El joven murciano de 20 años que atacó un cuadro de Picasso en la Tate Modern el 28 de diciembre de 2019 ya tiene su sentencia. El estudiante de arquitectura Shakeel Massey ha sido condenado a 18 meses de prisión tras rasgar el lienzo Busto de una mujer, valorado en aproximadamente 20 millones de libras.
Massey voló a Londres en diciembre del pasado año, dispuesto a realizar su performance. Entró como un visitante más en la Tate Modern, dispuesto a disfrutar de obras de Andy Warhol, Salvador Dalí o Picasso, entre otros. Una vez dentro, se dirigió a la zona donde estaba expuesto el cuadro Busto de una mujer, un cuadro que Picasso pintó en París en 1944, durante la ocupación nazi, y en la que muestra a la fotógrafa y amante Dora Maar, con un sombrero y ropa verde, mientras está sentada en una silla de metal negro.
Tras su detención, han pasado 8 meses para conocer la sentencia de su acto vandálico. "He concluido el impacto en el público y la gravedad de este delito, junto con la necesidad de disuadir a otros de que esta forma de conducta requiere la imposición de una pena privativa de libertad inmediata", ha declarado el juez. La obra de Picasso, propiedad de un coleccionista privado pero cedido a la Tate desde 2011, necesita 18 meses de restauración y costará más de 450.000 dólares.
Tres años de preparación
Tal y como explicó en el momento del suceso EL ESPAÑOL, Shakeel reside con su familia en una barriada de El Mirador (Murcia) y no tenía antecedentes. Obsesionado desde siempre con el arte, el neoyorquino Jean-Michel Basquiat era uno de sus referentes artísticos.
El joven murciano llegó a redactar una nota explicando su acto vandálico: "Pensaréis que es impulsivo y de la nada, pero son más de tres años de planificación. Siento no haberme despedido de muchos de vosotros, los de mi pueblo, Salinas, Larios, Pablo Pulpo... La mitad me hubierais asesinado. No creo que llegue a ser uno de los mejores de nuestros tiempos, pero sí el más prolífico y espero volver en un par de años, habiendo conseguido todo lo que creíais que era capaz de conseguir y más". Al final, tal y como se observa en el manuscrito, lanza un mensaje para finalizar su performance. "¡Viva Murcia y viva El Mirador!".
Esta nota redactada a mano, con un bolígrafo negro, y empleando letras escritas en mayúscula, está firmada por el alias por el que se le conoce en su hogar: El Indiako del Mirador.
Ahora, Shakeel Massey se enfrenta a una condena de 18 meses tras lo que su abogado describió como un acto estúpido que le otorgaron sus "cinco minutos de fama".