España se ha convertido en un país en el que poder trabajar como profesional de la interpretación es un juego a cara o cruz: encuentra empleo menos de la mitad del colectivo. El 57% no consigue ningún trabajo al año en el sector. Ni uno. Tampoco es que los que pueden trabajar gocen de muchos privilegios, dado que sólo el 8% puede llegar a fin de mes valiéndose únicamente de su talento interpretativo, sin recurrir a trabajos complementarios -cobrando 12.000 euros al año-. El 2,15% del colectivo cobra 30.000 o más euros al año y disfruta de cierta holgura económica, pero, como veremos más adelante, este pequeño núcleo margina a jóvenes y mujeres.
Los datos no tienen nada de esperanzador, ni siquiera en comparación con otras temporadas. La brecha de la precariedad en el mundo de la interpretación -ya sea como actor o bailarín- se va acusando año tras año: en 2004, el 66% de los actores tenían trabajo en el sector. En 2011, bajó hasta el 63%.
Callejón sin salida
Esta es la desazón que refleja el Estudio sociolaboral del colectivo de actores y bailarines en España, un trabajo que la Fundación AISGE ha realizado a lo largo de todo este año 2016 a partir de más de 3.000 encuestas. Nunca antes se había realizado en nuestro país una investigación tan exhaustiva sobre el estado de la profesión artística. Las indagaciones demuestran que la situación se ha acentuado especialmente en los tres últimos años, hasta llegar a un contexto de "callejón sin salida": el paro es cada vez mayor, el trabajo es cada vez más precario e intermitente y cada vez aparecen menos soluciones alternativas o complementarias fuera del gremio interpretativo.
Es llamativo que entre los que sí han trabajado como actores, el 46% lo hiciera durante menos de 30 días a lo largo de todo el año
Es llamativo también que entre los que sí han trabajado como actores, el 46% lo hiciera durante menos de 30 días a lo largo de todo el año (30% en 2002 y 42% en 2010). Es lógico que a los intérpretes españoles no les salgan las cuentas. El año se hace largo y es complicado sobrevivir con tantos meses de vacío. Además, se está incrementando el porcentaje de trabajadores sin contrato, es decir, "en negro": eran el 6,2% en 2011, pero han subido hasta el 11,7% en el último año.
Umbral de la pobreza
Resulta entendible que el 46% de los actores y actrices españoles tengan habitualmente otro empleo al margen de la profesión artística. Al menos el 13% encuentra salvavidas en ocupaciones más o menos relacionadas en el sector, y el 33%, en trabajos alejados del plató o los escenarios: como docentes, comerciales, camareros, administrativos, autónomos, profesores de idiomas, hosteleros, azafatos, etc.
Pese a estos esfuerzos, el diagnóstico resulta preocupante: el 32% de los artistas tienen unos ingresos globales -es decir, de interpretación más otros trabajos- inferiores a los 600 euros al mes, lo que les coloca por debajo del umbral de la pobreza (665 euros mensuales). De ese 32%, el 7,5% recibe o ha recibido prestación o de desempleo, otro 7% cuenta con subsidio y el 4% se encuentra acogido a alguna de las ayudas que ofrece el departamento asistencial de la Fundación AISGE. Los servicios sociales públicos sólo atienden al 1%. Las mujeres del sector están especialmente desprotegidas: un 51,6% están desocupadas, frente al 45,4% de los hombres.
Sólo el 26% de ellas perciben más de 6.000 euros al año, un porcentaje que en el caso de los actores alcanza el 39%
Son ellas, precisamente, las que abundan en el segmento de ingresos inferiores a 600 euros anuales (en un 35% frente al 34% de los hombres). Las actrices trabajan menos días al año que los hombres, cobran menos, se enfrentan con mayor frecuencia al problema de trabajar sin contrato y sufren una inserción laboral más débil. Sólo el 26% de ellas perciben más de 6.000 euros al año, un porcentaje que en el caso de los actores alcanza el 39%.
Trabajo joven y más barato
Todos estos datos permiten también sacar conclusiones del estado de la profesión según las franjas de edad: los menores de 35 años trabajan más que los de las generaciones anteriores, sí, pero, en contrapartida, los ingresos que obtienen los artistas emergentes son sensiblemente más humildes que los de sus colegas de mayor edad.
Los actores mayores de 45 son mayoría en la escala superior, es decir, la de ese escueto porcentaje que cobra más de 30.000 euros al año
El 48% de los actores menores de 35 años trabajan en el sector artístico, pero este índice se reduce al 43% si nos fijamos en los mayores de 45 años. Que los jóvenes tengan mayor tasa de empleo y trabajen más días al año no es necesariamente favorable, dado que el grupo de edad intermedia (de 35 a 44 años) lidera el tramo de 6.000 a 18.000 euros al año; y que los mayores de 45 son mayoría en la escala superior, es decir, la de ese escueto porcentaje que cobra más de 30.000 euros al año. Los chavales sólo predominan en el tramo de ingresos de 600 a 6.000 euros.