Dos hermanos se reencuentran en el desván de la casa familiar después de 16 años sin hablarse. En breve, la casa debe ser demolida y Víctor, un humilde policía a punto de retirarse, junto con su mujer Esther, convocan al hermano mayor, Walter, cirujano de éxito, a un encuentro con el tasador para decidir el precio de los viejos muebles familiares. Están en el desván, examinando los objetos depositados bajo una capa de polvo. Pero estos viejos trastos no son lo único que hay en la casa: también hay un montón de recuerdos, fantasmas que llevarán a los protagonistas a pensar en cómo podrían haber sido las cosas si, en cierto momento, hubieran tomado otras decisiones.
Esta es la sinopsis de El precio, la obra de Arthur Miller que la directora Sílvia Munt lleva a escena con Tristán Ulloa, Gonzalo de Castro, Eduardo Blanco y Elisabet Gelabert. Un texto que habla de la crisis económica del 29 en EEUU y sus consecuencias en las generaciones posteriores, que vieron como sus sueños se frustraban una y otra vez. Un contexto que suena actual en la adaptación de Munt, que habla de un mundo en el que está todo determinado por la economía. Todo se vende y se compra, y ese título no es más que la metáfora perfecta, porque todo en la obra tiene un premio, desde los muebles de la casa, hasta la familia o una reconciliación. ¿Tiene todo un precio, se puede comprar el perdón familiar?
Un dilema moral que explota el texto de Miller, que evoluciona poco a poco hasta llegar a un clímax en el que se lucen sus actores, especialmente un Tristán Ulloa que encadena un año magnífico tras su éxito en la televisión con Fariña. Para la directora, “Arthur Miller tiene una obsesión que convierte en don, de forma magistral: radiografiar lo más íntimo del ser humano”.
“Sea el crack del 29 (en el caso de nuestra obra) o el de 2008, las crisis económicas hacen tambalear los fundamentos de nuestro sistema, de nuestras familias y de nuestro comportamiento, dejando consecuencias devastadoras. Las cuestiones más esenciales surgen ante la adversidad, poniendo a prueba nuestra sociedad y a cada uno de nosotros. ¿Cómo reaccionamos ante la precariedad económica dentro de una misma familia? ¿Qué aprendemos, si es que aprendemos alguna cosa? ¿Cómo afrontamos el futuro? ¿Cuál es el precio de nuestras decisiones?”, apunta Munt en el texto con el que presenta la obra.
El precio es una de las obras más convencionales que ha estrenado el Kamikaze, que antes de desembarcar con sus apuestas fuertes de la temporada (como Hermanas o Jauría) ofrece este clásico hasta el 6 de enero.
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