El tenor español Plácido Domingo volverá a dirigir la orquesta del Teatro Bolshói de Moscú los próximos 12 y 14 de febrero, cuando tome la batuta para dar su impronta personal a La Bohème, ópera de Giacomo Puccini.
Domingo, quien debutó como director de orquesta en el Bolshói en octubre pasado al dirigir la ópera Manon Lescaut, vuelve a este escenario por segunda vez en seis meses, según un comunicado del teatro. El tenor no solo dirigirá La Bohème, sino que también cantará como barítono en las óperas Don Carlos y La Traviata, ambas de Giussepe Verdi.
La Bohème es una ópera especial para Domingo, ya que durante 29 años -desde su exitoso debut de México en 1962- interpretó el papel de Rodolfo en los más importantes escenarios de todo el mundo.
Su debut como director de orquesta en esta ópera tuvo lugar en la Ópera Metropolitana de Nueva York, en 1984, tras lo cual muchos de los teatros en los que interpretó a Rodolfo le invitaron a dirigir esta joya del belcanto.
Domingo, que cuenta en Rusia con un público incondicional pese al escándalo sexual que desde más de un año le mantiene fuera de los principales escenarios del mundo, recibió el pasado 21 de enero las felicitaciones del presidente Vladímir Putin con ocasión de su 80 aniversario. Dijo que era una "auténtica leyenda".
"No fue un mea culpa, aunque pareciera que sí", matizó el pasado mes de septiembre en la televisión pública española, en una intervención en la que condenó "el abuso en cualquier situación, lugar y época". "Pueden decir lo que quieran, pero yo jamás le he faltado el respeto a ninguna mujer", insistió.
Con más de 151 papeles interpretados, sorprende su deseo de continuar pese a la polémica. La explicación, apuntó la semana pasada a la Agencia Efe, es su "enorme pasión por la música y por el escenario", también "que la adrenalina allí es quizás adictiva" y que "el aplauso y el cariño del público son de incomparable emoción y satisfacción".
A día de hoy, Plácido Domingo sigue manifestando su "deseo de todo corazón" de volver a actuar en España, especialmente en su ciudad natal. "En el Teatro de la Zarzuela hice mi debut en Madrid en 1971. El Real se ha convertido en un templo operístico de talla internacional y estoy orgulloso de haber sido parte de su crecimiento y desarrollo. También echo de menos al público de Madrid, que es maravilloso y creo haber forjado con él una relación preciosa durante 50 años. Sigo recibiendo centenares de mensajes cariñosísimos y espero volver en un futuro no muy lejano".