Poco tiempo pasaría desde la llegada de Cristóbal Colón a América hasta que los europeos comenzaran a esclavizar a los indígenas en pos de su propio beneficio. Los nativos americanos eran llevados a España con la intención de ser vendidos al mejor postor.
"Tan sólo en uno de sus viajes de regreso, el almirante envió a la península un grupo de 500 prisioneros, a cargo de su hermano Diego, para ser vendidos como esclavos en el mercado de Sevilla", escribe Enrique Francisco Avilés Vidal en Estudio de la incidencia económica de la esclavitud negra en Chile, siglos XVI-XVIII publicado por la Universidad de Santiago de Chile.
En el caso español, pronto sería ilegalizada la práctica del esclavismo, al menos en la Península —durante el reinado de Carlos I se abolió la esclavitud de los indios oficialmente, aunque en otros territorios de la Corona persistió hasta finales del siglo XIX—. No obstante, la demanda de trabajadores en el nuevo continente llevó a las naciones occidentales a trasladar a la fuerza a la población negra africana a América. Este acto de barbarie, en el que las personas eran simples mercancías, es el motivo por el que en la actual Estados Unidos haya tanta población originaria de África.
Actualmente, hay más de 35 millones de afroamericanos en Estados Unidos pero hubo de haber unos primeros: los primeros negros en suelo norteamericano. Y es que este año 2019 se cumplen 400 años de esta fatal herencia europea.
Los 20 de Virginia
La primera llegada de esclavos africanos está documentada a finales de agosto de 1619. Virginia fue el primer asentamiento permanente inglés en Norteamérica, por lo que era el lugar idóneo para que el White Lion, buque de guerra británico, arribase con la 'mercancía'.
¿Cómo llegaron los negros al barco inglés? Los esclavos provenían de Angola, territorio controlado por los portugueses. Por aquel entonces, Portugal estaba enmarcada dentro del reinado de Felipe III de España en un imperio en el que dice la leyenda que jamás se ponía el sol. En concreto, habían sido capturados hasta 350 africanos en las guerras entre portugueses y congoleños.
Así, los africanos fueron enviados a México en la nave San Juan Bautista, que tenía previsto su desembarco en Vera Cruz para verano de 1619. Sin embargo, cerca del golfo de México fueron atacados por el White Lion y el Treasurer, corsarios que se hicieron con parte del botín que llevaba el navío hispano-portugués.
Una vez capturado a parte de los angoleños, ambos barcos partieron hacia Virginia y fueron vendidos con la intención de que trabajaran en las vastas plantaciones de las colonias. Entre los compradores destacaba el que fuera gobernador de Virginia Sir George Yeardley.
La esclava Ángela
El Treasurer llegó a tierra pocos días después que el White Lion. En ese infierno que esperaba a los esclavos, quienes trabajaban horas interminables a lo largo de su vida bajo las órdenes de los plantadores, surgió una figura femenina llamada Ángela —al menos así le han dado a conocer los historiadores—.
Según el censo de 1625, Ángela era propiedad del comerciante de tabaco William Pierce y la Fundación de Recuperación de Jamestown, en colaboración con la National Park Service, inició en 2017 una serie de excavaciones que todavía perduran en las propiedades de Pierce para conocer el entorno en el que vivía una de las primeras mujeres esclavas de Estados Unidos: "El equipo está buscando evidencias en la casa de Pierce, en los alrededores y jardines además de herramientas que puedan aclarar las actividades y la dieta de Ángela".
Como Ángela, existen cientos de miles de historias de mujeres, hombres y niños que vivieron presos en las colonias y posteriormente en Estados Unidos. Al principio el esclavismo vivía un periodo de limbo sin legislación hasta que la Asamblea General de Virginia decretó por ley que "todo hijo nacido de una madre esclava sería, en consecuencia, esclavo".
Poco a poco, la esclavitud se expandió hacia el norte haciéndose presente en Nueva York o Nueva Inglaterra. Según el escritor sudafricano Ronald Segal, un total de 12 millones de esclavos fueron enviados desde África hasta América, de los cuales 650.000 acabaron en lo que actualmente se conoce como Estados Unidos.
En 1860 llegó a Alabama el último barco negrero estadounidense, el Clotilda, que transportaba a 110 esclavos de los cuales muchos sobrevivirían hasta la década de los treinta. Pese a que el racismo y los tratos desfavorables hacia los negros perduraron hasta casi un siglo después, en 1860 se puso fin a la terrible tradición incesante que llevaba vigente desde 1619.