En el pleno extraordinario del Congreso celebrado en la última semana de agosto por la crisis del Open Arms, Santiago Abascal subió a la tribuna con un libro grueso bajo el brazo. Únicamente lo abrió para sacar las notas de su intervención, que duró unos diez minutos y giró en torno a sus posiciones antiinmigración; no hizo ninguna mención al ejemplar, ni lo mostró a cámara o al resto de sus señorías. El líder de Vox finalizó su perorata, recogió el tomo y regresó a su escaño. ¿Algún mensaje oculto o simplemente su lectura para la última recta del verano?
El libro en cuestión es el último título del doctor en Letras y escritor Juan Eslava Galán, La conquista de América contada para escépticos (Planeta), un ensayo en el que trata de dibujar un relato coherente y riguroso, sin abandonar su peculiar prosa cargada de humor, sobre el papel que jugaron los conquistadores españoles y sus monarcas en el Nuevo Mundo, desde Cristóbal Colón a Francisco Pizarro. A Abascal parece que le ha gustado, tanto como para pasear un ejemplar por los pasillos del Congreso.
¿Pero qué le parece al autor que un político lleve una de sus obras a la Cámara Baja? "Me produce satisfacción que un español lea mis libros, independientemente de que sea político", responde Eslava Galán consultado por este periódico. "Pero este caso es diferente porque es un libro con una cierta carga política: rompo una lanza a favor de la verdad histórica y en contra de la Leyenda Negra. Es algo de lo que deberían tomar nota los políticos: ser respetuosos con la historia y no aceptar la Leyenda Negra, como una parte de la izquierda que se ha creído los preceptos del indigenismo".
Eslava Galán aborda un tema espinoso de la historia de España como la conquista de América, tan de actualidad en este 2019 por el quinto centenario de la llegada del conquistador Hernán Cortés a México y por la polémica que desató el presidente mexicano, López Obrador, con una anacrónica petición de perdón por los abusos. También la Leyenda Negra sido motivo de debate en torno a un libro, el exitoso Imperiofobia de María Elvira Roca Barea, y su contralibro, Imperiofilia, de José Luis Viñacañas.
¿Es entonces La conquista de América contada para escépticos una obra digerible por todos los políticos con asiento en el Congreso? "Se lo recomendaría a todos, tanto a los de izquierdas como a los de derechas", dice Eslava Galán. "Es un libro que atiende a la verdad histórica, que aborda un episodio por el que últimamente, a causa del nacimiento de corrientes indigenistas y otras revisiones, hay cada vez más gente que ataca a España. Debemos informarnos de las cosas".
Precisamente el divulgador, ganador del Premio Planeta en 1897 con la novela En busca del unicornio y autor de otros atrevidos ensayos como Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie, lamenta las pocas lecturas que, por norma general, realizan los políticos. ¿Qué podrían aprender con este libro que ha interesado al líder de Vox?
"Deberían saber que la conquista de América se hizo con arreglo a aquella época. No se puede juzgar con los parámetros actuales, obviamente", añade Eslava Galán. "El Papa, como vicario de Cristo y Dios en la tierra, tenía derecho a repartir el globo terráqueo y asignó la mitad a Portugal y la otra mitad a Castilla a cambio de que cristianizaran a los nativos. Eso fue lo que hicieron los españoles. Hubo grandes abusos, sí, pero hay que romper una lanza por la colonización española: llevó la cultura, idiomas, creó universidades, monasterios… Si la comparamos con otras colonizaciones europeas como la belga o alemana, la española queda notablemente favorecida".
Abascal, en definitiva, ha leído un libro en el que se retrata a Cristóbal Colón como un "buscavidas, redomado embustero y gran enredador", donde se narran las duras condiciones de la vida a bordo en las carabelas, los intercambios de enfermedades, las leyes dictadas por los reyes españoles para tratar de proteger a los nativos —"reglamentos [que] soportan mal la humedad del mar y cuando llegaban a América eran papel mojado", escribe Galán— o la alianza que firmó Cortés con una serie de pueblos indígenas para derrotar a sus opresores, los mexicas.