Se llama a sí misma "la abuela del arte performance". Marina Abramociv -en activo desde los años setenta- cuenta siempre que cuando empezó la querían "encerrar". En uno de esos primeros trabajos, cuando corría el año 1974, la serbia entregó al público 72 instrumentos de diferentes funcionalidades, desde un lápiz a una boa de plumas pasando por un hacha o una pistola cargada, y les pidió que los usaran como quisieran con ella, prometiendo quedarse inmóvil durante seis horas.
El resultado -que pretendía ser una reflexión acerca de la confianza y el contrato social- acabó siendo una demostración de la violencia latente: le cortaron la ropa, le clavaron espinas en el estómago, alguien le apuntó a la cabeza con el arma... no le importa. "Estaba dispuesta a morir durante la actuación", confesó el pasado lunes al diario alemán Tagesspiegel. Explicó que sus performances se alejan del teatro porque en la interpretación "la sangre es salsa de tomate" pero en su obra "es real".
En mi opinión, el marido y los hijos son la razón por la que las mujeres no son tan exitosas como los hombres en el mundo del arte
La artista también se mostró tajante en cuanto a su elección de no tener hijos. Relató que si ha abortado tres veces a lo largo de su vida ha sido porque los niños habrían sido "un desastre para mi trabajo", y que los hijos no son buena idea para las mujeres artistas. "Una sólo tiene una energía limitada en el cuerpo, y yo habría tenido que dividirla", dijo. "En mi opinión, esta es la razón por la que las mujeres no son tan exitosas como los hombres en el mundo del arte. Hay un montón de mujeres con talento. Entonces, ¿por qué siempre ocupan los hombres los puestos importantes? Es sencillo: por el amor, por la familia, por los niños. Porque las mujeres no quieren renunciar a todo eso".
El amor: un arco tensado
Abramovic protagonizó en 1980, junto con su entonces pareja, el fotógrafo y artista alemán Ulay, una performance llamada Rest Energy: él apuntaba con un arco tensado directamente al corazón de Marina. Se quedaron así durante horas. ¿Era eso el amor? En A-AAA (1978), los amantes se gritan el uno al otro en un pulso para determinar cuál es la voz dominante -ojo, y gana ella-.
Mi sueño, en realidad, es tener a alguien con quien desayunar los domingos por la mañana y leer el periódico
En Imponderabilia (1977), Marina y Ulay se miran desnudos en un pasillo muy estrecho y piden al público que pase entre ellos, lo que provoca que los asistentes acaben rozando sus cuerpos en cueros. "Claro que sueño con encontrar al hombre perfecto, pero eso no quiere decir que yo cambiara. No soy material de unión, eso sería terrible. Mi sueño, en realidad, es tener a alguien con quien desayunar los domingos por la mañana y leer el periódico". Con todo, se describió como una mujer "completamente libre" y aseguró que era así por no tener marido ni familia. Su obra crea un exigente itinerario de viaje: "No podría vivir de otra manera".
En la misma entrevista, Abramovic dijo que ya tiene en mente su 70 fiesta de cumpleaños en el Guggenheim: "Veamos si puedo bailar bajo un poste todo el camino hacia el museo. Todavía estoy practicando", rió. Cómo no, también ha planeado su propio funeral.
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