François Durpaire y Farid Boudjellal lo advierten en la primera página de su tebeo: todas las viñetas de La Présidente que abordan el programa político del Frente Nacional son fieles al mismo. Ni una sola coma de las promesas electorales de la extrema derecha francesa ha sido objeto de manipulación por parte de los autores de este cómic, del que ya se han vendido desde el mes de noviembre más de 100.000 ejemplares.

‘La Présidente’ es, ante todo, el resultado de un arduo trabajo de documentación. Tanto Durpaire como Boudjellal se han esforzado por dotar a su historia gráfica de un realismo espectacular; desde el trazo del dibujo, casi fotográfico, hasta los guiños a las actitudes de los representantes políticos ante la victoria de Le Pen en la segunda vuelta de la elección presidencial de 2017.

“En un primer momento, pensamos en hacer un ensayo político, y esto lo encontramos en la base del libro”,  cuenta a este periódico uno de los dos autores, el historiador François Durpaire. “No es un cómic como cualquier otro. Hay una fuerte presencia pedagógica sobre la historia del Frente Nacional, porque muchos jóvenes no conocían el inicio del movimiento y este formato nos permite introducir esta información tan relevante en la galería”, añade.

No es un cómic como cualquier otro. Hay una fuerte presencia pedagógica sobre la historia del Frente Nacional, porque muchos jóvenes no conocían el inicio del movimiento

Durpaire, primer analista político en haber vaticinado en 2007 la llegada del joven senador Obama al poder, espera equivocarse esta vez en su presagio. Explica que la firma de libros de los últimos meses le ha servido para creer más en los ciudadanos que en los analistas políticos. “La gente que ha venido a vernos está preocupada de verdad por el posible futuro de Francia. Nosotros solo hemos puesto en el escaparate el verdadero programa del Frente Nacional, y las consecuencias que éste podría tener sobre el terreno”, dice, antes de confesar que a estos eventos también se han acercado votantes del partido de Le Pen. “Muchos nos dicen que han aprendido cosas sobre la historia de la formación, e incluso sobre su programa electoral gracias a este tebeo”, exclama el autor.

Antonieta resiste

Antonieta, una jubilada de 94 años, es junto a Le Pen la gran protagonista de este cómic. La anciana, a la que los autores atribuyen un pasado ligado a la resistencia durante la segunda guerra mundial, envía al lector el reflejo de la Historia al compartir con Fati, su asistenta de origen senegalés y con sus dos nietos las batallas libradas por su generación en el pasado.

Cuando la victoria de Le Pen salta de los sondeos ficticios a la cruda realidad, una hilarante Antonieta renueva su lucha y se convierte en la cabeza pensante del blog  ‘Resistence.fr’, lanzada por sus dos nietos para informar libremente sobre los abusos del poder de la ultraderecha.

Una de las páginas del cómic.

[No seré la presidenta de una categoría de franceses,
seré la presidenta de toda Francia,
de todos los franceses. 
La presidenta de la recuperación francesa y del orgullo de ser francés
amigos, compatriotas, formamos todos una misma familia
El estado os protegerá, el estado os ayudará. Francia ha vuelto.
Esa bonita Francia orgullosa de su historia.... Republicana ¡Y laica!
-La yaya me asusta, está como congelada. Espero que no sufra un síncope]. 

Durpaire y Boudjellal consiguen que el lector empatice rápidamente con esta voz de sabiduría, a la que van a atribuir una presencia constante como comentarista de la realidad que ella misma está obligada a vivir en su propia piel, pues pronto Fati se convertirá en una clandestina a ojos del Estado, que aplicará desde los primeros minutos de su mandato una de sus promesas electorales.

La elección de cuatro personajes tan dispares responde a la voluntad de los autores de representar la Francia de Marine Le Pen en un contexto transgerenacional. “La llegada de la extrema derecha es algo que preocupa de igual modo a los jóvenes como a los ancianos, es una inquietud general”, explica Durpaire, que también confiesa que las experiencias vividas por el personaje de Antonieta permiten comprender mejor la gravedad de la regresión del programa de Le Pen.

Controlar la palabra

Desde las primeras páginas, el lector es invitado a observar el matiz linguístico como principal arma de comunicación de Le Pen.

Lo que el Frente Nacional bautiza a conciencia como “prioridad nacional” es en realidad uno de las exigencias estrella de su programa. “Quiero que insistáis bien sobre este punto. Utilizad prioridad nacional, y no preferencia nacional”, lanza Le Pen a sus responsables de comunicación en una viñeta. La ultraderecha francesa es concisa sobre ello en su  programa, y así lo escenifica el tebeo, imaginando en la vida de los personajes las consecuencias de estas líneas:    

“Una ley exigirá a Pôle Emploi (Inem) proponer los empleos disponibles a los parados de nacionalidad francesa en primer lugar. El resto de administraciones respetará igualmente este principio. Los extranjeros que trabajen y coticen se beneficiarán del fruto normal de sus cotizaciones. Los extranjeros en situación legal que no encuentren empleo serán incitados a volver a su país tras un año de inactividad y recibirán sus cotizaciones de jubilación en forma de capital. La prioridad nacional también se aplicará en materia de alojamiento. Las viviendas se propondrán en primer lugar a ciudadanos franceses, y las ayudas sociales tan solo se atribuirán a aquellas familias en las que mínimo uno de los padres sea francés, o al menos, europeo”.

El gran mérito de este cómic reposa precisamente en la inteligencia con que sus autores han sabido enredar la ficción con la realidad del programa de Le Pen, a la que vemos en una de las viñetas exigiendo a su ministro de Política Extranjera una lista detallada de los ciudadanos no franceses en situación regular, pero inscritos en el paro desde hace más de un año.

Comienza así la personalización de las medidas del Frente Nacional en las vidas de los  cuatro personajes de la historia, testigos de la regresión de libertades, de la afloración de movimientos sociales contestatarios, pero también del resurgimiento de numerosos simpatizantes de un discurso racial hasta el momento sofocado y hoy legitimado por el poder en funciones.

Unas de las viñetas del libro.

[Señora, no olvide que es usted ahora la garante de la unidad de nuestro país.Francia tiene una historia que reposa en sus valores. No busque descarriarlos.
- Señor Hollande, no aprecio en absoluto sus lecciones de moral. Visto el estado actual de nuestra nación, no veo en qué es usted experto de unidad. Deja como legado un país en pedazos.
-Durante cinco años, ha metido a nuestro país en la crisis, ha incrementado las desigualdades, injuriado a los verdaderos franceses. Ha actuado junto a sus amigos eurócratas y por los intereses de las grandes instituciones financieras y mundialistas... 
Puede ahorrarse esa cantinela sobre la unidad de Francia. ¡Los franceses ya le han juzgado!
-La campaña ya ha terminado. Es inútil continuar este debate. Le estoy hablando de los intereses de nuestro país y de las prerrogativas que le incumben.
-Su programa prevé la salida de la OTAN. El general De Gaulle lo hizo antes que usted. Pero garantizando el respeto de un cierto número de compromisos, sobre todo en lo que concierne a nuestra fuerza de disuasión nuclear, etc.
- Pero señor Hollande, ¿en qué mundo vive usted? ¡Va con retraso!
Mi equipo ya ha establecido vínculos con la administración de Clinton que ya anticipó mi victoria hace varios meses.
-Se ha comportado usted conmigo como Sarkozy lo hizo con usted en 2012. ¡Jamás hay que subestimar al adversario, y sobre todo, jamás hay que subestimar a los franceses!]

En otra viñeta, Le Pen se aventura al adoctrinamiento metiendo mano en el programa escolar. “Pronto es la vuelta al colegio. Pediré a los profesores que cesen su discurso de arrepentimiento continuo. Francia no tiene por qué avergonzarse de su historia insistiendo, por ejemplo, en la esclavitud. Vamos a recordar la importancia de la cronología…”, cuenta Le Pen, que añade: “Y me aseguraré de que la Marsellesa se cante cada mañana en las escuelas. Y por supuesto, quiero que se retire toda placa conmemorativa de los acuerdos de Evian. Es una ofensa hacia los antiguos combatientes de la guerra de Argelia”.

La incredulidad de los medios ante la victoria de Le Pen dura escasas páginas, el tiempo que le es necesario a la nueva presidenta para reemplazar a los responsables de los telediarios por personas de su confianza. Polemistas como el periodista Eric Zemmour, que en diciembre de 2014 proponía en una entrevista para Corrière della Sera la deportación de 5 millones de musulmanes, se convierte horas después de la llegada al poder del Frente Nacional en presidente de Le Figaro. Tampoco falta en la foto de familia el humorista Dieudonné, acusado de propaganda antisemita durante los últimos años.

Expulsiones en masa y vigilancia constante

Aplicando la promesa de reducir en 5 años la inmigración legal de 200.000 a 10.000 entradas anuales, la ruptura de los acuerdos de Schengen sobre la libre circulación de personas y la reducción del tiempo de validez de la tarjeta de residencia (de 10 años a 3 años), los autores de ‘La Présidente’ introducen al lector en una atmósfera de clandestinidad y persecución, de la que la asistenta de Antonieta no logrará escapar.

“A partir de ahora, me pueden echar de aquí para obligarme a vivir en Senegal, un país que conozco todavía menos que Francia”, lanza Fati que tiene 27 años y vive en Franica desde los diez.

Durpaiere y Boudjellal no pasan por alto las facilidades que actual gobierno de François Hollande ha puesto encima de la mesa en materia de vigilancia. El blog ficticio ‘resistence.fr’, dirigido por los jóvenes personajes del cómic, comienza a ser víctima de una vigilancia constante, y esto, gracias a la ley que el Partido Socialista aprobó en abril de 2015 en el contexto de los atentados islamistas. El tebeo recuerda que los términos de esta ley albergan, además de la prevención del terrorismo, misiones mucho más vagas, como “luchar contra la defensa de los intereses mayores de Francia” o “prevenir violencias colectivas que podrían poner en peligro la seguridad del estado”.

La vuelta al franco y las nuevas amistades

“Preparemos un referéndum, y ensayemos un texto lo suficientemente hábil como para que ningún elector pueda votar “NO” a la salida del euro sin tener el sentimiento de ser un mal francés”, lanza uno de los consejeros de Le Pen. La consulta terminaría con el Sí del pueblo galo, que pronto vería las consecuencias de la decisión; las acciones francesas, controladas en un 70% por inversores extranjeros escépticos del verdadero valor del nuevo franco, las medidas de penalización impuestas a las empresas francesas o la puesta en marcha de un control de flujo de capitales, son solo algunas de las consecuencias económicas de la aplicación del programa económico de Le Pen según el tebeo.

Las fotos oficiales de Le Pen junto a Putin o Xi Jinping y la salida de la OTAN también permiten a los actores poner sobre la mesa las reacciones de Angela Merkel y Hillary Clinton

Los primeros viajes de Le Pen tras su victoria no sorprenden a quien conoce su política extranjera. “Francia tiene un gran retraso fuera de su campo de influencia histórico (excolonial). Nuestra ausencia en Asia es chocante. Vamos a reforzar nuestra presencia en India, Indonesia y Malasia, y nuestra proyección en estos países será nuestra prioridad política extranjera”, reza el texto oficial.

Las fotos oficiales de Le Pen junto a Putin o Xi Jinping y la salida de la OTAN también permiten a los actores poner sobre la mesa las reacciones de Angela Merkel y Hillary Clinton, a la que los autores vaticinan gráficamente como ganadora de las próximas elecciones en Estados Unidos.

La bulimia del odio

Los enfrentamientos entre ciudadanos anti-extremistas y defensores del Frente Nacional crean una verdadera división en el seno del pueblo francés, dando lugar a batallas campales y duras represiones policiales. En cambio, para sorpresa del lector, Le Pen no sólo tendrá que lidiar con sus detractores en las calles francesas; pronto los movimientos contestatarios vendrán de la derecha de la ultraderecha, que ven en la victoria del Frente Nacional un primer paso, aunque todavía muy ligero, hacia la Francia con la que sueñan.

Surge así el secuestro rocambolesco de Florian Philippot, número dos del partido y mano derecha de la presidenta. Lo que en un principio se presenta como un acto perpetrado por corrientes islamistas, es, en realidad, una cuidada estrategia de un grupúsculo nazi, dispuesto a sacrificar a su rehén si la política de Le Pen no se recrudece, y si el jefe de la formación no es nombrado primer ministro en las próximas horas. “Francia es cristiana, Francia no es hallal. Todavía no hemos cerrado las mezquitas, y se siguen sirviendo menús sin cerdo en las cantinas. Marine sigue siendo demasiado complaciente con la comunidad judía y con todos esos inmigracionistas”, reza una viñeta que da la palabra al movimiento contestatario de Le Pen, que también exige el restablecimiento de la pena de muerte.

La presidenta, dubitativa ante esta decisión, protagoniza la última página del tebeo, que da así pie a la segunda parte y la tercera parte de La Présidente, en librerías en septiembre de 2016 y abril de 2017.

Antonieta, tras la expulsión de Fati a Kaolack (Senegal) y en lo que los autores definen como su último acto de resistencia ante la barbarie, sufre un infarto cerebral que le llevará a morir el mismo día que Le Pen padre, una poética forma de poner en la palestra dos formas opuestas de comprender la humanidad desde la misma generación. Mientras las portadas de los diarios franceses comprados por el poder lloran la desaparición del anciano de extrema derecha, dos jóvenes recuerdan las batallas de su abuela en sus interminables años de lucha social.

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