Cuenta la leyenda que el acento en la o al Festival Sónar se lo puso él. Y nadie lo desmiente, ni siquiera el codirector de Sónar, Ricard Robles. Esa es una de las tantas anécdotas que circulan alrededor de Nando Dixkontrol, uno de los Djs más conocidos de aquel fenómeno que se bautizó como mákina, y que arrasó en España a finales de los ochenta.
Dixcontrol reaparece en Baila o muere: ciudadano Fernando Gallego, el documental que llevan preparando Álex Salgado y Jorge Rodríguez durante los últimos siete años y que aterrizará cual ave fénix en el circuito de festivales de cine este otoño. Cientos de horas de grabaciones y más de cincuenta entrevistas son necesarias para dibujar a Fernando Caballero, Nando Dixkontrol, el primer DJ espectáculo de España, el pionero de las sesiones after hours, el presentador del delirante programa juvenil Ponte las pilas, el residente del local Psicódromo.
Hay tantos aspectos a rescatar de Dixkontrol que la nostalgia parece inevitable. Pero no es así para Salgado: “No se trata de una historia oculta ni olvidada, los que lo vivimos en primera persona lo tenemos bien presente. Queremos reivindicar su figura y su momento en una Barcelona en la que hubo un estilo musical y una manera de pinchar y vivir la noche inigualables”.
Salgado se refiere a Dixkontrol pero no solamente a él. También a un circuito de salas barcelonesas - Ars Studio, Psicodromo, Verdi, La Xoco, Compliche, KGB, by Pass, Chasis...- y a un tipo de música de baile que inundó España y que se conoció como mákina o bakalao hasta mediados de los noventa. Nocturna, abierta y disfrutona, la música mákina fue representada durante años por los medios como de extrarradio e incluso peligrosa. Sólo recientemente los documentales 72 horas: la ruta a Valencia, el blog Tower of Meaning de David G. Balasch, y ahora Baila o muere han comenzado a revisar su importancia en Valencia, Barcelona y toda España.
“La gente viajaba desde cualquier punto de Europa para seguir nuestro circuito de salas”, explica Salgado. "Hasta 1992, cuando se desata la venta de Barcelona al turismo internacional, comienza a desaparecer una ciudad más autárquica y cerrada, más permisiva, conocida por una vida nocturna salvaje. Había locales para salir cada noche y no dormir jamás".
Nocturna, abierta y disfrutona, pero la música mákina fue representada durante años por los medios como de extrarradio e incluso peligrosa
Así, en el documental se puede ver a Dixkontrol emocionándose al mencionar algunas fechas que rompen esa juerga que parecía perpetua y no lo fue. La fiesta makinera tuvo un final claro en Catalunya: el 31 de julio de 1994, cuando la Generalitat anunció el cierre de los afters. Pero no de todos. “El cerrojazo del 94 fue una persecución a los afters de tendencia makinera”, resume Salgado. “Fueron un objetivo directo, mientras que los de house y techno no fueron perseguidos y vivieron en los noventa su época más dorada. Se quería atacar a la mákina que se veía como peligrosa y de extrarradio. Fue un estereotipo mentiroso, la mákina fue muy transversal, tuvo muchos estratos sociales diferentes, aunque se caricaturizó como de skins fachillas que se meten pastillas en un parking”.
La realidad era otra. “La época que va de 1984 a 1989 fue única y fundacional. La movida de Valencia, con Djs visionarios que mezclaban música ecléctica, era pura vanguardia musical. Había salas únicas y se generó un movimiento social, con el lubricante de las drogas de síntesis, que resulta difícil de creer ahora. Los Djs internacionales venían y no cobraban. Se habla mucho de la electrónica de Chicago y de la escena beat de Bélgica pero lo de Levante era único”, dice Salgado.
"La época que va de 1984 a 1989 fue única y fundacional. La movida de Valencia, con Djs visionarios que mezclaban música ecléctica, era pura vanguardia musical", explica Salgado
Pero los medios no lo trataron así. Todos los fans del bakalao recuerdan el impactante documental de Canal + Hasta que el cuerpo aguante, de 1993 o la delirante asociación de los crímenes de las niñas de Alcasser con la música rutera. “De repente, los titulares eran la guerra de Irak y la violencia en la ruta del bakalao, lo cual no tenía ningún sentido”, se queja Salgado. La demonización de la música mákina y la nueva gestión del ocio nocturno obligó a los makineros a trasladarse a zonas más periféricas, como la Zona Hermética de Sabadell. Pero hecha la ley, hecha la trampa: Nando Dixkontrol contribuyó a poner de moda las sesiones entre las seis de la tarde y las seis de la mañana. Así, la fiesta siguió, durante un tiempo. “Lo más impresionante de Nando es descubrir a la cantidad de personas influyentes a las que ha tratado. A mitad de los noventa era un personaje, con todo lo que eso significa. La gente le reconocía, los chavales le pedían autógrafos, todo aquel que sabía lo que era la noche sabía quien era Nando Dixkontrol. Se hacía un programa en la tele en la que se hablaba sobre la gestión del ayuntamiento de Pasqual Maragall y estaban Pep Guardiola y Dixkontrol. Ese era el nivel”, resume Alex.
La vida azarosa y frenética laboral de Dixcontrol se fue transformando a medida que la ciudad vivía su propia metamorfosis urbanística. En 2013 anunció su retirada, aunque sigue pinchando ocasionalmente para fiestas makineras. En la espalda - esa que poca gente ve porque, en parte gracias a él, los Djs ahora pinchan de frente y sin ocultarse – lleva tatuado un enorme “GRACIAS”.