Es uno de los actores jóvenes españoles con mayor carrera audiovisual pese a sus 29 años. Ha aparecido en Cuéntame; ha sido protagonista en Física o química, Los Protegidos o Velvet; incluso ha aparecido haciendo de sí mismo en Paquita Salas. Para Maxi Iglesias su carrera ha sido un no parar en series y también en cine (Mentiras y gordas).
Su vida no ha sido diferente. Tras haber estado en constante movimiento por diversos proyectos, ahora da vida a Víctor en la nueva producción de Netflix: Valeria. La nueva serie, que se estrena el 8 de mayo en la plataforma, trata sobre la vida de un grupo de amigas que rondan la treintena. Entre todas las protagonistas, se dejan ver varios hombres y uno de ellos es Maxi Iglesias, quien gracias Valeria despierta un interés por el amor y el compromiso.
Pero en primera instancia no era Iglesias el elegido para interpretar a Víctor. El actor argentino Benjamín Alfonso fue sustituido a última hora y tras haber rodado sus escenas, lo cual llamó considerablemente la atención. Desde la producción han defendido que el cambio se debió a que el argentino "no encajaba". De esta manera, tras un rodaje express con Maxi Iglesias, concede una entrevista a EL ESPAÑOL sobre su nuevo rol, su nueva vida confinado y sobre el ámbito cultural y social en general.
Confinados y en plena desescalada se estrenará la serie. ¿Cómo está viviendo Maxi Iglesias, uno de los personajes con más peso de Valeria, estos días?
La verdad es que me ha venido hasta bien el parar. Llevaba cinco meses en Argentina. Justo antes había estado grabando Valeria a una intensidad enorme y previamente era verano. Así que apenas había podido pasar por casa. La tenía abandonada. Tenía unas cuantas cosas pendientes y he intentado no agobiarme. Hemos visto a mucha gente entrenando en casa como nunca o llevando a cabo diferentes iniciativas. En mi caso, me lo he tomado con calma.
Ahora puedo estar en casa tranquilamente. Puedo cocinar unas magdalenas con chocolate durante una hora y media. Esto había sido inaudito en mis 29 años. Ponerme a cocinar con calma para mí solo. Nunca me había otorgado ese tiempo.
¿Qué puedes decirnos de tu nuevo papel como Víctor en Valeria?
Pues Víctor ha estado en Berlín y ha llegado a Madrid, donde se ha encontrado a Valeria y tras ser sorprendido, quiere sorprenderle a ella de igual manera. Ella es alguien que tiene mucho potencial y no lo saca adelante. A Víctor le apetece ayudarla y, si es posible, algo más.
Un eje principal de la trama es el sexo, las relaciones sexuales y las conversaciones que se dan en torno a ello. Se trata la disconformidad sexual femenina, el cómo muchos hombres no se interesan por que ella termine. ¿Crees que esto se debe a un egoísmo por parte de los hombres o a un desconocimiento por falta de una educación sexual?
Se debe a mucho desconocimiento. Llevo mucho tiempo leyendo artículos y al final la herramienta más usada por la adolescencia para encontrar información o aprender a cómo comportarse durante el acto sexual es la pornografía. Todos sabemos que eso es un recurso que distorsiona lo que luego puede ser la realidad. Genera muchos problemas, mucha inseguridad porque, al igual que en otros tipos de ficción, hay muchos trucos y está guionizado de tal manera que se aleja de lo real. Al final hay mucho tabú y desconocimiento.
Yo, por ejemplo, me acuerdo de que en el colegio sí tenía clases de educación sexual. Entre la gente que estaba escandalizada, los que actuaban como que sabían y en realidad no tenían ni idea, y los que no escuchaban nunca en clase, eso era un desastre. Creo que a día de hoy gente de 30 años puede seguir pagando las consecuencias de que cuando tuvo la oportunidad de aproximarse a esto no fue del todo efectivo y se quedó con algunas frustraciones que les acompañan desde hace mucho tiempo. Lo mejor, desde mi punto de vista, es hablarlo. Hablarlo entre amigos sin ningún tipo de complejo y hablarlo también con amigas por supuesto.
La serie se estrena el 8 de mayo y las plataformas están teniendo un gran éxito en esta crisis. Pero hay muchos rodajes y proyectos más pequeños que quizá necesiten un apoyo por parte del Gobierno. En un principio se habló que no habría medidas específicas para Cultura aunque ahora se ha descartado tal posibilidad. Como actor con una carrera consolidada, ¿qué necesidades tiene la Cultura para sobrevivir a una crisis de estas magnitudes?
Cada ámbito social y laboral necesita una revisión y unos ajustes. Nosotros no somos ni más ni menos y también los necesitamos. A la hora de visualizar un rodaje hay que contemplar que haya unas medidas realmente adecuadas y que quien implante esas medidas conozcan muy bien las dinámicas de rodaje. Hay mucho, mucho caos y mucha improvisación a pesar de que existe un orden enorme. Esto es lo primero que hay que tener en cuenta.
Y sobre todo hay muchos rodajes que disponen de unas medidas económicas detrás que pueden ayudar a tener unas atenciones especiales pero hay otros muchos que no. ¿Esto significa que va a haber una criba de rodajes? Puede ser. También va a haber una criba de bares. He leído que uno de cada tres bares va a cerrar. Entonces, vuelvo a repetir: no somos más que nadie pero tampoco menos que nadie. Esto ha irrumpido en la vida de todos y como tal tenemos que estar atentos a mirar de cara a mañana y a levantar esto de la mejor manera posible.