La escritora Elvira Navarro: "La muerte de otros nos conciencia de nuestra propia finitud"
La escritora onubense se refleja a sí misma a través del personaje de su nueva novela: "Se puede decir que Adriana es un prototipo de mi misma".
25 enero, 2023 05:00Noticias relacionadas
Es un día frío en Málaga, el termómetro marca 9º. En el interior del Palacete de los Alámos se sigue notando el frescor de la calle, lo que hace que Elvira Navarro (Huelva, 1978) acuda a la entrevista envuelta en un abrigo largo, que le roza las rodillas, para protegerse del frío y de las posibles respuestas que tendrá que afrontar. El tema es su nueva novela, Las voces de Adriana, en la que expresa un reflejo de sí misma y de aquello que más temen las personas: la muerte.
¿Cómo es la relación con tus padres?
Tengo una relación excelente con mi padre. Con mi madre, que ya no está, era un poco más complicado, al fin y al cabo las relaciones entre madre e hija siempre son más complicadas, pero no me puedo quejar de ninguno de los dos.
¿Cuál es la razón del libro? ¿Querías defender o plasmar alguna idea en concreto?
De nuestra propia muerte no podemos hablar. Sin embargo, sí que hay un primer acercamiento a ella cuando las personas más cercanas a nosotros empiezan a morir, y es esa propia experiencia de la desaparición la que nos permite tomar conciencia de nuestra propia finitud. El libro se hace cargo de ese asunto, así como de las herencias familiares, que son las que nos conforman, y de la configuración de nuestra propia memoria.
¿A qué se debe la división del libro en esas 3 partes?
Cada parte corresponde a una memoria. Necesitaba tres partes porque tenía que haber una transición tonal, desde la ligereza primera hasta un tono mucho más dramático. No se podía pasar de esa escritura ligera a una voz mucho más seria.
El primer fragmento es una herencia que no está cerrada. Es la parte que corresponde al padre, que está vivo, y a su vez, es la parte más luminosa de todo el relato gracias a la vitalidad que este personaje ofrece.
La segunda parte corresponde a la casa de la abuela de Adriana, donde pervive el recuerdo de quienes la habitaron, a modo de impregnación, y digamos que ahí el tono se decanta por una forma más seria. Este fragmento se trata de una transición de tonos, que van desde lo exterior hasta el interior de la memoria.
Por último, la parte de las voces es la más dura de todas, en la que Adriana hace uso de su memoria y de su duelo para recordar a su madre y su abuela, ya fallecidas, a través de diálogos y reflexiones.
¿El personaje de Adriana se basa en un imaginario o es una persona real?
Me he basado en mis propias vivencias. Adriana responde a mis propios sentimientos ante la pérdida. No coincidide exactamente conmigo en todos los aspectos, pero se puede decir que es un protototipo de mi misma.
¿Y qué me dices de los sentimientos que despierta este personaje? Transmite una sensación de disconformidad y ansiedad constante, ¿es esto un reflejo de la sociedad que nos rodea hoy en día?
Es, en primer lugar, una disconformidad con su propia vida. Ella se ha decidido por una vida académica que no le gusta, y aunque sea un tema secundario, está alimentando la impresión de que no sabe hacia donde dirigir su vida.
Asimismo, está demasiado aferrada a su propia memoria. Se resiste al proceso de la vida, en el que cuando algo desaparece, aparece algo nuevo, lo que da lugar a un ciclo constante que ella no sabe aceptar.
¿Te da miedo la muerte y lo que queda tras ella?
Claro que me da miedo la muerte, yo no me quiero morir. Lo que se deja tras ella, depende del momento en el que mueras, es mejor o peor. Si mueres antes que tus padres o teniendo hijos pequeños creo que lo que se queda es un dolor muy grande, lo que significa una situación muy dramática y que espero no vivir. Sin embargo, si mueres cuando ya has vivido toda una vida, no me preocupa lo que queda atrás.