De la perra que sueña con ser libre de Rigoberta Bandini a la "sorprendente, curvilínea y elocuente" de Nathy Peluso. Parece que el ser "perra" está de moda, y que lo que antes estaba considerado un insulto sexista hoy se toma como etiqueta de empoderamiento femenino.
Un buen ejemplo del uso de este término para crear una pieza de arte exquisita con un potente mensaje feminista es la obra de teatro El coloquio de las perras, de disfrute obligatorio en el calendario cultural del corral de comedias erigido en Madrid Río dentro del marco de la Fiesta Corral Cervantes.
¿La clave? Una versión del texto de Miguel de Cervantes El Coloquio de los Perros desde una perspectiva feminista. Según explica el director de la obra y ganador de un Premio Max Hernán Gené, "el objetivo era rescatar las palabras de Cervantes para darles un acercamiento al público desde un punto de vista de igualdad de género".
Un humor ácido, inteligente y atractivo representado por tres actrices Esther Acevedo, Amaranta Munana y Georgina Rey, que dan vida a tres perras maravillosas. Un trío de protagonistas que descubren que tienen voz, como una metáfora a esa visibilidad del grito feminista de nuestros días. Como dice Hernán, "aquellas que durante tanto tiempo no pudieron hablar ahora tienen el don de la palabra y la capacidad de ser escuchadas".
"Soy un putón"
Entre textos de Cervantes, las actrices comparten también historias sobre abuso de poder dentro del teatro que provoca situaciones sexistas llenas de incomodidad. La violencia hacia los animales se utiliza para crear un símil con la violencia de género, resaltando esa sumisión y lealtad que se dan de la mano de una forma perversa y cruel; y esa posición de amo y señor que toma el hombre.
En esta propuesta teatral la palabra "perra" o "putón" ya no son adjetivos despectivos."Perra es una palabra que tiene mucha fuerza. Lo que antes se usaba con una clara mirada machista, despectiva, sesgada, de ninguneo y desvalorización, ahora las mujeres le estamos dando otro significado que ojalá llegue para quedarse. El de la fuerza animal, el coraje, la valentía, la lealtad, la amistad, la protección, el instinto y el equipo", explica la productora y actriz principal del Coloquio de las Perras, Georgina Rey.
También hay hueco para las canciones, como Soy un Putón que hace alusión a parte de nuestro imaginario social y cultural y que provoca carcajadas por doquier entre los espectadores. La propuesta teatral hace una comparación de épocas a través de aspectos como el acceso al estudio (antes únicamente destinado a los hombres), las relaciones marido/mujer en la que ellos se creen dueños de la esposa o en la naturalización del maltrato a la mujer. "Si ignoras el pasado pones al futuro en riesgo", afirma la actriz.
Al igual que hay espacio para algunas de las "joyitas" machistas que soltaron "sabios" de la historia como Alfonso X o Gregorio Marañón, incluso un homenaje a la Laika, la perra del espacio. Todo ello con una gracia, agudeza e ingenio que maravillan.
Rey afirma que la presencia de mujeres sobre las tablas es fundamental y que la forma de rebelarse es tanto ante el autor como hacia la sociedad. "Decidimos que sean ellas, las perras, y no los perros como protagonistas de este Coloquio y esto simplemente ya resignifica todas las historias que escribió. Esta obra no acepta el rol impuesto y reclama su lugar como pares".
Una vuelta al clásico
Al cambiar la perspectiva de género, las mismas palabras cobran un significado extraordinario, que invita al espectador a reflexionar. Ya no son dos perros los que mantienen una conversación aprovechando su nueva capacidad sino que son tres perras las que deciden hablar sin tapujos y con un descaro maravilloso sobre la posición de la mujer en la sociedad.
El Coloquio de las Perras fue estrenada en la exitosa primera edición del Corral Cervantes Aranjuez y también se ha podido ver dentro de la V edición del Festival Fiesta Corral Cervantes. Un recorrido que promete continuar durante varios meses, porque como dicen las mujeres del Coloquio de las Perras, "aún queda mucho por ladrar".