Miles de chalecos salvavidas se amontonan en las playas del norte de Lesbos. Son anaranjados o amarillos. Algunos, que son los que visten los más pequeños, tienen impresos dibujos infantiles para camuflar de juego una travesía que a menudo, demasiado a menudo, ha acabado en tragedia en los últimos meses. Uno de estos chalequitos aparecía este lunes en las manos del artista chino Ai Weiwei que se ha trasladado hasta la isla griega para ser testigo de primera mano del drama de los refugiados.
Él mismo ha retuiteado desde su cuenta oficial las imágenes que lo retraen en las playas del norte de Lesbos, con el perqueño chaleco salvavida o sujetando una de las mantas térmicas que los voluntarios entregan a los recién llegados para que entren en calor tras un viaje en condiciones inclementes.
En su perfil de Instagram también aparecen vídeos del desembarco de un grupo de refugiados. En otra imagen, Ai Weiwei se deja retratar con un grupo de jóvenes que se encuentran en el campo de Moria, uno de los llamados "hotspot" que sirven para registrar a los que llegan.
En cuanto se ha difundido la noticia de su presencia en la isla, han sido muchos los que en las redes sociales comentaban si será finalmente el artista -que recuperó su pasaporte en julio después que durante cuatro años el Gobierno chino le impidiera dejar el país- quien encontrará un uso para los miles de chalecos abandonados realizando con ellos una obra de arte para la memoria del mayor desplazamiento de refugiados desde la II Guerra Mundial.
De momento, lo que sí ha hecho su presencia es volver a encender los focos sobre lo que ya es una crisis crónica. Weiwei se suma a otros personajes famosos que en los últimos meses han viajado hasta Lesbos. Entre ellos, Susan Sarandon, que ha decidido pasar las navidades en la isla para concienciar sobre lo que está ocurriendo.