Las acusaciones de acoso sexual contra Plácido Domingo vertidas por nueve mujeres diferentes la semana pasada han sacudido la industria cultural y del espectáculo en España, que parece haberse dividido entre los apoyos que ha recibido el tenor -procedentes de figuras tan respetables como las de Ainhoa Arteta o Paloma San Basilio- y los que ya le han crucificado.
A raíz de este escándalo, el MeToo parece haberse sentido con más fuerza que nunca en España, y por las redes sociales están circulando numerosos vídeos de actrices, artistas o cantantes que sembraron las primeras semillas del movimiento feministas con revelaciones en directo que no tuvieron eco en su momento.
Una de las más compartidas es obra de Concha Velasco, que en 1982, en el programa Su turno de TVE y en un debate con otras intérpretes como Lina Morgan o María Asquerino, opina sobre la pertinencia de los desnudos femeninos en las películas. Velasco asegura no estar en contra de que una mujer se desnude durante un rodaje, pero reconoce, al mismo tiempo, que "ninguna actriz española durante una temporada que quisiera hacer una película, podía negarse al desnudo".
La vallisoletana relata varias de sus experiencias, una muy buena en la película Yo soy Fulana de Tal, del director Pedro Lazaga, y otra en la que se sintió "tremendamente avergonzada y utilizada". "Desde ese momento me negué, y he dejado de hacer muchas películas porque lo único que les interesaba era eso", confiesa la actriz, que en las últimas semanas ha actuado en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.
Pero la revelación más fuerte se produce después, cuando reconoce que la gran mayoría de sus compañeras no han tenido la oportunidad de decir no: "Es cierto: hay actrices, sobre todo las que empiezan, que no pueden hacer otra cosa. Si no se desnudan, no ya en el plató, en la oficina del jefe de producción, no hacen la película".
Su confesión, que se puede ver en este vídeo desde el minuto 17:30, es seguida por las carcajadas de todo el público. Lo que antes producía risa, ahora genera escándalos. Es el reflejo de cómo han cambiado los tiempos. Concha Velasco fue una de las primeras en denunciar públicamente que algunos de los papeles de las actrices dependían de cuestiones sexuales. La pionera española del MeToo.