Ha cubierto el suelo del Tate con cien millones de pipas, ha envuelto las columnas del Konzerthaus de Berlín con chalecos salvavidas y ahora encarcela los monumentos de Nueva York. Ai Weiwei es una de esas personas que no entiende el arte sin crítica ni la cultura sin activismo, es ese tipo de artistas que se inquieta, de esos que alborota en cada obra, de los que se mete en el problema y lo convierte en denuncia.
Cuando la obra artística y la denuncia política se unen en una simbiosis humana aparece él, Ai Weiwei. Este artista activista, que pasó 81 días en la cárcel porque su país (China) no comprendía su arte -que lucha por los derechos humanos-, expondrá a partir de otoño en los cinco condados de Nueva York.
Utiliza vallas como cercas para explorar la situación de la inmigración, la crisis de los refugiados y los límites territoriales
La exposición Good Fences Make Good Neighbours (Buenas vallas hacen buenos vecinos), utiliza vallas como cercas para explorar la situación de la inmigración, la crisis de los refugiados y los límites territoriales construidos sobre las diferencias sociales. Weiwei, que estudió y vivió en Nueva York en la década de 1980, dice que esta obra es “una carta de amor a la ciudad y su gente”.
El arte se convierte en cárcel
El artista, que elige compromiso humano y libertad social, encarcela el Washington Square Arch, el famoso monumento de 1982 que conmemoró el centenario de la inauguración presidencial de George Washington. “Las variaciones escultóricas de Weiwei representan diversas barreras, físicas y de otro tipo, que nos dividen”, dice el director del Fondo de Arte Público, Nicholas Baume en The Art Newspaper.
Los turistas tendrán la oportunidad de adentrarse en un monumento y en una obra de arte al mismo tiempo. La jaula -de 15 metros de altura- se retuerce en el interior del arco y abre un espacio para que los visitantes la atraviesen. “Las obras desafían la idea de un límite invitando a la gente a caminar a través de ellas, mirar hacia arriba, o sentarse en ellas”, explica Baume.
Las variaciones escultóricas de Weiwei representan diversas barreras, físicas y de otro tipo, que nos dividen
La exposición, organizada por el Fondo de Arte Público en su 40 aniversario, incluirá una serie de fotografías que se expondrán en 300 lugares, públicos y privados, de la ciudad.
Las instantáneas documentan la crisis mundial de los refugiados y se mostrarán en los quioscos, albergues y puestos de venta de periódicos en Harlem y Brooklyn. Además, 200 pancartas colgadas en las farolas de la ciudad mostrarán retratos de inmigrantes.
Lower East Side es uno de los barrios con mayor número de inmigrantes y que aún mantiene la esencia del origen multicultural de la ciudad. Ahora también es uno de los escenarios escogidos por el artista para realizar su obra, Ai instalará una escultura entre dos edificios de la calle séptima, donde vivió en un sótano durante sus años de estudiante.