque se ha perdido mucha documentación, el Ayuntamiento de Burgos compró esos inmuebles en el siglo XVIII al monasterio de San Pedro de Cardeña, y pagó mucho más del valor habitual de la época, "lo que se explicaría porque en ese momento sabía lo que estaban comprando".
Desde el pasado julio se han recuperado en las excavaciones unas 10.000 piezas, la mayoría fragmentos que ahora habrá que recomponer y estudiar, y que van desde el siglo XII al XVI. La zona de la excavación tiene tres épocas solapadas con diferentes usos, según la arqueóloga que dirige el proyecto, Fabiola Monzón. Hubo un uso agrario, en la época alto medieval; después un uso residencial, con un patio interior y un pozo; y por fin, hacia el siglo XVI fue utilizada por artesanos.
Lacalle ha anunciado que una vez se estudien y cataloguen los fragmentos y se puedan recomponer algunas piezas, dentro de menos de medio año, se organizará una exposición. Mientras tanto, y a la espera de retomar las excavaciones la próxima primavera, se protegerán los restos encontrados, especialmente un horno de adobe cuya conservación es más delicada.