¿Cómo solucionar el regalo de Navidad y el problema de la despoblación en el rural? Rara mezcla a la que ha puesto remedio la conocida actriz Gwyneth Paltrow que ha aconsejado como obsequio para tan señaladas fechas una aldea abandonada de Galicia, en venta por un total de 149.550 euros. Un coche eléctrico, un pijama de Louis Vuitton, un desayuno con jirafas... y una aldea abandonada en el corazón de Lugo, son sus sugerencias.
O Muiñovedro, un pequeño conjunto de tres viviendas situado en el municipio lucense de Riotorto, se ha colado por tanto en la lista de regalos de Navidad propuestos por la oscarizada intérprete, nacida en Los Ángeles y amante de España.
Como cada año, Paltrow publicó a través de su portal Goop una lista de los agasajos que aconseja hacer en los tiempos de Papá Noel y, entre ellos, destaca este pequeño núcleo, un complejo de más de 13.000 metros cuadrados situado en el valle del río Eo que la inmobiliaria Aldeas Abandonadas intenta comercializar.
La propia inmobiliaria lo define como "un emplazamiento ideal para turismo rural", ya que cuenta con una vivienda de tres plantas de 360 metros cuadrados, otras dos casas más pequeñas, ambas de dos plantas y de 160 y de 124 metros cuadrados respectivamente, y un pajar de dos plantas y 80 metros cuadrados que, con las reformas adecuadas, puede ser habitable.
Todas estas edificaciones cuentan con pequeños locales anexos y, como todo buen asentamiento del rural gallego, también se pueden encontrar un hórreo o una bodega.
Multitud de ofertas
La ubicación de O Muiñovedro también es privilegiada: amplias vistas del valle, además está situada a 12 kilómetros de la autovía A-8, fundamental para vertebrar el norte de Lugo; y se encuentra a menos de media hora de la costa y de emplazamientos tan emblemáticos como la Playa de las Catedrales.
Si bien este pueblo lleva más de un año a la venta en este portal, hasta ahora solamente había habido un intento formal de adquirirlo, mientras que, desde que Gwyneth Paltrow lo incluyó en su guía navideña, las ofertas de compra no dejan de llegar.
El alcalde de Riotorto, Clemente Iglesias, aguarda que el municipio pase a contar pronto con nuevos vecinos. "Como representante del ayuntamiento espero que quien la compre lo haga para quedarse aquí y, si decide montar una casa rural, perfecto", ha asegurado el regidor en declaraciones a Efe.
No en vano, a pesar de que no le faltan atractivos, este municipio lucense no cuenta con ningún lugar para que los turistas que lo visiten pasen la noche.
El propio Ayuntamiento de Riotorto ofrecerá ventajas a los compradores si deciden convertir O Muiñovedro en una casa rural: el Gobierno municipal financiaría el 50% del coste de las obras de rehabilitación de las viviendas.
Despoblación de Galicia
La proliferación de aldeas abandonadas puestas en venta no es más que el efecto secundario de una despoblación que no deja de extenderse por el interior de Galicia.
Riotorto cerró 2017 con 1.288 habitantes, casi la mitad de los 2.257 que habitaban en el municipio en 1991. La tendencia, si nada lo subsana, es a empeorar: hace más de una década que se registran más defunciones que nacimientos y cerca de la mitad de la población tiene más de 65 años.
"Somos personas muy hospitalarias, todos nos conocemos y nos ayudamos mutuamente, igual que ayudamos a la gente de fuera", ha señalado el alcalde, quien ha destacado la importancia de "fijar población en el rural" para dotar de vida al municipio.
No es fácil rejuvenecer una población de estas características, pero el Ayuntamiento de Riotorto lo intenta, ofreciendo ayudas de 1.500 euros a aquellas personas que tengan un hijo en el municipio y lo empadronen allí.
Los atractivos de Riotorto, más allá de su emplazamiento en el frondoso valle del Eo y el interés despertado por la aldea de O Muiñovedro, son múltiples, como el conjunto etnográfico de Ferreiravella y su Ruta del Hierro o la torre y la iglesia de San Pedro.
Aunque fue el azar el que provocó que Gwyneth Paltrow conociese Riotorto, la expectación que ha generado la aldea de O Muiñovedro hará posible que muchos se decidan a echar una ojeada.