Tras la caída de pesos pesados de la industria del cine como Harvey Weinstein y el surgimiento del movimiento #MeToo, se han sucedido nuevas denuncias que han destapado la permisividad de Hollywood hacia el acoso laboral e incluso los abusos dentro de las empresas. El mes pasado el diario The Hollywood Reporter publicó una lista de testimonios que acusaban a Scott Rudin, uno de los productores más importantes de Hollywood y Broadway, de tratar de forma violenta a sus empleados y compañeros de trabajo.
Ahora, le toca el turno a ICM Partners, una de las principales agecias de representación de Hollywood -en su lista clientes se encuentran Shonda Rhimes, Michael Keaton, Samuel L. Jackson, Spike Lee y Regina King- . que ha sido acusada por más de 30 empleados de permitir casos de acoso laboral y abusos sexuales contra las mujeres.
Según una exclusiva publicada este miércoles por el diario Los Ángeles Times, la compañía también ejerció prácticas racistas y llegó a exigir a sus empleados de color que dijeran que tenían un cargo superior al real para aparentar más diversidad. Un escándalo que ha sacudido a la industria, que empieza a destapar este tipo de escándalos consentidos durante tantos años.
Acoso, abusos y racismo
La mayoría de las acusaciones son anónimas ya que gran parte de los contratos incluyen cláusulas de confidencialidad por las que la empresa podría tomar represalias si hubieran hablado con su nombre real, tal y como asegura el diario. De acuerdo con el informe, al menos una docena de mujeres ha denunciado comportamientos inapropiados por parte de sus jefes desde 2017.
También se detallan denuncias de profesionales ajenos a la empresa, como la de una ejecutiva de cuentas que contó que uno de los socios de ICM, Steve Alexander, se desnudó y le mostró sus partes íntimas en un coche; algo que el acusado negó.
En otro incidente, una actriz afirmó que fue acosada sexualmente por su representante, empleado de la firma, en el recibidor de un hotel. Además, la serie de denuncias también relata una dinámica de trabajo excesivamente tensa para los empleados.
“Nos moldearon para pensar que ser menospreciados y gritados era la manera de mejorar, lo cual es completamente incorrecto”, declaró Jennifer Jendrzejczyk, quien trabajó como asistenta de ICM hasta que abandonó el puesto el año pasado.
Lavado de cara
Estas acusaciones contrastan con las últimas políticas implementadas por la compañía, que el año pasado anunció que había logrado una paridad del 50 % entre hombres y mujeres en los cargos directivos.
"ICM no tolera el acoso, la intimidación u otra conducta inapropiada. Nuestra oficina de recursos humanos investiga todos los informes recibidos y aborda cada uno de ellos con las medidas disciplinarias adecuadas, incluido el despido", dijo la empresa, cuya sede está ubicada en un rascacielos próximo al distrito de Beverly Hills en un comunicado.