El Prado defiende la heterosexualidad de Goya: "Transmitir afectos no implica adscripción a una sexualidad"
- Los responsables del Prado aclaran que las cartas del pintor aragonés no permiten concluir que fuera gay.
- Las cartas más calientes de Goya: era gay y pintaba penes y corazones a su amante
Un corazón "inflamado de amor" encabeza la carta que Goya escribió a su amigo de la infancia Martín Zapater al poco de llegar a Madrid un 10 de noviembre de 1970. Era la última misiva conocida entre ambos que seguía en manos privadas y ha sido adquirida por el Museo del Prado.
Aunque en los últimos días se ha especulado mucho en distintos medios sobre la supuesta homosexualidad del pintor aragonés a raíz de lo extraído de esta extensa correspondencia que se prolongó más de 20 años, los responsables del Prado han aclarado este martes que nada en ellas permite sacar esa conclusión.
"Nos atenemos rigurosamente a los textos y éstos confirman una extraordinaria amistad fraguada desde la infancia en la que hay diferentes niveles de comunicación", ha señalado José Manuel Matilla, jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del museo.
"Hay signos de afecto entre hombres, pero transmitir afectos no implica adscripción a un género o a una sexualidad (...), aunque a algunos les parece extraño que los hombres manifiesten sus afectos", ha precisado Matilla.
El experto se refería a frases incluidas en esta correspondencia como "con tu retrato delante me parece que tengo la dulzura de estar contigo, ay mío de mi alma", de una carta fechada en diciembre de ese mismo año, que han dado alas a las especulaciones, así como a los dibujos de penes registrados en otras misivas.
"Hay dibujos satíricos, procaces y convencionales, hay bocas, ojos, orejas y también hay penes y vulvas", ha asegurado Matilla, para quien todo lo relacionado con Goya suele estar sujeto a libres y a veces opuestas interpretaciones.
"Han dicho de él que era nacionalista y afrancesado, taurino y antitaurino", ha indicado el experto, que considera que probablemente las dudas no se despejen nunca.
La carta de Goya
La carta presentada este martes fue escrita por Goya apresuradamente al poco de llegar a Madrid tras un inesperado viaje a Zaragoza para visitar a Zapater el 12 de octubre de 1790, acompañado de otro amigo común, José Yoldi.
Goya se hospedó en casa de Zapater, según dice éste en su correspondencia con el hermano de Yoldi, Joaquín, que vivía en Buenos Aires, y regresó a Madrid el 4 de noviembre.
En la breve carta, el artista le expresa a su amigo su desazón porque al llegar a la capital se encontró con su hijo "hecho un monstruo, hinchado, lleno de viruelas" y que por ello él mismo está en cuarentena y no puede entrar en palacio.
En el encabezamiento, Goya dibuja un corazón que según los expertos del museo "está ardiendo o inflamado de amor", y al finalizar aparece otro dibujo, peor conservado, de dos figuras abrazadas, una de ellas parece cargar con la otra a cuestas.
El Prado considera que Goya pudiera expresar en él que se sentía "como una carga para su amigo Zapater".
La carta fue adquirida al coleccionista José María Cervelló, que la compró en una subasta en Christie's el 3 de julio de 2007. Tras su muerte pasó a sus herederos que la han vendido al Prado, en colaboración con la Fundación Botín y la Fundación Amigos del Museo del Prado.
El primer lote de 61 cartas de Goya a Zapater fue adquirido por el museo en 1976 a la marquesa Casa Riera. En mayo de 2000 se adquirió otro lote de 40 a los herederos de María Brey, y en mayo de 2004 un tercero de 19 de la colección Marqués de Casa Torres.
El director del Prado, Miguel Falomir, ha explicado que esta última adquisición forma parte de un proceso de catalogación de todos los dibujos de Goya.
El primero de los cuatro volúmenes de los que constará, y que corresponde al número dos, se presentó el pasado 5 de diciembre en la sede de la Fundación Botín en Santander e incluye la primera parte de su carrera, entre 1769 y los primeros años de la década de 1790.
Eso comprende los dibujos de la correspondencia con Zapater, pero también el Cuaderno italiano -sus dibujos más tempranos, con anotaciones manuscritas-, y dibujos preparatorios para sus grabados basados en pinturas de Velázquez.
El resultado de estos trabajos de catalogación, dirigidos por Matilla y por la jefa de conservación de pintura del siglo XVIII y Goya, Manuela Mena, se plasmará asimismo en una exposición que reunirá más de un centenar de dibujos de Goya, procedentes del Prado y de otras colecciones.
La exposición se inaugurará el 19 de noviembre de 2019, la fecha en la que se conmemora el bicentenario de la apertura al público del Prado.
Mena ha tirado de indirectas para subrayar la importancia de que el Prado conozca las cartas privadas de Goya a su amigo de la infancia. "Quedan muy pocos documentos verdaderos de Goya", ha dicho, y "sin ellas conoceríamos menos al artista y las leyendas sobre él serían aún más y más disparatadas".