Las guerras se desencadenan por los motivos más insospechados. Por unos barriles de aguardiente se libró la batalla de Karánsebes y por un abucheo a Alfonso XII el pueblo almeriense de Líjar declaró una cruzada contra Francia. Una de las más famosas de la historia, la originó una mujer. La que decían que era la mujer más bella del planeta, Helena de Esparta, que huyó con su amado Paris, príncipe de Troya provocando un conflicto de dimensiones épicas. Ya saben, Troya y Grecia enfrentadas y un caballo de madera como solución.
Lo que la historia ha olvidado contar es todo lo que sufrió esa mujer que fue señalada por todos como la culpable de la tragedia. Una Helena de Troya condenada por su padre, el dios Zeus, y bautizada como la zorra. Una mujer en un mundo de hombres, supeditada a sus deseos y que ahora tiene mucho que decir. Lo hace en la voz y el cuerpo de Carmen Machi en Juicio a una zorra, la obra de Miguel del Arco que se ha reestrenado en el Pavón Teatro Kamikaze. Un monólogo al que pocas actrices pueden enfrentarse y que en ella es todo desgarro y dolor. También cinismo. Un texto que habla de la Grecia Clásica, pero también de nosotros. Del machismo, de los prejuicios, de lo que no nos gusta ver.
Un papel por el que Carmen Machi recogió casi todos los premios del teatro español y que ahora recupera para seguir su racha triunfal. El año cerró con una nominación al Goya por La puerta abierta y con el éxito en taquilla de Villaviciosa de al lado. 2017 comienza con este juicio del que disfruta cada palabra. La actriz atiende a EL ESPAÑOL en el teatro donde pasará los próximos días y se sienta en un sofá para aprovechar los rayos de sol que entran por la ventana y que no parecen propios de diciembre.
Nominación al Goya, éxito de taquilla, recuperar Juicio a una zorra… Parece una buena temporada para Carmen Machi.
La verdad es que me considero superafortunada, tengo la sensación que, desde que empecé a dedicarme a esto, siempre he tenido una buena temporada. He tenido la fortuna de dedicarme a esto, de tener trabajo, que es una bendición, de hacer lo que me gusta y de comer de ello. Eso es una buena temporada. Sí que es cierto que hay años que he hecho trabajos más diversos, pero lo que apuntas es cierto. Está esa nominación al Goya con una película que para mí es muy importante por los mimbres que la sostienen, se ha hecho sin financiación, con mucho coraje de las personas que la han llevado a cabo, dirigida por una mujer a la que adoro y que me regaló un personaje maravilloso y representarla en los Goya me emociona mucho.
Además del gran boca a boca que ha tenido.
Sí, ha sido muy interesante lo que ha pasado, porque salió con muy poquitas copias y es una película que además tiene unas connotaciones para mí muy potentes. Es un homenaje a Amparo Baró, que yo creo que ella desde arriba está haciendo que fluya esta película, porque íbamos a hacerla juntas y no pudo ser. Para mí eso es lo bello que ha pasado en los Goya, lo que pase ahora me da igual, te lo digo sinceramente. Sería hermosísimo tener un Goya por La puerta abierta, pero estoy muy tranquila y rodeada por unas compañeras en las nominaciones a las que admiro profundamente y cualquiera de ellas lo merece y debería tenerlo.
Existe ese tópico de que no hay papeles interesantes para mujeres mayores de cuarenta años, pero viendo su carrera cualquiera lo diría.
Yo a lo mejor soy muy rara, pero mis mejores personajes han sido a partir de los cuarenta. Porque han sido muy interesantes, llevo trabajando desde que tengo 17 años, pero francamente me he encontrado con cosas muy buenas, he tenido mucha suerte en eso. Cómo voy a decir yo eso si a día de hoy que cumplo 50 me llegan papeles cada vez más interesantes y me llegan cosas preciosas, no ya de premios, sino de trabajos en sí. Yo no puedo opinar así, pero entiendo que haya quien lo haga. Yo sería muy desagradecida, porque a mí me han dado los mejores.
Yo a lo mejor soy muy rara, pero mis mejores personajes han sido a partir de los cuarenta. He tenido mucha suerte en eso
Lo que sí parece es que hay más riesgo en teatro que en cine a la hora de poner a una mujer adulta al frente de una producción.
No lo sé… Ahora parece que eso se está rompiendo un poco porque los americanos, que son los que marcan el paso, ya están con ello , y los personajes de cincuenta y de sesenta años están cogiendo mucha relevancia. Lo dice Meryl Streep, Helen Mirren… pero aquí sigue pasando que los personajes en cine protagonistas son mujeres jóvenes y atractivas. En su mayoría es así. A partir de los cuarenta años están contadas con cuentagotas, este personaje el de Emma Suárez en Julieta… Y en teatro siempre ha habido menos personajes femeninos que de hombres, pero son muy poderosos. Hay grandes personajes, pero menos. Y a la hora de crear ahora están encontrando inspiración en mujeres de cincuenta años, pero es que es un momento muy interesante, es un territorio muy extraño entre la menopausia, el no poder ser madre, los hijos que se van… es un caldo de cultivo muy bueno para crear y creo que lo han visto.
Lo digo también porque si uno se fija en las películas nominadas en los Goya, domina el thriller masculino.
Total. Es verdad. Y cuando la chica está, es para servir al señor estupendo… es verdad. Hay una carencia, y este año en San Sebastián se notó mucho, porque yo he hecho tres películas con mujeres directoras. No ha tenido cobertura la mujer y hay películas que perfectamente podían haber entrado. Y ha pasado lo mismo en los Goya,
La obra comienza con ese: “Vengo a que me juzguéis, aunque ya he sido condenada”. ¿Esto ocurre todavía, condenamos antes de tiempo?
Claro. Y lo interesante que hace Miguel del Arco es que lo ha hecho contemporáneo desde su visión de un hombre de Madrid de cincuenta años, con su forma de hablar. Porque Elena está aquí hoy, porque es eterna y no se muere nunca, y habla como una mujer de hoy y de ahora, pero lo fuerte es que eso lo podría decir la Helena de la mitología griega. Claro que ocurre. Eso es así.
¿Por qué tu no puedes decir que no quieres a tu madre? Tenemos una serie de prejuicios con unas cosas establecidas que nos juzgan antes de cometer el delito
Y más a la mujer...
Sí. Y más a la mujer porque ten en cuenta que ella fue una mujer valiente. Ella tomó una decisión en su vida y apostó por la libertad, y eso no se le consintió. Además cometió el gran error de abandonar a su hija, y eso… ¿dónde esta el mal? Pasa un poco como con La puerta abierta, que la gente se quedaba sorprendida porque en las entrevistas yo decía que son una madre y una hija que no se quieren, ¿por qué tu no puedes decir que no quieres a tu madre? Tenemos una serie de prejuicios con unas cosas establecidas que nos juzgan antes de cometer el delito.
De hecho todavía esta esa lacra que cuando una mujer está con muchos hombres es una zorra, pero cuando lo hace un hombre...
Es un machote. Y eso sigue a unos niveles… Aquí sigue ocurriendo. Fíjate en la prostitución, la mujer está denostadísima y el que va a consumir prostitución, ¿qué pasa? Eso por supuestísimo. Lo que cuenta Miguel de Helena de Troya, no se inventa nada, es lo que viene en los libros de texto, lo estudiamos de pequeñitos y nunca nos ha llamado la atención. Con 9 años la secuestran, la raptan, la violan, la embarazan, la viola otro y otro, la casan con un señor de 50… ella se va porque se enamora y se arma la de dios es cristo y se desata la guerra de Troya.
Ha mencionado antes a Meryl Streep. El otro día todo el mundo alabó su discurso en los Globos de Oro, sin embargo aquí cuando alguien hace un discurso político en la gala de los Goya se le critica.
Es que allí es diferente cultura, porque fíjate cómo hacen campaña política los actores, y aquí si haces una campaña así estás muy señalada y corres mucho peligro, pero hay que hacerlo de forma voluntaria. Yo por ejemplo nunca haría campaña política usando mi imagen de actriz. Como ser humano y como ciudadano, por qué no. La utilización del actor no la soporto, porque creo que es contraproducente. Tienes que estar muy convencido y ser muy militante para hacerlo, pero aprovechar el tirón, eso es muy americano.
¿No se ve dando discurso político en los Goya?
Yo no, qué vergüenza, no me preparo un discurso normal como para dar uno político. A mí me gusta separarlo, pero por ejemplo Meryl Streep es una gran activista, lucha por el feminismo, ha abierto un estudio para directoras nuevas, ella milita políticamente. Aquí todo lo hacemos más 'churriano'. Creo que, en una ceremonia de premios, a no ser que sea algo muy denunciable, a mí me cansa. No me gusta, francamente.
Aquí si haces una campaña así estás muy señalada y corres mucho peligro, pero hay que hacerlo de forma voluntaria. Yo por ejemplo nunca haría campaña política usando mi imagen de actriz
¿Influye en eso el que el público se tome tan mal el manifestarse políticamente?
Influye porque dejas de ser creíble. Muchas veces cuando eres un rostro popular, que se asocia a que la gente te conoce, te utilizan. Yo me he sentido utilizada. No te voy a decir con qué ni cómo, pero te das cuenta tarde. No te preguntan si crees en lo que vas a defender o con lo que te vas a solidarizar, lo hacen sólo porque eres conocida. Les ayuda porque eres conocida. Tu tienes que estar comprometida con lo que quieres defender y apoyarlo. Creo que se ha explotado en exceso y eso nos ha quitado credibilidad. Yo quiero hacer mi lucha social y política actuando.
Muchas veces cuando eres un rostro popular, que se asocia a que la gente te conoce, te utilizan. Yo me he sentido utilizada políticamente
¿Crees que eso es lo que tiene que ser el arte?
Es lo que haría yo, pero yo no critico al resto, todo lo contrario. Yo admiro mucho a la gente que entrega casi las 24 horas de su oficio a defender y a reivindicar los derechos humanos. Lo admiro profundamente porque yo no lo hago. Yo nunca estaré en contra de eso, pero yo soy muy tímida. Mi lucha y mi forma de aportar socialmente, la hago desde mi trabajo, pero admiro y aplaudo a quien lo hace.
El otro día se publicaba que no se estaba pagando a los actores de La cocina en el CDN. Se habla mucho de la crisis del cine, pero parece que es el arte el que está en crisis.
Tampoco es la primera vez que pasa, yo lo he vivido también. Esos son temitas que yo no controlo, de verdad, no los controlo. Talento en este país hay para exportar. Cada vez me emociona más la cantidad de gente que va al teatro, al cine… cada vez va más gente a ver cine español. Me alegro mucho del país en el que vivo en este sentido. Comulgo muchísimo a nivel creativo, ese es mi cometido, pero necesitamos un soporte que, o no se ve bien, o no se quiere ver, o se cree que no es necesario, pero lo es. Necesitamos de la ayuda de una gestión hecha en favor de la cultura, y eso no está ocurriendo actualmente.
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