Montserrat Caballé: aquella noche de julio del 74
Ficha
-María de Montserrat Bibiana Concepción Caballé Folch
-Barcelona, 12 de abril de 1933- Barcelona, 6 de octubre de 2018
-Soprano
-Casada con el tenor aragonés Bernabé Martí, con quien tuvo dos hijos: Bernabé y Montserrat
-Premio Príncipe de Asturias de las Artes, Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña, Caballero de Gran Cruz de la Orden al Mérito de la República Italiana, Gran Cruz de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania, entre otros
Para recordar
Una noche de julio de 1974, Montserrat Caballé obró el milagro en Orange. Caballé ya era "la Caballé". Tenía una importante carrera internacional desde que nueve años antes, en el Carnegie Hall de Nueva York, el público enloqueciera con su interpretación de Lucrezia Borgia en versión concierto. Fue por azar, sustituyendo a Marilyn Horne en la mítica sala de conciertos a dos manzanas de Central Park. No se lo esperaban y sencillamente alucinaron. "María Callas más Renata Tebaldi, igual a Caballé", dijo The New York Times. Ahí había comenzado el mito, su fama en todo el mundo. Pero en julio de 1974 Caballé, cuya muerte fue conocida este sábado tras años de mala salud, se encontraba en Orange (Francia) para representar Norma, de Bellini, uno de los personajes a los que más daría vida en sus cinco décadas de actividad profesional.
Tenía 39 años y estaba en uno de sus mejores momentos. Hacía un frío que pelaba en la localidad francesa, cercana a Aviñón. Allí, cada año se celebra un festival lírico en el imponente teatro romano, en sí mismo una invitación a la trascendencia. Caballé contra los elementos Soplaba muy fuerte el mistral, un viento frío y violento. Los responsables de la producción estaban decididos a suspender la función por las inclemencias meteorológicas. Entonces, Caballé dijo "no". La obra seguiría adelante, con ella contra los elementos, con papel de periódico bajo el traje para combatir el frío. Si Norma decía que adelante, ¿cómo se iban a negar los demás? A los músicos de la orquesta no les cabían más pinzas de la ropa en los atriles, para evitar que el viento se llevase las partituras.
La función fue un rotundo éxito que aún muchos recuerdan. La leyenda de Caballé se hacía más y más grande gracias no sólo a su voz sino a su enorme carácter al servicio de la música. Bajo unas formas amables y dulces y junto a una risa estruendosa, Caballé tenía genio. La producción fue grabada para la Historia y aún hoy pone los pelos de punta por una voz inconfundible. Según ella misma ha contado, sus interpretaciones de Norma impresionaron tanto a María Callas que le regaló unos pendientes que ella había llevado para ese personaje. Nunca se los puso. A la barcelonesa le parecía algo así como un sacrilegio.