Presidente y patronos del Museo del Prado insisten: “Hay que ser optimistas”. Hoy no quieren una mala noticia, celebran la decisión del jurado convocado para elegir el mejor proyecto de los ocho finalistas que presentaron su rehabilitación del antiguo Salón de Reinos. Los arquitectos vencedores del concurso, por unanimidad, son Norman Foster y Carlos Rubio, que crearán un gran acceso con atrio en la fachada sur, la cara del antiguo Museo del Ejército que coincide con el Casón del Retiro y edificio Villanueva.
“Va a ser extraordinariamente respetuoso con la memoria de lo que queda del edificio original del siglo XVII. Lo que queda son los restos. Las nuevas salas de exposición serán magníficas”, recalcó José Pedro Pérez Llorca, presidente del Patronato, que insistió en no hablar de lo que va a contener esta reforma que va a suponer a las arcas públicas más de 32 millones de euros. “No hay compromisos adquiridos con ningún inversor privado”, cuenta.
La operación “salvar los Reinos” tiene otra parte fundamental: la peatonalización de la calle Felipe IV, que permitiría unir el edificio Villanueva, sede del Prado, con el edificio rehabilitado, el Casón del Buen Retiro, la Real Academia de la Lengua y el parque del Retiro. Los arquitectos han pensado en salvar la distancia entre ambos lugares a través de una grada que salvará el desnivel.
Entorno sin coches
Esta solución, esencial para no dejar aislado al nuevo edificio adjunto, está en el alero de Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, que adelantó en rueda de prensa que la medida propuesta por Norman Foster y Carlos Rubio coincide con el planteamiento del Consistorio de sacar los coches del Paseo del Prado. “Queremos ajardinar cada vez más el Prado”, ha señalado Carmena. Pero todo está por ver.
Para el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, se ha hecho realidad “un proyecto ilusionante” para “dar mayor visibilidad a sus colecciones”. El propio ministro aclara que las obras empezarán en 2019, coincidiendo con la celebración de los dos siglos de vida del museo.
En líneas generales, la operación de cirugía para hacer de la ruina un reino practicará estos hitos: no habrá excavaciones para evitar toparse con bolsas acuíferas; la cubierta va a desaparecer; la tercera planta va a crecer en altura y se doblabrá en amplitud al descansar sobre el atrio; la fachada del siglo XIX y XX, la Sur, será eliminada para dejar al aire la fachada original del XVII; el segundo piso es el “corazón” de la idea, el núcleo, el Salón de Reinos, que será fiel al original en su decoración y presentación; el primer piso es el área de servicios públicos, donde se recibe al visitante; una gran escalinata enmarca el acceso.
Sin 'Guernica'
Las autoridades no han querido ampliar detalles sobre qué albergará el nuevo espacio museístico, a pesar de que aportará 5.700 metros cuadrados útiles más al Campus Prado. El Salón de Reinos es el eje del antiguo palacio del Buen Retiro de Madrid. Era uno de los espacios más representativos de la monarquía española encabezada por Felipe IV, con retratos de reyes y cuadros de batallas.
Entre ellos: Felipe IV a caballo, Isabel de Borbón a caballo, La rendición de Breda, La defensa de Cádiz contra los ingleses, El príncipe Baltasar Carlos a caballo, Felipe III a caballo, La reina Margarita de Austria a caballo, Expulsión de los holandeses de la isla de san Martín, El socorro de Brisarch o los cuadros de los trabajos de Hércules pintados por Zurbarán, entre otros.
“Hoy estamos para hablar del continente. El contenido está abierto excepto traerse obras de otros museos. El Guernica no vendrá, no soy partidario de desnudar un santo para vestir a otro”, ha añadido tajante sobre la posibilidad que dejó abierta Miguel Zugaza, director del Museo del Prado, en este periódico. “Nos interesa Picasso, porque ofrece la oportunidad de reflexionar sobre el progreso de la Historia del Arte”, explicó a EL ESPAÑOL.
“El desarrollo histórico de la pintura española no se acaba en la Restauración, se alarga en el siglo XX. Picasso es importante y hay que exponerlo, porque la historia no se cierra. Es progresiva y el Prado aspira a incorporar el arte más contemporáneo. Si no fuera así traicionaríamos la esencia de la fundación del Museo del Prado”, declaró a este diario Zugaza hace tres semanas. Hoy, en rueda de prensa, bajo la atenta mirada de Pérez Llorca, las cosas han cambiado: “No contamos con ninguna obra que no esté adscrita al Prado para este espacio”.
El presidente de Patronato reconoce que ha escarmentado tras el escándalo protagonizado con Patrimonio Nacional por los cuadros de El Bosco, Van Der Weyden y Tintoretto. “Recuperaremos permanente o temporalmente los fondos de la colección del museo”, dice el director. “Es una buena oportunidad para recuperar la colección de la pintura Barroca”, comenta Zugaza sobre el fondo de pintura flamenca del siglo XVII, la más importante del mundo, con 800 cuadros escondidos en los almacenes.
Los siete proyectos finalistas más el vencedor se expondrán en el Claustro de los Jerónimos, a partir del 1 de diciembre.