Dicen que es el alcalde en la sombra, porque es la mano derecha de Manuela Carmena. Sus cargos son el de presidente de Ifema y Coordinador general del Ayuntamiento de Madrid. A las nueve de la mañana ya está firmando cheques y facturas en su despacho. A las diez, a la puerta hay una larga fila de personas aguardando audiencia. Luis Cueto Álvarez de Sotomayor aguanta el tipo y se muestra adusto ante la atención que genera. Hay que ser severo para ser un “todo-terreno de la Administración General del Estado española”, como se define en su perfil de Linkedin.
En el último ARCO avanzó que está en negociaciones con la millonaria y coleccionista de arte (desde 1992) Patrizia Sandretto, para cederle una de las naves de Matadero. La intención es que “la nueva Peggy Guggenheim” muestre sus fondos -con obra de Damien Hirst, Anish Kapoor, los Chapman, Matthew Barney, Maurizio Cattelan, Julian Opie, Tony Cragg o Douglas Gordo-, que ya se exhibieron en la Fundación Banco Santander, de manera permanente entre 25 y 50 años, como adelanta a EL ESPAÑOL.
Dentro del área de Cultura del Ayuntamiento hay un notable malestar por cómo se está gestionando el acuerdo con la coleccionista y el interés de la cesión, en uno de los espacios más importantes de Matadero a un proyecto sin relación con el tipo de programación que se desarrolla en el complejo cultural. Reconoce que en Cultura hay opiniones variadas sobre la calidad de la colección Sandretto y su ubicación. A pesar de la cesión a 50 años, no han pedido informes a especialistas para valorar la oportunidad, aunque asegura que sí preguntó. “Las apreciaciones sobre la calidad de una colección son demasiado subjetivas”, comenta.
¿Cómo llegó el ofrecimiento de la coleccionista?
Patrizia Sandretto se dirige al Ayuntamiento de Madrid interesándose por si el Ayuntamiento tiene algún espacio donde puede encajar el proyecto que ella nos cuenta. Después de varias reuniones con ella con Coordinación y Cultura decidimos que es un proyecto muy interesante y que puede encajar en Matadero, espacio que a ella le apasiona. Es óptimo para el proyecto que ella tiene en la cabeza.
¿Está firmado el acuerdo?
No, firmado no. Hemos sentado las bases fundamentales. Hemos hecho una consulta informal a la comisión de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid para comprobar si el proyecto cuadra con la protección urbanística de Matadero y de la Nave 9. La primera revisión dice que es correcto. Ahora entramos en los detalles del acuerdo.
¿Cuáles son?
Una cosa es voy a traer una parte importante de mi colección a Madrid y otra cosa es que se verifique por los responsables del área de Cultura y de Matadero que las obras que trae a la ciudad de Madrid son importantes. Queremos que las obras que traiga complementen la oferta que hay en los museos. No se trata de tener una colección más. La colección tiene más de mil obras de altísimo nivel.
¿Esa consulta museográfica que ha hecho a posteriori podría haberla hecho a priori para confirmar el interés de la colección?
La colección sabemos que es de altísimo nivel. Pero tenemos que decidir qué piezas vienen. No es la cuestión crucial, porque la obra que venga rotará. No es una exhibición fija de obra. Vendrán fondos que durante la concesión de muchos años irán rotando. Claro que sabemos que es de gran valor.
Me consta que desde el área de Cultura no están tan convencidos del valor de la colección y que no son partidarios de incorporarla a Matadero.
Claro que son partidarios.
Está confirmado.
Lo pongo en duda, no es cierto. No es un conflicto dentro del Ayuntamiento. La alcaldesa y todo el mundo está encantado con que venga la colección.
¿Pero existe un informe previo que determine la importancia de la colección y su necesidad en la ciudad de Madrid?
No ha hecho falta.
¿Entonces es una decisión suya?
Es una decisión de la alcaldesa hablándolo con el área de Coordinación y el de Cultura.
¿No se le impone al área de Cultura?
No, se consensúa con el área de Cultura. El problema del área de Cultura no es con la colección Sandretto, sino con la colocación en Matadero. Proponía buscar otros lugares en Madrid, pero Patrizia Sandretto ha dicho que esos sitios que visitó con el área de Cultura no son acordes con el proyecto que ella tiene entre manos. Ante esa tesitura y ante el impás de seguir buscando otro sitio, la alcaldesa decidió que será Matadero donde vaya la colección Sandretto.
¿Y cree que encaja en Matadero?
Matadero desde siempre ha tenido la vocación de ser un centro de producción, no de exhibición. El proyecto de Patrizia Sandretto es mucho más que una colección que se exhibe. Su vocación y así lo plasmaremos en el acuerdo que se cierre tiene un componente de talleres, residencia de artistas, movilizará la compra de artistas españoles, trabajará con comisarios… es un trabajo más allá de la pura exhibición y eso sí que encaja dentro del modelo de Matadero.
¿Es el prototipo de lo que el equipo de Ahora Madrid quiere implantar en la ciudad?
Todo lo que suponga movilizar la creación en Madrid, bienvenido. No es tanto atraer colecciones para exhibirlas, que eso es fantástico porque enriquece el patrimonio y Madrid es una ciudad donde el turismo cultural cada vez es más importante, es más allá que todo eso: es apoyar la creatividad de los artistas españoles. La fundación Sandretto trabaja con comisarios, con artistas locales, tiene una vocación de formación en materia tan abstrusa como es el arte contemporáneo.
e
¿Por qué es abstruso?
El arte contemporáneo no es tan evidente para ser entendido por el público general. Es un discurso más críptico. No es simplemente la destreza en la elaboración pictórica. Desde la irrupción de la fotografía, el arte tiene que ver mucho más con la emoción y la sugestión que con la destreza técnica. El arte contemporáneo, que ha sido muy criticado por gente no especialista, es muy difícil que sea accesible al público. Y la Fundación Sandretto es muy activa para que sea comprensible.
Sin embargo, es un modelo de gestión de espacios públicos radicalmente diferente a la participación ciudadana como la Tabacalera, un ejemplo de Madrid a gala que surge de las asociaciones de Lavapiés. Podría ser un planteamiento similar a los del programa de Ahora Madrid. ¿Se pensó en hacer algo parecido con la Nave 9?
Una de sus líneas fundamentales de la Concejalía de Cultura es la cultura desde abajo y no desde arriba. El gran reto del Ayuntamiento no es potenciar los grandes contenedores culturales, el reto es llevar la cultura a los barrios. El reto es apoyar la cultura desde abajo. Esto no significa que no se vayan a hacer otras cosas. El proyecto Madrid Activa va en esa línea: no decide un programador a qué artistas invitar, sino que propone que todos los colectivos de Madrid lancen sus propuestas y sean los distritos los que compren una u otra actividad de la estantería. Se han presentado cerca de 4.000 proyectos. Imagina que la mitad fueran buenísimos. Esa efervescencia de abajo arriba es lo que el Ayuntamiento quiere favorecer.
¿Por qué no se planteó la Nave 9 para que la gestionara el propio barrio?
Porque ese espacio se va a hacer en el mercado de frutas y flores de enfrente. Ya se han abierto unos 1.000 metros cuadrados, pero se abrirán muchos más. Con las asociaciones del barrio se hará un gran espacio cedido. Además de la Nave 9, en la Nave 8 se implantará la Escuela de Diseño de Madrid, que tiene problemas de espacio en su ubicación actual. Esas dos naves van a potenciar la actividad de Matadero, que durante la semana está vacío y el fin de semana bulle de actividad.
¿Esas dos naves harán emerger Matadero?
La llegada de los 800 alumnos y los colegios que irán a visitar la colección de Sandretto va a generar mucha actividad durante la semana.
¿La implantación de la colección Sandretto no es del tipo “cultura desde arriba” a la que se refería?
Desde luego no es una propuesta de autogestión, ni desde abajo. Es una aportación de otro tipo. Si dijéramos que es una pura colección, como es el Thyssen…
Que lo es.
Sí, pero también hay vocación pedagógica importante. No sé si conoces la página web dirigida a los niños del Thyssen, es muy interesante. Pero en la medida en que las actividades que vertebran la colección Sandretto no son exhibición y punto la convierten en un proyecto ni de arriba ni de abajo, sino del centro.
¿La cesión de un espacio público a una colección de arte de una millonaria es la propuesta de una ciudad diferente a lo que dibujaba en su programa Ahora Madrid?
La colección va a aportar un relleno de unas piezas que en Madrid no están presentes. Un madrileño que quisiera conocer esos movimientos debería irse fuera de la ciudad. Ahora las tendrá.
Ha comparado esta colección con el Thyssen: ¿pagarán los madrileños la reforma del espacio, como ocurrió con la de Carmen Cervera?
La reforma es a costa de la Fundación. La colección no tiene vocación de ser comprada por el Ayuntamiento. Estamos cerrando la cesión de años, teniendo en cuenta el máximo que permite la ley. La obra de readaptación del espacio para residencia de artistas, talleres y exhibición de la colección.
¿Una vez se haya agotado ese plazo?
El edificio vuelve a Madrid, porque es una cesión de uso no de propiedad y la colección se devolvería a la propietaria una vez hayan pasado los 25 años. Caben infinitas posibilidades como una compra en el futuro, pero esta posibilidad hoy no está contemplada.
¿Es lo más apropiado para crear tejido cultural una colección que viene y se va?
Si fueran 10 días no, pero si son 25 años sí. ¿Es poco tiempo 25 años? Creo que 25 años son favorables para no comprometer a la ciudad. Hay otros espacios en Matadero que se han cedido por 75 años, por anteriores Ayuntamientos. La ley lo permite y, bueno, es una decisión absolutamente discutible, criticable y cuestionable.
Si se refiere a Germán Sánchez Ruipérez, hizo un desembolso importante.
La aportación de la Fundación Sandretto va a ser significativa.
No sé si estamos hablando de la misma cifra, ¿cuánto invertirá Sandretto?
Es posible que la transformación de ese edificio cueste 8 millones de euros.
La Fundación Germán Sánchez Ruipérez montó la Casa del Lector por 30 millones de euros.
Bueno, pues estupendo, pero no hablamos de la adaptación de lo que costaron tres naves. Hablamos de la cesión de un espacio muy emblemático por más o menos tiempo.
¿Y la cesión será de 25 años?
Estamos entre 25 y 50 años.
En el programa de Ahora Madrid se especificaba la lucha contra los paraísos fiscales, ya que hemos hablado de la colección Carmen Cervera y está comprada con sociedades ubicadas en paraísos fiscales, tal y como figura en el BOE, ¿ha comprobado el Ayuntamiento la propiedad de las obras de la colección Sandretto?
La obra está alojada en Turín, pero la verdad es que ese detalle no lo tenemos. Es interesante lo que dices: si verificásemos que la colección no está comprada con los mimbres de la exigencia ética que deberíamos mantener, no la aceptaríamos. No lo hemos verificado, pero es cierto que deberíamos verificar que cualquier legado que se acepte sea impecable.
¿Qué será Matadero?
Eso se compromete Celia Mayer en el pleno de su reprobación.
¿Pero cuál es su visión de Matadero?
A mí me convence muchísimo esa visión compartida como un gran centro de producción donde ocurren cosas. Matadero es un centro abierto a nuevas tendencias.
¿Y la colección Sandretto no es extraña en medio de ese hervidero cultural?
Si sólo fuera una colección sí. Si sólo fuera una colección nunca debería estar ahí. Pero la colección Sandretto va a dinamizar muchísimo el mercado del arte y la comprensión del arte contemporáneo.
¿Es contradictorio que el Ayuntamiento de Ahora Madrid ofrezca espacio público para la promoción de empresas y sus productos como DC Cómics y Star Wars y al tiempo ceda espacios a una Fundación para el fomento del arte contemporáneo?
No sé si contradictorias, pero desde luego complementarias. Lo que queremos es que Madrid sea una ciudad importante en el mundo. Para muchísima gente el cine de entretenimiento es un valor importante dentro del mundo de la cultura. ¿Qué es cultura para las élites y qué es cultura para las masas? El cine de entretenimiento es un valor importantísimo para poner en valor las ciudades, el cine norteamericano es seguido por millones de espectadores en el mundo, a los que no se les obliga a ir al cine. Pregunta a los madrileños si les parece bien o mal. A nosotros nos parece que estas actividades no están vinculadas al ámbito de la cultura, sino al de la promoción de la imagen turística de Madrid.
¿La ciudad es un escaparate para empresas?
Si una ciudad estuviera dedicada a ser escaparate de la Warner sería absurdo, pero si dos veces al año, con motivo de grandes estrenos de películas muy importantes que se ven por millones de espectadores, Madrid está en ese mapa, nos parece bien.
Entiendo que esos espacios se alquilan a las empresas.
Se ceden.
¿Es la cultura como un elemento de promoción turística o de tejido social que está por desarrollar?
Las dos cosas. Malo es una ciudad que acaba pareciéndose al cliché que quiere venderle a los turistas. Si Roma se ve a sí misma como los turistas quieren verla deja de ser ella misma. Lo importante es que tu esencia se vaya nutriendo diariamente de las fuerzas que hay en la ciudad. Madrid no es lo que quieren ver los turistas, sino que será atractiva porque lo que tenemos es atractivo. La oferta cultural es uno de los elementos más importantes para venir a Madrid. La gente no viene a la playa porque no hay. Los elementos más importantes del atractivo madrileño son el turismo de ocio, incluyendo ahí las manifestaciones culturales, deportivo, gastronomía, monumental y por lo a gusto que se está.
¿La colección Sandretto es un reclamo turístico?
Es un valor turístico que enriquece la oferta de Madrid, pero al tiempo debe enriquecer la capacidad cultural de los visitantes y artistas.
¿Hay un presupuesto para esas actividades además de la reforma?
El presupuesto lo tiene la Fundación y se detallará a la firma del acuerdo. Se debe garantizar que cuando abras la puerta ahí ocurran cosas.
¿Y ARCO qué es en todo esto?
Es una feria comercial en la que se vende y se compra arte. Al tiempo es un fenómeno cultural. Una feria que no vende se arruina.
¿Reformar algo de ARCO?
Hay que potenciarlo con capacidad para atraer a más coleccionistas que compren.